Ante la incredulidad de los colegiados más jóvenes y la experiencia de quienes llevan años asistiendo a las asambleas,
los médicos compromisarios madrileños han dado portazo a las cuentas de 2014 de su Colegio, pese al
superávit de más de
800.000 euros que se ha logrado en el pasado ejercicio. El rechazo a las cuentas, comentaban algunos, viene a reflejar la falta de credibilidad y confianza de los médicos en una institución que ya no les representa.
“El colegio está muerto”, se ha escuchado decir en el hemiciclo. El ‘no’ a las cuentas presentadas supone que no se aprueba la gestión económica del colegio. A la espera de que la Junta Directiva decida si
toma nota de lo opinado por los compromisarios, alguno ya ha avanzado que impugnará lo aprobado este viernes en el Colegio de Médicos de Madrid. ¿La consecuencia? Se mantiene por tiempo indefinido la
parálisis a todos los niveles que vive desde hace ya dos largos años la corporación de médicos más grande del país.
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