Espectacular el revuelo creado en torno a los supuestos errores en las plantillas del examen de formación especializada de este año. Miles de futuros MIR, EIR, FIR, PIR, BIR y QUIR
se han llevado las manos a la cabeza al comprobar que las respuestas remitidas no coincidían con las dadas y ahí ha empezado el maremágnum. El Ministerio no ha podido más que llamar a la calma, pero el incendio ya estaba extendido. La
incertidumbre creada por el nuevo sistema informático de evaluación ha levantado las quejas de muchos, que no entienden cómo el futuro por el que tanto han estudiado depende de
un método que ha demostrado no estar a la altura de las circunstancias. De los errores se aprende, y a buen seguro la
Dirección General de Ordenación Profesional está trabajando a destajo para solventar las dudas, revisar uno a uno los exámenes y procurar que la alarma no vuelva a cundir, ni hoy ni en los años venideros.
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