Opinión

Cataluña, polo de liderazgo en investigación biomédica


Diputado del grupo socialista en el Parlamento de Cataluña y portavoz en la Comisión de Investigación y Universidades
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13 diciembre 2025. 10.00H
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He escuchado más de una vez un eslogan, cada vez que hay un congreso de medicina o un acontecimiento de innovación público-privada en Barcelona: 'Lo que es el ejército para la economía americana, lo es nuestro sistema de salud para nuestra economía'.

Se trata de un eslogan repetido muchas veces puesto que no son pocos los congresos sanitarios que se desarrollan en la capital catalana, y que pone en evidencia que la sanidad pública y el sector de la salud en Cataluña son un tesoro que hay que cuidar, preservar y proteger, pero, sobre todo, extraer todas sus potencialidades.

Y es que, según datos de la Generalitat, el sector de la salud ocupa la tercera posición de la economía catalana en términos de riqueza y ocupación. Su peso en porcentaje del PIB ha pasado del 7,1 por ciento al 9 por ciento, y en términos de ocupación del 7,1 por ciento al 10,9 por ciento, entre principios del siglo XXI y en 2020.

Para continuar con este crecimiento, Cataluña debe reforzar su atractivo como polo de innovación biomédica y posicionarse en el mapa de la investigación y el desarrollo a escala global. Una posición llena de oportunidades, pero también de retos, con tres desafíos claros a corto plazo.

Primero, una mayor inversión público y privada en ciencia biomédica, a la vez que el desarrollo de una pedagogía para explicar su utilidad ante los que atacan la investigación.

Segundo, crear un posicionamiento en favor de iniciativas innovadoras, porque sabemos que las sociedades innovadoras son las sociedades con mayor bienestar.

Y tercero, priorizar los ámbitos de especialización en salud, medicina y farmacia. Algunos quieren avances científicos para tener más capacidad bélica. Nosotros queremos ser líderes en el ámbito de la salud para salvar vidas, no acabar con ellas.

El contexto actual nos invita a estar alertas: Europa ha perdido bastante en los últimos años en términos de crecimiento económico, tasa de productividad o capacidad de innovación, entre otros aspectos. La rápida evolución tecnológica en otros territorios y el aumento exponencial de las necesidades de nuestras sociedades nos reclaman trabajar con todo nuestro potencial académico, científico y emprendedor para mejorar la autonomía tecnológica europea.

En este contexto, Cataluña debe posicionarse como región líder en biomedicina y biotecnología con una investigación útil y aplicada, para mejorar la economía, la salud pública y el bienestar de la gente.

Para ello, tres grandes proyectos son la columna vertebral de esta apuesta.

El proyecto ALBA II cofinanciado con más de 926 millones de euros, garantizará que Cataluña continúe a la primera línea de la investigación científica europea. Con ALBA II podremos analizar materiales para la energía, la biotecnología o la medicina con una resolución que abrirá la puerta a adelantos en campos como la fotónica, la nanomedicina o la teragnosis.

También la nueva infraestructura de medicina de precisión: un nuevo edificio de 24.700 metros cuadrados en Barcelona que acogerá unos 800 investigadores y unos sesenta grupos de investigación, que será un gran hub catalán de medicina de precisión y regenerativa. confluirán cuatro centros de investigación, instituciones punteras en biomedicina, bioingeniería, genómica y nanociencias.

Además, la puesta en marcha del Fraunhofer CAT, un proyecto especializado en teragnosis e ingeniería biomédica, fruto de una alianza entre la Generalitat de Cataluña, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, el Ayuntamiento de Barcelona y la Sociedad Fraunhofer, la institución europea de referencia en investigación aplicada, con una inversión prevista de 26,5 millones de euros hasta 2031.

Estamos hablando de una pequeña, pero significativa muestra, de lo qué tiene que ser la cadena de valor del conocimiento que queremos consolidar en Cataluña: desde la investigación fundamental hasta la innovación aplicada. Y es precisamente en el ámbito de la medicina de precisión y regenerativa, combinando física, bioingeniería, nanotecnología y investigación traslacional, donde esta conexión se hace más visible y Cataluña puede ejercer un liderazgo europeo real.

Todo, para liderar la Europa actual con el objetivo de salvar vidas y curar enfermedades. Este es el sueño que algunos han pensado, pero puede ser el destino que, en el largo plazo, muchos puedan materializar.
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