Opinión

La vida no sigue igual


CHRISTIAN ANTÓN, RESPONSABLE DE COMUNICACIÓN DE UNITECO PROFESIONAL
Firmas

09 junio 2020. 09.30H
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La verdad es que nunca me gustó Julio Iglesias, o nunca pensé si me gustaba o no. No es de mi época —yo tengo 32— y no hace el tipo de música que me gusta. Pero es innegable que sus canciones, cuando las escuchas, se quedan a vivir en tu cerebro, aunque no te gusten. Una de las que están guardadas ahí es 'La vida sigue igual'.

Esta canción habla de la vida, en general. La verdad es que hace un análisis bastante acertado en pocos versos de las cosas que son importantes para nosotros. Sin embargo, estoy seguro de que, si tuviera que escribirla hoy, haría pequeños matices. O grandes.

La vida no sigue igual. Lo que hemos pasado, lo que estamos pasando y lo que, irremediablemente, nos espera en años y décadas nos ha cambiado por completo. No nos engañemos; dominamos este mundo pero somos absolutamente vulnerables a él. Algo que el ojo humano no puede percibir a simple vista y que ocurrió a 10.000 kilómetros de aquí ha cambiado nuestro modo de ver el presente y el futuro. Es lo más importante que nos ha pasado en la vida —y mira que siempre utilizamos esa expresión en un sentido positivo— pero, probablemente, no es lo peor que vaya a pasarnos. Dentro de toda esta vorágine, lo que más me ha impresionado es conocer, realmente, cuál es el significado de la palabra VOCACIÓN.

"Lo que estoy aprendiendo de ti en estos meses no puede adquirirse pagando. No hay cursos, carreras o másteres que puedan impartirlo"

Hoy te hablo a ti, directamente, no de profesional a cliente ni de persona a persona, sino de persona a profesional sanitario. Yo, personalmente, he aprendido cada día de ti. Creía que tenía vocación por algo, incluso por una causa, el “proteger a quienes nos protegen”, pero me he dado cuenta de que lo mío es primero de vocación; tú tienes el doctorado, nunca mejor dicho.

Lo que estoy aprendiendo de ti en estos meses no puede adquirirse pagando. No hay cursos, carreras o másteres que puedan impartirlo. No es un conocimiento que se aplique a un campo concreto. Aunque mi trabajo, en parte, es ayudar a las personas, ayudarte a ti, jamás podré sentir eso que sientes tú. Y es que, simple y llanamente, tu trabajo hace que podamos seguir VIVIENDO; lo único, primero y primordial para lo que estamos aquí. A partir de ahí se desarrolla todo lo demás.

En este tiempo, ya como profesionales, te hemos ofrecido todo lo que sabemos hacer, el motivo por el que nos dedicamos a esto, pero, con todo y con eso, tú nos has dado mucho más a cada uno de nosotros, aun sin conocernos. Hemos aprendido nuevas cosas sobre tu protección, sobre lo que necesitas, sobre lo que es verdaderamente importante para ti en el momento, probablemente, más difícil de tu carrera.

Si nosotros, por un instante, podemos contribuir a que puedas desarrollar tu trabajo con un ápice más de tranquilidad, de desahogo, teniendo en cuenta los enormes riesgos a los que te enfrentas cada vez que tratas a un paciente, estos 51 años de dedicación habrán merecido la pena, solo por ese momento.

La admiración de una persona por una vocación hace 51 años es lo que me ha permitido poder dirigirme a ti hoy. Tú no eres Julio Iglesias, pero tu obra también se queda en la memoria, para siempre.

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