Aclaración: este escrito no es una contestación real a una reclamación, sino un ficción literaria del autor basada en algunos hechos que se viven con frecuencia en la sanidad pública
Estimad@
Usuari@ de la Sanidad Pública Española.
Hemos recibido su reclamación, que incluía varios adjetivos
calificativos despectivos sobre nuestra capacidad, nuestra labor y nuestra eficacia. Lamentamos profundamente estarle causando tantos disgustos, sinsabores y dramas.
Lamentamos que usted opine que no estamos tratando adecuadamente a su familiar de 89 años, pluripatológico, con varias enfermedades graves crónicas e incurables y que tiene actualmente una calidad de vida deficiente, básicamente entre la cama y el sillón del salón. Ante su acusación de que no queremos salvar su vida permítame que le recuerde que
nuestra misión es curar cuando es posible, aliviar cuando lo anterior no es posible y que el extra es
consolar siempre que podamos.
"Nuestra misión es curar cuando es posible, aliviar cuando lo anterior no es posible y que el extra es consolar siempre que podamos"
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En el caso de su familiar, curar no es posible, mantenerle con vida es mantener un calvario personal para él/ella. Le hemos puesto en tratamiento con la
Unidad de Cuidados Paliativos Domiciliarios ya que no hay cura posible para su dolencia tras probarlas todas. A pesar de ello, en los 8 últimos ingresos que ha tenido en su hospital de referencia en los últimos 6 meses por agudizaciones de sus procesos y enfermedades varías, le hemos remontado de una muerte segura en 4 ocasiones, usando 2 ingresos en reanimación/UCI. Además, ha acudido, en ese periodo,
25 veces a su médico de Atención Primaria, y 11 a diferentes consultas de especialistas, se le han realizado
53 analíticas y 18 pruebas de imagen. Se le han puesto todos los tratamientos farmacológicos pertinentes durante sus varios procesos, que suman 100.000 euros al trimestre.
También se le ha trasladado en
ambulancia al hospital o consultas cada vez que lo ha necesitado. Respecto a la queja de que la comida que le hemos dado en el hospital es una basura, lamentamos su percepción, pero créame que
es difícil conseguir platos sabrosos con restricción estricta de sal, que es lo que necesita su familiar, pero lo intentaremos con más ahínco.
Estamos orgullosos de todo lo que le ofrecemos como la
sanidad más universal y generosa del mundo, con toda probabilidad, y creemos firmemente que es bueno y humano que sea así.
Por todo ello, nos entristecemos mucho al recibir su queja, en la que
amenaza incluso nuestra integridad física si su familiar fallece. Entendemos su dolor e incertidumbre ante el futuro de su familiar.
Créame que
nos gustaría complacerle y asegurarle que seguirá viviendo, aunque sea con una ínfima calidad de vida y sin enterarse de nada, pero desgraciadamente no podemos garantizarle la Inmortalidad…
Todavía.
*El autor ha modificado el texto para que no se malinterprete su mensaje.
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