Pronto se cumplirán
tres meses desde mi toma de posesión como presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Asturias. Tres meses que han servido para afianzar el convencimiento con el que me presenté a las elecciones: era necesario continuar un proyecto que considero muy positivo y al que gran parte del equipo habíamos dedicado mucho esfuerzo y tiempo en el anterior mandato.
Llegué a la Junta del Colegio tras unas
elecciones a las que, por primera vez en los últimos años, concurríamos dos candidaturas a la presidencia, algo verdaderamente enriquecedor: el colectivo pudo escuchar distintas propuestas e ideas y conocer diferentes puntos de vista sobre nuestra profesión. Y no puedo dejar de estar satisfecha por el apoyo recibido por los colegiados; contar con un sustento tan importante me anima a seguir trabajando por los intereses de todos los farmacéuticos.
Es precisamente la lucha por el colectivo mi principal reto, objetivo y compromiso. Y en este sentido, hay que recalcar la
necesidad de trabajar por la viabilidad de las oficinas de farmacia. Nos ha tocado vivir tiempos difíciles, no solo para el sector, sino para todo el país. En cuanto a nosotros, ya hemos sufrido un ajuste muy duro, con una importantísima
caída en la facturación en los últimos tres años. Es un tema que me preocupa especialmente, ya que, junto con la pérdida de empleo, lo considero uno de problemas principales para la profesión. Vamos a poner todo nuestro esfuerzo en conseguir revertir esta tendencia y garantizar la viabilidad de las oficinas de farmacia.
También unidos tenemos que trabajar por el
desarrollo profesional de nuestro sector. Los farmacéuticos somos especialistas del medicamento, formamos parte del sistema de salud y como tal tenemos que ser considerados. Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Asturias concedemos vital importancia a las buenas prácticas profesionales, una senda que ya comenzó el anterior equipo de gobierno y por la que nosotros queremos seguir avanzando.
De igual modo, estamos totalmente a favor del
desarrollo de una cartera de servicios que aporten un valor añadido al de nuestra prestación actual. En este sentido, abogamos por iniciativas protocolizadas, remuneradas y, siempre que sea posible, acordadas con la Administración. Nos referimos a cuestiones como el programa de metadona, los programas Sistema Personalizado de Dosificación (SPD), deshabituación tabáquica, etc. En todas estas cuestiones los farmacéuticos tenemos mucho que hacer y que decir.
No podemos pasar por alto un tema que afecta a todas las oficinas de farmacia y por el que hay que trabajar, como el caso de las guardias. Racionalizarlas es uno de los grandes retos de nuestra profesión. Entendemos que todo servicio médico de urgencia ha de tener una farmacia de guardia que lo atienda, pero lo que
no podemos comprender es que se condene a guardias eternas a farmacias que no tienen demanda de servicio, algo que pasa, por ejemplo, en el área rural. Por ello, desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Asturias apostamos por que se termine con las guardias eternas en farmacias que no tienen demanda del servicio. En este sentido, planteamos la posibilidad de
exención del servicio de guardias a aquellas oficinas que no tengan servicio médico de urgencia relacionado y proponemos que las que tengan una alta rotación, pasen a ser localizadas en lugar de presenciales. Vamos a seguir trabajando en este sentido porque lo vemos básico para nuestra profesión.
Algo similar ocurre con las
sanciones. Tal y como están hoy contempladas nos parecen excesivas y desproporcionadas. Por ello es uno de los puntos que nos hemos marcado en la hoja de ruta de nuestro trabajo. Nos esforzaremos por modificarlo, así como por trabajar por la convivencia de actividades complementarias en la oficina de farmacia. Entendemos que estas actividades, que vienen desarrollándose de manera tradicional, no entran en ningún caso en contradicción con nuestra actividad central, por lo que lucharemos por su mantenimiento.
Los farmacéuticos tenemos que adaptarnos a los tiempos y nuestra formación ha de ser continua. Por eso, este campo seguirá siendo fundamental en mi etapa como presidenta del Colegio. Una formación presencial que sigue jugando un papel muy importante como así se dedujo de la última encuesta de satisfacción que realizamos, pero que conviva con una formación on-line y semipresencial. Apostamos por el progreso y la evolución con los tiempos y esta nueva Junta trabajará para dar formación desde todos los entornos posibles.
Y es precisamente esta apuesta por el progreso y por ese esfuerzo de caminar con los tiempos por el que vamos a continuar el proceso de modernización del Colegio. Ya hemos dado pasos al frente, con la presencia en redes sociales del COF y queremos mejorar la comunicación con los colegiados. Nos hallamos en proceso de cambios y mejoras y avanzaremos en este campo porque así nos lo demandan los tiempos y los compañeros.
No puedo obviar que gran parte de lo que vamos a hacer en esta etapa que empezó hace tres meses es
gracias al camino que ya se ha recorrido de la mano de presidentes anteriores. Gracias a ellos,
se ha puesto en marcha en Asturias la receta electrónica, que hoy ya es una realidad, ya que todas las oficinas de farmacia de la región pueden dispensar a través de este sistema.
Mi objetivo no es otro que caminar por la senda que mis predecesores en el puesto me marcaron: la que va paralela a la mejoría del sector y al trabajo por y para todos los farmacéuticos.
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