Los recién
graduados en Medicina son capaces de enfrentarse varias veces al
examen MIR hasta conseguir la nota para su
especialidad elegida. Pero
Alberto Vicente, estudiante de la Universidad de Valladolid (UVA) , tiene claro que no lo haría: Él repitió la Selectividad hasta que consiguó entrar en la carrera de sus sueños, pero fue tal la angustia que vivió que no pasaría por lo mismo: "
No repetiría el MIR ni por asomo, uno de los peores años que he pasado fue cuando no sabía si iba a poder entrar en la facultad". Ahora, en sexto, tiene claro su objetivo: "Soy una persona que siempre se ha esforzado dando lo máximo de mí en los estudios.
Lo afronto con ganas, es el momento de exprimir todo y ver dónde llego".
Y llegará lejos, porque su empeño le llevó a Medicina pese a no conseguir entrar a la primera: "Yo hice
tres veces la Selectividad y cuando me dieron por fin una plaza me sentí muy a gusto. Además Valladolid me pilla muy cerca de casa", explica el joven salmantino, que vive en Burgos y había conseguido plaza en la
Universidad del País Vasco.
LA LLEGADA A MEDICINA
Durante ese año previo a cumplir su sueño de entrar en Medicina, Alberto estudió
Biotecnología, por lo que esa fase de adaptación ya la tenía superada. “Noté mucho cambio en la forma en la que hay que estudiar, en Biotecnología teníamos mucho temario pero más abarcable. En Medicina es inmenso y
se necesita un estudio continuo, no puedes dejar nada para el último día, hay que estar siempre trabajando porque hay asignaturas que son muy grandes”, explica el joven, de 24 años, que califica la
experiencia universitaria como "emocionante".
"En segundo vas cogiendo la dinámica y tercero lo recuerdo como mortal, con un montón de asignaturas enormes. Fue el primer año en el que sentí que no podía, tenía clases de 8 a 2 y media y por la tarde otras 3 horas que había que darlas para poder terminar el temario" recuerda el estudiante, que sacó una moraleja durante esos años: "Ahí aprendes un poco que
ir a clase en la universidad tampoco es lo más importante en según qué asignaturas y según qué profesores".
ASPECTOS A MEJORAR
"Al llegar a los hospitales notas y ves que las cosas que estudias"
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Pese a que su experiencia en la universidad ha sido muy positiva, sí que
ha echado en falta ciertos aspectos a mejorar: "Las prácticas universitarias están un poco masificadas. La parte buena es que mi facultad tiene una cosa que se llama la Academia de Alumnos Internos que tiene una vertiente clínica que
nos permite hacer guardias en nuestros hospitales, atendiendo directamente a los pacientes o pasando por los servicios de forma extra universitaria", se enorgullece el joven, que también cree haber aprendido en sus rotatorios.
"Al llegar a los hospitales notas y
ves que las cosas que estudias, que a veces son inconexas, las puedes asociar con lo que le pasa al paciente y con lo que se le puede tratar", se congratula Alberto, que añade: "Te anima a tener más ganas de estudiar y aprender más".
FUTURO PRÓXIMO
El estudiante, hijo y familiar de muchos médicos, ya tiene en mente qué especialidad le gustaría hacer: "Yo soy muy de quirúrgicas y me gusta la
Cirugía General, Traumatología o Cirugía Plástica, pero ya se verá con el MIR", admite Alberto, que ha rotado por los dos hospitales de Valladolid y este año irá al de Burgos.
Desde comienzos de septiembre, el joven combina la recta final de su carrera con la preparación para ser
Médico Interno Residente. "En la academia ya hemos empezado hace dos semanas y la verdad es que tal y como me lo plantean y explican, lo veo muy difícil", explica Alberto, que no tira la toalla: "Pero que es mi trabajo".
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