La Revista

"No es sano tener el objetivo de estar entre los 100 primeros del MIR"

Cristina quiere hacer Cardiología en Madrid y afronta el examen con tranquilidad: “La autoconfianza da puntos”

Una aspirante espera para entrar al examen MIR de la pasada convocatoria.

13 ene 2018. 20.00H
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POR SANDRA MELGAREJO
Miguel Fernández de Vega
19, 33 Y 102. Cristina tiene estas tres cifras metidas en la cabeza. Es el número de orden que tenían en la anterior convocatoria los médicos internos residentes (MIR) que escogieron la plaza que ella quiere: Cardiología en el Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid). “No es sano tener el objetivo de estar entre los 100 primeros”. Ella intenta quitarse presión, por eso prefiere no desvelar sus apellidos.

No obstante, afirma que sí se puede tener el propósito de sacar menos de un 1.000: “Voy a por Cardiología en Madrid. Es una de las preferidas todos los años, pero también depende de la moda”. Es decir, lo que elige el primero influye a los demás: “Hay gente que no sabe qué especialidad escoger y se contagia de las preferencias de los primeros. A no ser, claro está, que el número uno coja algo inusual, como Microbiología, por ejemplo”.

DESCANSO DOMINICAL

Para conseguir su objetivo, Cristina estudia desde las 9.00 hasta las 14.30 y desde las 16.00  hasta… hasta que acaba: “En la primera vuelta (de junio a noviembre) estudiaba ocho horas diarias; en la segunda (de noviembre a enero), entre 9 y 10; en la última, todas las horas que pueda echar”. Así lo hará hasta el próximo 10 de febrero, día en el que se presentará al examen MIR en la Universidad Complutense de Madrid.

dESPUÉS DEL EXAMEN...
“Me voy un mes a Camerún de voluntariado con una ONG. He querido hacerlo desde que empecé la carrera, pero, por unas cosas u otras, no he podido. Esta era mi última oportunidad porque no voy a volver a tener tres meses de vacaciones. Vamos a hacer un cribado para una campaña de cirugía que se desarrollará después. Iremos por pueblos seleccionando a pacientes para intervenciones sencillas”, comenta Cristina.
Esa es su rutina de lunes a sábado, reservando algún rato libre para ver series o hacer ejercicio: “El deporte aporta bastante salud mental”. Los domingos no ha estudiado nunca; los aprovecha para salir, preferiblemente con amigos que también están preparando el MIR: “Es peor ver a gente que no está en esta situación porque siempre te preguntan cómo lo llevas. Entre nosotros nos entendemos y sabemos que hay temas que es mejor no tocar”.  

Sin embargo, considera que la preparación para esta prueba no es la etapa más dura de estudio que ha tenido en su vida: “El MIR exige más constancia, pero la dificultad me ha parecido mayor en la carrera. En época de exámenes estudiaba 12 horas diarias; eso no lo he hecho nunca para el MIR”. Todo el tiempo invertido en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid ha sido realmente fructífero: ha sacado matrícula de honor en la mitad de créditos de cada curso y su baremo es de tres (sobresaliente). “Si tuviera que darle un consejo a alguien que todavía está en la carrera, sería que aproveche las prácticas y estudie porque, aunque el baremo no cuenta mucho de cara al MIR, tener una buena base es una ventaja muy importante”.

TODO USADO

Cristina afronta el examen MIR sin miedo: “Soy una persona muy tranquila. La autoconfianza también da puntos”. Cree recordar que un día soñó que llegaba tarde a la prueba, pero no ha tenido pesadillas con quedarse en blanco. Nada de estampitas ni supersticiones. Todavía no tiene preparada la mochila, pero tiene claro que no llevará “nada que no haya utilizado ya en un simulacro”.

Respecto al tentempié para no desfallecer durante las cinco horas que dura el examen, ha ido probando con varios alimentos durante los simulacros, con la idea de comprobar si pueden ser molestos para los demás. Tras los ensayos, previsiblemente, su menú estará compuesto de tortitas de arroz –“no hacen mucho ruido y no huelen”– y agua.

Cada aspirante decide qué lleva al examen MIR (en la imagen, el de 2017). Lo que se recomienda es probar en los simulacros y no innovar ese día. 


Tampoco teme a ninguna materia susceptible de caer en el examen: “En general, el MIR se repite bastante, no suele haber muchas sorpresas. Quien lo hace siempre piensa que ha sido rarísimo, pero, en realidad, todos son iguales”. Eso sí, puestos a pedir, le encantaría que entrasen muchísimas preguntas de Cardiología y pocas de Infecciosas.

Para terminar, un deseo: “Que no sea muy fácil porque eso es lo que pasó el año pasado. La gente estaba muy apretada en la curva de Gauss y una pequeñísima diferencia te subía o te bajaba muchísimos puestos”.
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