Soy especialista en homeopatía. Al menos eso es lo que dice el sello que rubrica el diploma que me ha otorgado
Boiron tras completar un curso
on-line sobre los fundamentos de la homeopatía:
‘Boiron Certified Homeopathy Specialist’. La formación consta de treinta páginas en las que se mezclan infografías, explicaciones de audio y preguntas que el alumno debe responder para aprobar. Cada pregunta puntúa cinco puntos y hay que llegar a 20 para obtener el certificado. Si se falla, se puede volver a marcar la respuesta hasta dar con la correcta. En total tardé 18 minutos y 34 segundos en completar el test y ser ‘specialist’. Acerté todas las preguntas.
La ‘culpa’ de mi interés por el curso de homeopatía es de
J. M. Mulet, profesor titular de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia y autor del libro ‘Medicina sin engaños’. J.M. es José Miguel, pero firma así porque era la forma que su madre tenía de dirigirse a él para diferenciarle de su padre, tocayo suyo.
José Miguel Mulet, profesor titular de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia.
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Mulet luce el título como un ejemplo de la laxitud de Boiron y de la falta de seriedad con la que realiza sus campañas. “Con 10 minutos y saber inglés, Boiron te da un título de experto en homeopatía que puedes encontrar en las consultas de muchos homeópatas”, explica. Su inglés debe ser un poco mejor que el mío o su conocimiento de la pseudomedicina, superior: tardó en completar el test 8 minutos y 34 segundos menos que yo.
Mulet explica que “el curso se hizo viral, Boiron se dio cuenta de que la gente se reía de ellos y cerró el acceso desde España, pero ahora puedes volver a entrar”. El diploma parece un documento oficial, con la firma de un
“farmacéutico encargado de Educación y Formación” cuyo nombre no figura en letras legibles.
Similitud
Esta similitud con un título oficial irrita a
Vicente Baos, médico de Familia y conocido azote de las pseudociencias, que lo considera “una burda imitación”. Para Baos este diploma sigue la estela de las actividades de Boiron: “Parece ciencia, pero no lo es”. El problema es que “no se puede denunciar porque no es un título oficial”, aunque duda de que alguien le dé alguna validez. “Al final es bueno porque,
cuantas más tonterías hagan, más quedarán en evidencia”, apunta el médico de Familia.
Pero la similitud no es exclusiva del título. Según se aprende también en el curso de Boiron,
la homeopatía en general funciona por similitud. Una voz femenina dice en un perfecto inglés que homeopatía significa “misma patología” y ofrece un ejemplo: una picadura de abeja produce enrojecimiento en la piel, por lo que si una persona sufre de enrojecimiento en la piel se puede curar con una medicina “hecha de la abeja”.
Una de las preguntas del curso consiste precisamente en completar los huecos de una definición de esta pseudomedicina: “La homeopatía es un método terapéutico que usa productos naturales en microdosis para aliviar síntomas o enfermedades crónicas. Está basada en el principio de similitud: pequeñas dosis de un principio activo alivian de forma similar a los del mismo principio activo ingeridos en dosis altas”.
El médico Vicente Baos, junto a Mulet.
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“La homeopatía es un timo”
Mulet lo tiene claro: “La homeopatía es un timo porque es un tipo de especialidad que nunca ha demostrado con un control clínico las propiedades que tiene”. Para el profesor de Biotecnología, si quiere considerarse Medicina “
debería partir del método científico, superar ensayos clínicos, que se vea que funciona mejor que el placebo y que se conozca su toxicidad para que se apruebe y salga al mercado”. De hecho, cita el ejemplo de
la Artemisina como un fármaco “de la Medicina tradicional china que ha demostrado su eficacia y se ha incorporado a la práctica médica habitual”.
Uno de los argumentos del curso de homeopatía para defenderla es su
escasa toxicidad. “No hay riesgo de tomar demasiadas porque son muy seguras, así que no debes esperar a estar muy enfermo para empezar a tomarla”, señala la voz en un momento del curso.
En esto sí coincide Mulet, al menos en parte: “
Es inocuo hasta que alguien deja un tratamiento válido y lo sustituye por uno homeopático”. El riesgo se incrementa por el hecho de que los medicamentos homeopáticos “tienen un prospecto que dicen que sirven para curar una determinada enfermedad, incluso en sus vademécums encuentras tratamientos para cáncer y para el sida”.
En esta posición coincide el médico de Familia Vicente Baos, que apunta a que “el problema no es que no haga nada, sino que al tomarlo alguien deje de seguir un tratamiento que sí hace algo”.
DE PERIODISTA A HOMEÓPATA
¿Se fiaría de un periodista que le recomendara homeopatía? Yo tampoco. De ahí la sorpresa al imprimir el título de Boiron en el que califica de “especialista” a cualquiera que pase su curso on-line. El título no tiene validez alguna, pero sí puede ser confuso ya que tiene la intención de hacerse pasar por un documento académico. Al final no es más que una estrategia de relaciones públicas más de Boiron que, como se señala al principio del curso, trata de ganar adeptos y ofrecer argumentos para defender la homeopatía ante los incrédulos. El curso no aporta ninguna prueba científica ni ningún estudio que garantice la eficacia de la homeopatía. El resultado: un diploma tan diluido como los medicamentos homeopáticos de boiron.
La receta del médico
Es precisamente por el riesgo de que el paciente deje un tratamiento que sí es útil que Mulet carga contra los médicos que recetan homeopatía: “Esto contradice el código deontológico de la profesión que dice que tienes que dar el tratamiento que tenga una validez científica demostrada”.
Alberto Sacristán, médico de Familia y presidente de la Sociedad Española de Medicina Homeopática, no lo ve así: “Los médicos homeópatas y los no homeópatas
siempre nos guiamos por el código deontológico que nos obliga a buscar siempre la mejor solución según el caso de cada paciente”. Sacristán responde ante las acusaciones de Mulet de forma contundente: “Me parece curioso que una persona que no es médico ni ha visto nunca a un paciente diga cómo tenemos que trabajar los demás”.
Alberto Sacristán, presidente de la Sociedad Española de Medicina Homeopática.
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Para justificar la validez científica de la homeopatía, Sacristán cita el libro
‘Evidencias científicas de la Homeopatía’, escrito por Sergio Abanades y Marta Durán y patrocinado por la Cátedra Boiron de Homeopatía de la Universidad de Zaragoza. En este libro se glosan una serie de estudios que, a juicio de los autores, certifican
la validez científica de la homeopatía.
Como conclusiones, el libro señala que “cuando la homeopatía se administra a voluntarios sanos de forma controlada los medicamentos homeopáticos son capaces de inducir sus efectos prototípicos”. Sin embargo, apunta a que “cabe valorar si el ensayo clínico es la herramienta adecuada para
evaluar la eficacia de intervenciones holísticas como la homeopatía” y defiende el diseño de otras herramientas de medición ya que “el esfuerzo de adaptar la intervención homeopática al ensayo clínico es posible pero implica sacrificar una parte importante de su valor terapéutico y perder de vista sus resultados menos tangibles”.
En marzo de 2015, el
Consejo de Salud Nacional e Investigación Médica de Australia presentó una investigación en la que analizaba 176 estudios sobre homeopatía. De esta revisión surgió la siguiente conclusión: “
No hay evidencia fiable de ningún estudio en humanos de que la homeopatía haya sido efectiva para tratar ninguna de las patologías consideradas: no hubo estudios de calidad ni bien diseñados con suficientes participantes para afirmar que la homeopatía causa mejores resultados en salud que el placebo o que causa iguales resultados que los conseguidos con otros tratamientos”.
De hecho, a pesar de afirmar que un
medicamento homeopático “basado en abejas” puede aliviar el escozor de la piel, el curso de Boiron
no aporta ningún estudio ni ningún documento que demuestre la evidencia científica de la homeopatía.
Termino el curso 18 minutos y 14 segundos después de comenzarlo, aunque en la diapositiva número nueve me di cuenta de que se pueden saltar las páginas sin leer o escuchar el contenido. Acabo con la sensación de haber reciclado un poco mi inglés y con el conocimiento recién adquirido de que la homeopatía se basa en la similitud, que la disolución importa y que uno puede tragarse comprimidos homeopáticos como si fueran golosinas porque “son muy seguros”.
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