De piedra. Así se quedaron los sanitarios españoles cuando, recién comenzado el 27 de junio, supieron que la mayoría de los británicos no quería permanecer en la Unión Europea. A partir de ese momento, el sentir de los profesionales de nuestro país que desarrollan su labor en el sistema sanitario de las islas ha estado mayoritariamente marcado por la estupefacción, la decepción o la tristeza. Por encima de ellos, sin embargo, se erige la incertidumbre sobre las consecuencias en su situación profesional derivadas de la salida de la Unión Europea.
Durante la campaña, los partidarios de la salida se hartaron de repetir que si el Reino Unido dejaba la UE proporcionarían 350 millones de libras (440 millones de euros) a la semana al Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), la misma cantidad que el Reino Unido destina semanalmente a Bruselas. Fue uno de los argumentos más fuertes para lograr el ‘Leave’, pero sólo unas horas después de conocerse el resultado, el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, aseguró que fue un "error" y que nunca debería haberse usado esa idea.
“No sé si quiero seguir viviendo en un país con políticos como Farange”, cuenta a LA REVISTA de Redacción Médica Óscar Domingo i Bosch. Este anestesista trabaja desde hace casi un cuarto de siglo en el NHS y, aunque está plenamente integrado en el mismo, asegura que si la situación empeora no tiene ningún problema en convencer a su mujer -inglesa- y a sus tres hijos para marcharse a otro país. El hecho de que no se le permitiera votar “después de tanto tiempo pagando impuestos”, agrava el sentimiento de “cabreo” de este sanitario del Alexandra Hospital de Redditch.
Natalia García y Sandra Vázquez.
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Dos de sus compañeras, Sandra Vázquez y Natalia García, también comparten este sentimiento de estupefacción. “Lo que pensabas que era tu casa o lo que creías que estabas construyendo… te das cuenta de que no lo es, que hay gente que no quiere que estés aquí”, relata Sandra, una enfermera que se marchó a Reino Unido hace ya casi tres años harta de “contratos basura” en España. “Mis compañeros ingleses están avergonzados, no se lo esperaban y nos dicen que no nos preocupemos, que el NHS está sostenido por un gran número de inmigrantes”. Vázquez está bien informada.
Actualmente trabajan en Reino Unido 2.400 médicos y 2.200 enfermeros procedentes de España. “También hay muchas personas asiáticas, pakistaníes y del este, y es hacia ellos hacia donde van dirigidas las actitudes más racistas por parte de los pacientes, pero no hacia nosotros”.
La mayoría de sanitarios con los que ha hablado LA REVISTA de Redacción Médica coinciden a la hora de señalar que no creen que vayan a perder su trabajo. ¿El motivo? El enorme déficit de profesionales que tiene el NHS. Pero algunos, como Vázquez, han llegado a pensar en volver: “Me dio tanta rabia que pensé en hacer las maletas e irme a España”, explica, si bien es cierto que se ha dado unos días “para ver qué pasa” antes de tomar esa decisión.
Natalia García lo tiene más claro: “Mi billete de vuelta a España está más cerca”, relata tajante. “Si Reino Unido abandona la UE, el tiempo que trabaje aquí dejará de sumar puntos para la bolsa de trabajo en Aragón”, explica en referencia a una situación que se da por ser un país extracomunitario. En principio, eso es lo que dice la ley, pero el caso de Noruega podría hacer que Natalia siguiera ejerciendo como enfermera en el Alexandra Hospital, pues este país no pertenece a la UE pero sí al Espacio Económico Europeo, por lo que el tiempo allí trabajado sí computa. El tiempo dirá si Reino Unido sigue su ejemplo, o mejor dicho, si la Unión Europea permite a la isla ir tras los noruegos.
Enfado es lo que sintió Luis Beltrán al conocer que los que han sido sus compatriotas durante 12 años votan un ‘Leave’ que, en principio, no permitiría el libre tránsito de ciudadanos europeos. “Me sorprendió muchísimo, no me lo esperaba”, rememora. Este anatomopatólogo del Barts Health Hospital de Londres lleva 12 años al servicio de la sanidad británica y tampoco teme perder su trabajo, “visto lo que se nos necesita aquí”. Cuenta, sin embargo, que sí ha notado alguna discriminación hacia los inmigrantes entre los profesionales, pues “el hecho de no hablar el mismo idioma hace que no te vean en igualdad”.
También está dispuesta a regresar a casa María Guerra, otra enfermera del hospital Papworths de Cambridge. “No tenía intención de volver, pero después del referéndum, si el ambiente cambia y no estoy cómoda, no dudaré en irme. Ahora mismo estoy triste y decepcionada”. “Los españoles estamos bastante rebotados”, confiesa antes de argumentar que “hemos cotizado mucho dinero y de verdad que no sé a dónde va a ir a parar mi pensión”. Esta profesional recién ascendida cuenta que entre sus nuevas tareas está precisamente hacer entrevistas de trabajo. “Casi la mitad de los aspirantes son extranjeros”, explica.
la leyenda urbana de los 'benefits'
Uno de los argumentos que esgrimieron los partidarios del ‘Leave’ son los ‘benefits’ que cobran los inmigrantes, esto es las ayudas y subsidios que otorga Reino Unido a los extranjeros y que en palabras de NigelFarage, están arruinando la economía británica. Nuestros expatriados aseguran que no saben cómo funciona el sistema de ayudas porque nunca las han solicitado ni conocen a nadie en esa situación, un indicador que hace pensar de nuevo en los falsos argumentos de UKIP. Y es que, según los últimos datos oficiales ofrecidos desde el Gobierno británico hay 3.870 españoles percibiendo estas ayudas, pero teniendo en cuenta que residen unos 200.000 aproximadamente, ese 2% no parece una cifra demasiado alarmante ni mucho menos.
Las comunicaciones de colegios brillan por su ausencia
Los cinco protagonistas coinciden en algo: se sienten desamparados por los colegios profesionales en España. No han recibido ninguna comunicación y entienden que “aunque es pronto para aclarar algunas dudas, si deberían haberse puesto en contacto con nosotros para tranquilizarnos”, nos explica Natalia García.
Los sanitarios británicos han manifestado numerosas muestras de cariño a sus compañeros extranjeros.
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Lo que sí han recibido son mensajes de cariño y circulares apaciguadoras por parte de sus centros de trabajo. María, la enfermera del Papworths Hospital de Cambridge, ha querido hacernos llegar, orgullosa, el mensaje del gerente de su hospital. “#Loveourstaff: El director ejecutivo del centro quiere manifestar que empleamos a muchos sanitarios altamente cualificados procedentes del extranjero y continuaremos haciéndolo. Queremos aprovechar la oportunidad para comunicaros que estáis altamente cualificados y os valoramos mucho. Hacéis una contribución vital a diario proveyendo al sistema de los más altos estándares de calidad”.
Mensajes como este están levantando el ánimo de nuestros sanitarios expatriados y disipando la idea que a todos se les ha pasado por la cabeza: volver a casa. Sea como fuera, aún es pronto para sacar conclusiones y menos para tomar decisiones en caliente. Lo que sí ha quedado grabado en sus pensamientos, y rescatamos aquí las palabras de la enfermera Sandra es que “la decisión de abandonar la UE es ofensiva para los que trabajamos aquí”.
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