Era todo un reincidente. El falso médico V. Y. F. era detenido por tercera vez hace unos días por ejercer como facultativo sin tener formación. Esta vez ha sido en el Hospital de Figueras, (Gerona). Natural de Sagunto (Valencia), el fraudulento médico de 45 años había sido contratado por el Instituto Catalán de Salud para trabajar en este centro, donde atendía a los pacientes en las urgencias del Punto de Atención Continuada (PAC). Quien mejor lo ha definido ha sido el director de la Fundación Salud Empordà, Martí Masferrer: “Aparentemente un médico ejemplar, en realidad un delincuente que ha falsificado un título para ir por la vida”. Una situación que invita a la siguiente reflexión: ¿Qué falla en el sistema sanitario actual para que se produzcan este tipo de episodios?
Todos los implicados en la posible cadena de responsabilidades apuntan hacia un único culpable, el Ministerio de Educación, que es quien se encarga de expedir los títulos, y al que el falso médico ‘coló’ un expediente académico fabricado de una ingeniosa manera. “Se matriculaba de varias asignaturas en una universidad y a continuación pedía el traslado”, relata el presidente del Colegio de Médicos de Girona, Josep Vilaplana.
Ese era su ‘modus operandi’, repetir la misma estrategia e ir poco a poco configurando un expediente académico que el Educación validara. El departamento que encabeza Íñigo Méndez de Vigo, sin embargo, que ha rehusado hacer declaraciones a LA REVISTA de Redacción Médica, rechaza cualquier tipo de responsabilidad en su web, donde apunta que “los títulos de licenciados, diplomados y doctores correspondientes a estudios finalizados con posteridad a las fechas mencionadas (1988) serán expedidos por el rector de la universidad donde el alumno hubiera superado el último requisito necesario para la obtención del título”. Dicho esto, la `pelota’ cae en el tejado de la Universidad de Valencia, que “poco puede hacer ante un expediente ya validado por otra universidad”, según fuentes consultadas por este medio.
Josep Vilaplana, presidente del Colegio de Médicos de Girona.
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Ninguna de las dos versiones convence del todo a Vilaplana, que defiende la culpabilidad compartida en este tipo de casos. “No debemos mirar sólo al Ministerio, sino obligar a las universidades a perfeccionar el sistema de expedientes”, señala antes de añadir que El propio colegio ha recibido en varias ocasiones solicitudes de colegiación fraudulentas, que si bien no presentaban el título de Medicina, si entregaban justificantes, fotocopias y otros papeles. “Ha sido muy inteligente en su manera de engañar y todos tenemos que hacer una lectura”, ha concluido.
El historial delictivo de este fraudulento facultativo se remonta a 2011. En aquella época saltó a la fama cuando su novia le denunció tras haberle ‘pillado’videos en su móvil registrados con cámara oculta que había instalado en un baño de mujeres del Hospital de Castellón, donde trabajaba adscrito al SAMU. Dos años después, volvía a la carga. Trabajó como residente en el Hospital de Denia y en el centro de salud de Calp, y además se permitió el lujo de haber impartido clases de Fisioterapia en la Facultad de Medicina de Valencia.
Su título de Medicina estaba fechado en julio de 2014. Esta podría ser la razón por la cual la Consejería de Sanidad de Cataluña no tenía constancia de las actividades delictivas de este falso médico, pues había sido previamente inhabilitado en Valencia como fisioterapeuta. Desde la Consejería de Sanidad de Valencia tampoco se responsabilizan del caso porque “era un trabajador eventual…y quien lo inhabilita es un juez, no nosotros”.
En el PAC se tratan casos de baja complejidad, como resfriados y esguinces. Se calcula que el detenido trató a un millar de personas durante todo el tiempo que estuvo ejerciendo en AltEmpordà. Los responsables del hospital aseguran que revisarán todos los casos que pasaron por sus manos por seguridad clínica, aunque dan por hecho que no se ha llegado a producir ninguna situación médica grave, “pues no ha habido quejas”, según reza un comunicado.
Tanto el ICS como el Hospital de Figueres y el Colegio de Médicos de Girona han confirmado que se presentarán como acusación particular y ya han comenzado los trámites para hacerlo.
Fachada del Hospital de Figueras.
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Los otros falsos médicos
El caso de Figueres no sorprende a nadie, pues no es la primera vez que, ante el asombro de todos, falsos médicos aprueban el MIR, atienden en sus consultas e incluso forman a otros futuros facultativos. Sonado es el caso de J. A., que no sólo fingió ser cirujano cardiaco del Hospital General de Valencia durante años, sino que además se paseaba por los platós de Levante TV para dar consejos sobre desde su “experiencia”. Fue condenado a 8 meses de prisión.
A. G. M. prestó atención durante dos años a enfermos de alzhéimer y asesoramiento médico a sus familias como personal fijo de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de Lugo. Fue condenado a 5.400 euros de multa.
cronología del fraude
2011. Es detenido por la Policía Nacional por grabar con cámara oculta a mujeres en un baño compartido por estudiantes de Enfermería y sanitarias del SAMU de Castelló.
2013. Médico residente en el Hospital de Denia.
2013. Profesor de Fisioterapia en la Universidad de Valencia.
2013. Médico en el centro de Salud de Calp.
2014 (julio). Consigue su título de Licenciado en Medicina.
2016. Médico en las urgencias del Punto de Atención Continuada del Hospital de Figueras. Es detenido y puesto a disposición judicial.
Después de ser condenado a 6 meses de prisión por intentar colegiarse en Murcia con un título falso, E.G.C. trabajó como médico en centros de salud de varios municipios de la sierra de Huelva entre 2009 y 2014. Se enfrenta a una pena de 5 años.
D.R.C. aprobó el MIR y ejerció tres años en el Hospital de los Arcos de San Javier, Murcia, como médico de Atención Primaria. Cuando su caso salió a la luz, fue encontrada en la habitación de un hotel desfallecida por una intoxicación de fármacos.
Reincidente es el tristemente famoso ‘Coté’, acusado de los delitos de estafa, intrusismo, falsedad documental y blanqueo de capitales derivados de sus prácticas en las clínicas que regentó en Ferrol y Vinaroz y que ya ingresó en prisión. El foco de atención volvióa posarse sobre este falso médico cuando hace unos meses la Asociación de Afectados de Intrusismo Médico denunció que estaba detrás de la presunta fabricación de un conservante alimenticio.
En 2008, la policía detenía a más de 300 personas acusadas de falsedad documental e intrusión profesional. Participaban en una trama de academias desde donde se ofrecían expedientes académicos y títulos universitarios falsos supuestamente emitidos por universidades peruanas.
Sea como fuere y acabe donde acabe la cadena de responsabilidades en el caso del médico de Figueres, la explicación la encontramos en el ecosistema de expedientes. Toda una maquinaria que da por hecho la integridad ética del futuro licenciado y que debe ser revisada. Sirva este caso para ello.
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