Un hospital se parece en ocasiones a un equipo de fútbol de primer nivel. Gestionar los
egos de sus integrantes es todo un reto para el cuerpo técnico y directivo. Sin embargo, también hay médicos que hacen un trabajo encomiable a base de mucho esfuerzo y
sin darse aires de grandeza. En el campo hospitalario, ¿quién es el
Cristiano Ronaldo del vestuario y quién el
Cholo Simeone?
Parece ser que el balón de oro en este ámbito se lo llevan los
cardiólogos. “Nos vemos como
los mejores y nos ven como los
prepotentes. Así de claro”, cuenta a
LA REVISTA de Redacción Médica José Luis López Sendón, jefe del Servicio de Cardiología del
Hospital Universitario La Paz de Madrid.
Este es un hecho que corroboran otras especialidades. “Los cardiólogos son unos
sobrados”, comenta con sentido del humor
Pilar de Lucas, presidenta de la
Comisión Nacional de la Especialidad de Neumología. “Parece que a los especialistas en Cardiología les adiestran para ser de una
raza superior”, confirma entre risas
Cristina Pascual, hematóloga del
Gregorio Marañón, también en Madrid, y miembro de la junta directiva de la
Sociedad Española de Hematología (SEHH).
Pascual reconoce que a los
hematólogos se les ve casi como “
visitadores”, debido a la idiosincrasia de su especialidad: “Somos mixtos, estamos en consulta, en laboratorio… Y aunque tratemos cánceres (líquidos), oncólogos y hematólogos somos completamente diferentes. De nosotros, el resto de médicos dicen que somos gente estudiosa y poco interesada en lo económico”. Por cierto, ya que se les menciona, los demás especialistas consideran que los
oncólogos “se creen
semidioses, demasiado imprescindibles”.
LOS ACTORES DE REPARTO
Otros que, al igual que los hematólogos, son valorados por hincar los codos son los
internistas. De Lucas define al especialista en Medicina Interna como “
sabelotodo”. Y bien, ¿qué piensan los demás de los
neumólogos? “No creo que tengan una gran opinión sobre nosotros. Nos consideran una
especialidad menor. Piensan que somos
buena gente, pero que no hacemos nada muy importante”.
De Lucas afirma que esa consideración no dista mucho de cómo se ven los neumólogos a ellos mismos: “No somos decisivos, nos tenemos por
intrascendentes. Consideramos que se nos aprecia poco. Somos la antítesis del líder, los
actores de reparto”.
Quienes también se ven así son los especialistas en
Aparato Digestivo: “Somos uno más”, dice
Fernando Carballo, presidente de la
Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD). Eso sí, según Carballo, la suya es “una de las siete u ocho especialidades gordas”.
la egolatría del cirujano, explicada por uno de ellos
El ego desmedido de los cirujanos, sobre el que el resto de especialistas coincide, merece un capítulo aparte. “Todos los seres humanos tenemos un ego al que intentamos satisfacer. Por la naturaleza del trabajo que realizan y por la presión a la que están sometidos, los cirujanos compensan con su ego el enfrentamiento con la realidad y la frustración”, comentaba Julio Mayol, profesor titular de Cirugía de la Universidad Complutense de Madrid y director médico del Hospital Clínico San Carlos (donde antes fue jefe de Sección de Cirugía Colorrectal), en una entrevista con esta publicación. “Es una manera de intentar asumir la incertidumbre. Tener un ego fuerte te permite enfrentarte a situaciones en las que no conoces el resultado de antemano y que, además, dependen de ti”, explicaba. “Es muy difícil enfrentarte a otro ser humano y decirle ‘tengo que hacerle esto’ si no te crees que eres el mejor profesional disponible en ese momento”.
CARPINTEROS Y FANTASMAS
Martillo en mano, “los
traumatólogos son los
carpinteros de la Medicina”, dice un médico de Familia coruñés que prefiere ocultar su identidad. “Son los reyes del
ibuprofeno, no tienen ni idea de medicación”, agrega sobre los traumatólogos una farmacéutica hospitalaria madrileña. Pero, ojo, que su especialidad tampoco sale muy bien parada, ya que los
farmacéuticos de Hospital están condenados a vagar sin ser percibidos por los pasillos del centro: “Nuestra especialidad es
fantasma, nadie nos ve. Somos los
desconocidos del hospital porque estamos en el sótano y apenas salimos de allí”, lamenta.
Quienes sacan pecho son los
pediatras, cansados del estereotipo de que solo sirven para poner
vacunas. “La especialización ha otorgado relevancia a la Pediatría, los demás se han dado cuenta de que tratamos enfermedades graves en niños. Eso sí, no me creo superior a alguien que se dedica a mirar anginas. Todos los especialistas somos importantes.
Si algún pediatra se cree superior es anormal”, afirma
Paloma Jara, pediatra especializada en Hepatología Infantil y Trasplante Hepático en el
Hospital La Paz.
Concepción Sánchez Pina, presidenta de la
Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap), también defiende la labor de los pediatras: “Somos como
el internista del niño. Ofrecemos una visión integral, holística y en conjunto del paciente”.
¡NO ES LO MISMO!
En el ámbito de las enfermedades mentales, más de un paciente se vuelve loco con las diferencias entre lo que hacen
psiquiatras y
neurólogos, y parece que unos y otros pugnan por tratar los mismos trastornos. Sin embargo, a pesar de la impresión externa que puede dar, ambos especialistas
conviven de maravilla. “La relación entre Psiquiatría y Neurología en los hospitales es muy buena”, asegura
Rocío García-Ramos, neuróloga y secretaria de la Junta Directiva de la
Sociedad Española de Neurología (SEN). En general, comenta que las demás especialidades ven a los neurólogos “como un trabajador más, como personas responsables”.
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