El
parte médico de lesiones tiene mucha importancia ante
un caso de violencia machista: a veces, es el único instrumento con el que cuentan los juzgados y es la
única prueba de un posible delito, ya que hay contusiones que con el tiempo desaparecen. Además, sirve para
avalar la declaración de la mujer y, sobre todo, para activar
medidas de protección. De ahí radica la importancia de que esté correctamente redactado. El
protocolo nacional para la actuación sanitaria ante la violencia de género establece una serie de
recomendaciones para los facultativos:
TOMARSE TIEMPO PARA SU CUMPLIMENTACIÓN
Si el modelo de parte de lesiones aún no está informatizado en el centro sanitario, el médico debe cumplimentarlo con
letra clara, legible y sin tachaduras. A veces la ilegibilidad de los informes médicos impide conocer el
alcance exacto de las lesiones y, en consecuencia, la
gravedad de la agresión.
Esto
dificulta la posterior evaluación pericial por parte del forense y también la valoración por parte del juez. Es recomendable adiestrarse en su cumplimentación antes de que se presente algún caso y no rellenar de forma
irreflexiva y casi automática la información que se solicita.
CUIDAR EL LENGUAJE: NO USAR LOS TÉRMINOS VÍCTIMA O AGRESOR
Es necesario cuidar el lenguaje que se utiliza. No deben usarse los términos víctima ni agresor,
sino paciente y presunto agresor. Sí es muy importante detallar el parentesco del presunto agresor con la mujer, porque
el proceso judicial que se desencadene no será el mismo.
REFLEJAR LOS ANTECEDENTES MÉDICOS QUE PUDIERAN ESTAR RELACIONADOS
Es relevante reflejar los
antecedentes médicos que pudieran estar relacionados con el maltrato con el fin de dar la visión cronológica de la historia y la posible existencia de
maltrato habitual, relacionando los datos recogidos con la
historia clínica. La historia clínica no debe ser adjuntada con el parte de lesiones en el momento de su remisión inicial al
juzgado.
Toda la documentación que llega al juzgado, incluida la información clínica,
va a ser incorporada al expediente judicial y conocida también por la parte demandada, por la Fiscalía y el personal funcionario. Por tanto, se debe considerar la conveniencia de reservar información clínica sensible para el momento en que el juzgado solicite más información de antecedentes de la historia clínica que considere relevantes para la instrucción del caso.
En caso de que sea el juzgado quien reclame la historia clínica,
hay obligación de remitirla. Sin embargo, desde el punto de vista ético, el médico puede hacer notar al juzgado que hay información que trasciende lo necesario y solicitarle que le explicite
qué parte o aspectos del historial le interesa conocer.
Si el personal médico remite más información de la necesaria, puede tener
responsabilidad judicial en caso de ser demandado por vulnerar la
ley de protección de datos.
TENER EN CUENTA TRES EJEMPLARES
El modelo de parte de lesiones estará disponible en todos los centros sanitarios. Una vez confeccionado, se entregará un ejemplar: a la persona interesada
siempre que no comprometa su seguridad, ya que puede venir acompañada por el presunto agresor o que éste descubra la copia; al
juzgado de guardia por correo electrónico (en algunos municipios se encarga la policía local del traslado, así como de acompañar a la mujer si ésta pone una denuncia); y otro modelo
se archiva en el centro sanitario.
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