El teléfono no dejó de sonar durante los seis días previos al fallecimiento del Mohammed Abul Hossain, bangladesí afincado en el madrileño barrio de Lavapiés. El hombre, doliente de una enfermedad cardiovascular, había contraído coronavirus, por lo que su familia no dejaba de teclear los números de la línea habilitada por la Comunidad de Madrid para atender casos de Covid-19 y del 112. Él no podía, ya que apenas hablaba español. Los teleoperadores pedían conversar con el enfermo, pero
la comunicación con él era imposible. La barrera idiomática impidió que los servicios de emergencia llegaran a tiempo. El 26 de marzo de 2020, el migrante murió en su apartamento.
"Los intérpretes y
los traductores pueden salvar la vida de una persona", ha respondido contundente la traductora médica y secretaria de la Asociación Española de Traductores, Correctores e Intérpretes (Asetrad), Elisa Manzanal. En Salud, el trabajo de los primeros se centra en
la mediación lingüística entre pacientes y facultativos en consultas o entre los propios integrantes de un equipo médico durante una intervención quirúrgica. Por su parte, los segundos acostumbran a recibir encargos que van desde
la traducción de fichas técnicas y prospectos de medicamentos hasta la de artículos científicos, con la misión de "hacer comprensible la información técnica al público".
"En el SNS, la figura del traductor o intérprete es prácticamente nula", ha indicado Manzanal
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La ruptura de las barreras idiomáticas es uno de los objetivos del Sistema Nacional de Salud (SNS), especialmente en un país que recibió más de 85 millones de
turistas en 2023 y con un 13,4 por ciento de población extranjera el año anterior, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Así,
las comunidades autónomas ofrecen servicios de traducción e interpretación -mayoritariamente telemática- en sus hospitales y centros sanitarios. No obstante, según Manzanal, todavía es una asignatura pendiente. "En el SNS, la figura del traductor o intérprete sanitario es prácticamente nula, por no decir inexistente en parte de los centros".
La miembro de Asetrad ha denunciado
la falta de este grupo profesional en el SNS, por lo que en muchas ocasiones los enfermos deben de recurrir a sus familiares que mejor hablan en español para hacer de intérpretes. "Por norma general, esto conlleva una mala comunicación", ha indicado Manzanal. Además, ha añadido que “muchos médicos le cuentan que los pacientes se dirigen a ellos por medio de aplicaciones de traducción disponibles en Internet". El coordinador del equipo de mediación intercultural Salud entre Culturas, Nacho Peña, concuerda. "Hay médicos que no les queda otra que usar Google Translator. Al final, el sanitario intenta buscar la herramienta más inmediata".
Una situación que
cambia en la sanidad privada, donde la figura del intérprete es más habitual. No obstante, desde Asetrad han remarcado que "en múltiples ocasiones" los contratados realizan un exceso de labores administrativas o no son expertos lingüísticos, sino otros perfiles con conocimiento de idiomas, lo que resta valor a la retribución del sector.
Perfil de trabajador y paciente
Las fuentes consultadas coinciden en un punto: saber un idioma no convierte a nadie en traductor o
intérprete. Incluso, no vale únicamente con contar con los estudios universitarios relacionados con esta materia. "Es necesario contar con
un mínimo de formación en temas sanitarios", ha apuntado Peña.
Para Manzanal, la traducción e interpretación médica es
una de las especialidades "con mayor dificultad", debido al amplio abanico de áreas de conocimiento y disciplinas que abarca la medicina y ciencias afines. Además, cualquier error de traducción en este ámbito puede tener consecuencias muy graves. "Una mala traducción de una guía para la implantación de un 'stent' podría poner en riesgo la vida de los pacientes", ha ejemplificado.
"Es necesario contar con un mínimo de formación en temas sanitarios", ha apuntado Peña
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No obstante, bajo su punto de vista, tampoco es necesario haber realizado un grado universitario de la rama sanitaria para trabajar como traductor o intérprete en este sector, ya que los propios profesionales del sector lingüístico cuentan con másteres y cursos de especialización en este ámbito. No quita que no haya
veterinarios, médicos o biólogos que estudien Traducción e Interpretación para dedicarse a esta labor. "En nuestro equipo tenemos a muchos graduados en Medicina y Biología", ha afirmado el director de Intérpretes de Barcelona, Jaume Riera.
Los usuarios de este tipo de servicios suelen ser
migrantes afincados en España, especialmente padres que acuden a las consultas de Pediatría. También acostumbrán a emplear profesionales de los idiomas los turistas que llegan, entre los que algunos tan solo aterrizan en el país para ser atendidods en
cualquiera de las 432 clínicas privadas existentes. Es más, el alza de este último sector hace que cada vez más centros sanitarios de este tipo ofrezcan servicios de interpretación para atraer a pacientes internacionales. "Es el caso de la llegada de árabes a Barcelona para pasar por algún centro de oftalmología. Es habitual que hagamos acompañamiento de estos pacientes durante las operaciones", ha comentado Riera.
¿Cómo funcionan los sistemas de interpretación en hospitales?
Pese a que las asociaciones de traductores destacan que los sistemas de interpretación no funcionan igual en todos los hospitales, uno de los que cuenta con un catálogo importante de idiomas es el
Clínico San Carlos (Madrid). En total, 75, entre los que se encuentra
el chino, el árabe, el ucraniano o el ruso. "Hay lenguas que conocí con este servicio", ha apuntado el director del Servicio de Atención al Paciente, Información y Humanización de la infraestructura sanitaria, Rafael García.
El servicio de interpretación hospitalaria funciona
24 horas al día durante todo el año. Su funcionamiento depende de una empresa adjudicataria, en cuya plantilla se encuentran los distintos intérpretes -profesionales del sector y con formación en contenido sanitario-. Cuando su intervención es solicitada por algún facultativo, estos tienen que acudir con la mayor celeridad al teléfono móvil. "Tienen que estar listos para actuar en menos de un minuto", ha asevera el jefe de Personal Subalterno e Informadores del Hospital Clínico San Carlos, Miguel Ángel Martínez. Desde su departamento, hacen lllegar el dispositivo a través del cual los pacientes escucharán la interpretación.
"Los intérpretes deben estar listos para actuar en menos de un minuto", ha dicho Martínez
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El procedimiento del centro madrileño es el que se lleva a cabo en la mayoría de hospitales públicos del país. Según los trabajadores consultados, la utilización de este servicio
no ha parado de crecer en el último lustro -128 intervenciones en 2023-. "Su existencia se difunde entre el personal y cada vez más profesionales lo emplean", ha recalcado García. En cuanto al idioma más demandado, este cambia según el momento. Por ejemplo, el año anterior fue el chino mandarín, pero ahora toma la cabecera el ucraniano.
Más unidades de mediación
En las consultas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid suenan distintas lenguas, más allá del teléfono. De que sanitarios y pacientes se entiendan se encarga Salud entre Culturas, asociada al Servicio de Enfermedades Infecciosas del centro, aunque tocan todas las especialidades. Una organización que
atiende a migrantes desde hace más de 20 años. En su cartera idiomática, inglés, ruso, francés, árabe y chino, pero también pastún, wólof, bambara, mandinga, zulú o dariya -dialecto del árabe hablado en Marruecos-.
Desde la organización apuestan por el uso de personas formadas -Salud entre Culturas cuenta con cursos de interpretación sanitaria-, con el objetivo de
despejar de responsabilidades a los seres cercanos que acuden con los enfermos. "Tuvimos un caso de una mujer china que tuvo que saber por su nieta que tenía sifilis. Esto no puede ser. Al final, un hijo y un padre puede que no quieran hablar de determinados temas, mientras que con un intérprete esto no sucede. Además, un profesional sabe que existe el principio de confidencialidad, algo que un ser cercano igual no", ha compartido Peña.
"Una buena interpretación ayuda al ahorro de recursos económicos", ha afirmado Peña
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Asimismo, el coordinador de Salud entre Culturas ha destacado
la importancia de la presencialidad del intérprete en las consultas, frente a la atención telefónica. "Contar con un servicio de teletraducción 24 horas está bien, sobre todo para una primera toma de contacto o intervenciones urgentes. Sin embargo, hay informaciones que requieren un acompañamiento. Por teléfono no puedes explicar a alguien que le quedan determinados días de vida o que padece una enfermedad grave", ha puntualizado. Además, ha agregado que la asistencia por teléfono sufre problemas técnicos y que "muchos sanitarios desconocen de su existencia".
Así, proponen la creación de más unidades de mediación para los hospitales donde sean necesarias por el porcentaje de población extranjera a la que atienden. Actualmente,
Castilla-La Mancha es la única comunidad autónoma que cuenta con este tipo de departamentos de ayuda a
migrantes en sus principales hospitales. En el resto del país, existen programas en centros puntuales o iniciativas aisladas para tratar a pacientes con una enfermedad concreta.
"Una buena interpretación ayuda al ahorro de recursos económicos. Evitamos hacer segundas visitas, pruebas innecesarias…", ha asegurado Peña. Al año, Salud entre Culturas lleva a cabo
más de 2.000 interpretaciones y acompañamientos, cifra que no deja de aumentar. "Sin nosotros, muchas consultas no se podrían realizar", ha continuado.
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