La existencia de
actividades de ocio en los hospitales que estén destinadas a las personas que sufren
enfermedades crónicas es una prioridad para la enfermera
Ruth Molina. Ella trabaja en la
sala de diálisis del
Hospital Virgen de las Nieves de Granada y, desde hace unos años, todos los viernes -o sábados- se
organiza un bingo para que los pacientes que tienen que estar
cuatro horas durante tres días a la semana “enganchados” a una máquina en esa sala, puedan tener sus
momentos de diversión junto a todos sus compañeros.
Durante los últimos años,
la maquinaria de la hemodiálisis se ha innovado “muchísimo” en temas como
los filtros, el
estado del agua o
en los líquidos, pero el tiempo requerido que un paciente necesita para
depurar su sangre sigue siendo el mismo:
cuatro horas.
Una duración que esta enfermera ha considerado “eterna” para una enfermedad que “no tiene perdón de dios” y que “castiga con muchas restricciones”. “Las horas que pasan con esa máquina se convierten en un horror para ellos”, ha lamentado en una entrevista a
Redacción Médica.
Para que todas esas horas fuesen más amenas, los pacientes propusieron a Molina que organizase un bingo al finalizar cada semana. Una propuesta que, desde el principio,
contó con el apoyo de todos los profesionales sanitarios que trabajan allí y que ha generado un ambiente “muy bonito” entre ellos porque, mientras juegan, se comunican, se conocen y “se divierten mucho”. “No hay semana que llegué el jueves y no haya alguno que me recuerde que mañana hay bingo”, ha afirmado.
Actividades de ocio para ayudarles a superar la diálisis
Desde hacía tiempo, Molina sentía que solo con el cuidado de estos pacientes “no era suficiente” y que “se quedaba corta”. Eran necesarias
propuestas adaptadas que facilitasen y ayudasen a que
pudiesen superar todas esas horas conectados a una máquina que hace la función de los riñones.
“Había que llegar a ellos con un poco más. Por eso la idea de incluir actividades de ocio y entretenimiento. Y parece que otros hospitales también se están concienciado de ello porque algunos se han puesto en contacto con nosotros para que les diéramos las pautas para implantarlas”, ha argumentado.
Con el bingo, el grado de participación “fue sorprendente”. Según ha asegurado Molina, fueron los propios pacientes quienes se ofrecieron a
elaborar los cartones con las fichas, e incluso uno de ellos llevó el
micrófono con el que actualmente 'cantan' los números. “Que se haya viralizado ese vídeo genera una imagen muy bonita que permite entender que, aunque la hemodiálisis es una técnica con muchas máquinas, también alberga un ambiente muy humano”, ha subrayado.
Un Taller de cocina como medida "educativa sanitaria"
Pero esta
no ha sido la única actividad de ocio que se ha promovido desde este hospital. Hace poco tiempo, se organizó un
taller de cocina en directo dentro de la propia sala de diálisis. El objetivo de este proyecto era cocinar una receta que les divirtiera, pero también ofrecerles una “
educación sanitaria” de cómo hay que
cocinar los alimentos dependiendo de la enfermedad que uno padezca. “Hicimos un zumo y un pastel y luego lo compartimos y nos lo comimos entre todos”, ha explicado.
Otra de las actividades que continúan organizado
es el karaoke. De hecho, en
2018 lideraron la iniciativa ‘Hemodiálisis Baila’, en donde participaron pacientes con esta patología de
92 cetros de toda España, tanto públicos como privados. “Fue super divertido. Nos dieron también muchos premios”, ha reconocido.
"Este tipo de actividades consigue que un paciente venga por primera vez a diálisis con menos ansiedad y miedo"
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Para Molina, la capacidad de poder crear un ambiente “afable y festivo” con esta clase de actividades es fundamental para ayudar a los pacientes que
llegan por primera vez a la sala de hemodiálisis y conseguir así, rebajar su "ansiedad y miedo" en sus primeras intervenciones.
Reducir la ansiedad y el miedo a la hemodiálisis
Cuando ven que el resto de sus compañeros se lo están pasando bien y le restan importancia a lo que les está ocurriendo, aumenta el grado de relajación que disipa la ansiedad y sus miedos a estas primeras hemodiálisis”, ha indicado.
Para terminar, Molina ha reconocido que “le hace muy feliz” poder proporcionar estas
vías de escape a unos pacientes con unas
vidas tan complicadas. “Yo ya no entiendo el cuidado si no es con este tipo de actividades”, ha concluido.
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