En la mayoría de las agresiones a profesionales sanitarios el causante del daño es el propio paciente que acude al centro. Así, de las
490 agresiones registradas por el Observatorio Nacional de Agresiones a Sanitarios de la Organización Médica Colegial (OMC) en 2018,
el 70 por ciento de los agresores eran los propios pacientes, es decir, un total de 343 pacientes.
De ellos,
el 40 por ciento son programados, es decir, acuden al centro con una
cita previa, frente al 30 por ciento que acude sin haber sido 'programados'. Por el contrario,
tan solo un dos por ciento de los agresores son 'pacientes desplazados', esto es, los que precisan asistencia sanitaria en otra comunidad autónoma.
Agredidos por el familiar de un paciente
Según el estudio de la OMC,
el 28 por ciento de los agresores son acompañantes de los pacientes. Como en el caso de
Carolina Pérez de la Campa, médico de Familia en San Sebastián de los Reyes y delegada de Prevención de Riesgos del sindicato Amyts,
que hace cuatro años sufrió una agresión por parte de la hija de una paciente.
"Le pusieron seis meses de prisión que no cumplió porque no tiene antecedentes. La única consecuencia es que ahora tiene un
antecedente penal", describe la médico, que aunque cree que se ha avanzado en cuanto a la información de la que disponen los profesionales sanitarios y la creación de protocolos, "aún queda muchísimo por mejorar. No tiene fácil solución".
Además,
el 52 por ciento de ellas se produce en Atención Primaria, frente al 23 por ciento de las agresiones que se realizan en Hospitalaria. Las Urgencias hospitalarias y de Atención Primaria representan el 14 y el 11 por ciento respectivamente.
Además, en el 2018,
el 17 por ciento de las agresiones causaron una baja laboral. Es el porcentaje más alto desde el 2010. En 2013, solo el 9 por ciento de los profesionales sanitarios agredidos causó baja.
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