Cualquier pensamiento relacionado con la figura de la enfermera nos traslada directamente al hospital. Nuestra mente las ubica en consulta, quirófano o sala de extracciones, envueltas en el ajetreo que se vive en la infraestructura sanitaria. Un barullo en el que se entremezclan sollozos, quejas y un sinfín de pitidos procedentes del instrumental médico. Pero, la realidad de la titulada de
Enfermería sobrepasa los límites de la convencionalidad hospitalaria. Y es que también se necesitan más allá de los límites de los centros. Bien lo sabe
Sergio López, profesional que experimentó un rango sonoro compuesto por el clamor de las trompetas, el repiqueteo del tambor, el rugido de la multitud y el tañido de los vasos al brindar, ya sea de alegría o de tristeza. La canción de cualquier
Mundial de Fútbol.
López fue uno de los enfermeros que formó parte del personal sanitario de Catar 2022. A través de una agencia, el profesional de la salud aterrizó en el Golfo Pérsico para
la atención de los miles de aficionadous llegados de todas partes del mundo para asistir a la competición deportiva. "Es un país pequeño, por lo que no le daba a nivel sanitario para cubrir un evento de esta clase", ha explicado. En concreto, su área de trabajo fue una de las zonas reservadas para la hinchada, en las que se reunían a comer, beber, ver partidos y festejar. Un tipo de espacios habilitados para 50.000 personas. "Justo al lado teníamos una tienda de campaña bastante grande, con unas 30 camas", ha explicado a Redacción Médica.
Sergio López junto a miembros del equipo sanitario del Mundial de Fútbol Catar 2022
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Golpes de calor o molestias musculoesqueléticas acostumbran a ser algunos de los casos que se tratan con una mayor frecuencia en este tipo de eventos. Eso sí, el número uno es la
intoxicación etílica. Un escenario al que el personal catarí no se suele enfrentar en su día a día. "Nos trajeron principalmente para controlar a este tipo de paciente, ya que al ser un país en el que no se consume generalmente mucho alcohol, ellos no están habituados a verlos. Nosotros, después de pasar un viernes noche en urgencias, estamos curtidos", ha confesado López.
La mayor complicación venía de
la capacidad de adaptación del profesional a un paciente cambiante, especialmente a nivel cultural. Y es que
un Mundial de Fútbol es un crisol de nacionalidades, cada una con sus creencias y costumbres, las cuales también influyen en la asistencia sanitaria. "Nos enseñaron un poco cómo acercarnos a cada paciente y no faltarles el respeto. No es lo mismo una persona occidental que una procedente de un país musulmán o budista, ya que cambia su interpretación del contacto físico", ha afirmado López. Asimismo, la plantilla asistencial tenía que estar preparada para comunicarse con la mayor celeridad posible, pese a no compartir idioma. "Es verdad que la mayoría hablaba inglés, pero no todos. Lo bueno es que el grueso de los aficionados procedía de Latinoamérica, lo que facilitaba el trabajo a todo el personal hispanohablante", ha reconocido.
Sergio López trabajó durante meses en Catar.
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Una experiencia inolvidable
Para López, formar parte de los equipos sanitarios del Mundial de Catar fue
una vivencia única. Y es el enfermero tuvo la oportunidad de
trabajar con profesionales procedentes de distintos rincones del mundo. Eso sí, la mayoría no pertenecían a su sector. “Casi todos eran paramédicos, sobre todo, llegados de Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido”, ha comentado. Sanitarios a los que hay que unir los oriundos del país anfitrión, encargados de supervisar las actuaciones de los trabajadores arribados de fuera de sus fronteras, ya fuera en las zonas dedicadas a la afición o los equipos ubicados en estadios, campos de entrenamiento u hoteles.
"Se pueden aprender muchas técnicas y tipos de tratamiento que se alejan de tu área de confort"
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Un colectivo que sirvió de aula para el enfermero.
"Se pueden aprender muchas técnicas y tipos de tratamiento que se alejan de tu área de confort", ha afirmado López. Pese a que los procesos están muy internacionalizados, las actuaciones de cada sanitario variaban ligeramente según el país. Así, López observó que para la prevención de infarto de miocardio agudo, los médicos cataríes no dudaban en emplear aspirina, nitroglicerina o clopidogrel, algo que en España es menor habitual, al no primarse la administración de fármacos. También que los sanitarios procedentes de países asiáticos empleaban más tratamientos enlazados con la Medicina tradicional. "Pese a todo, nos entendíamos", ha reseñado el profesional del campo de la salud.
López centró su trabajo en una de las zonas de aficionados del Mundial.
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Una trayectoria diferente en Enfermería
Más allá de sus días en el Mundial de Catar, la carrera de López se escapa a los convencionalismos. Tras formarse en España, como tantos otros enfermeros,
el profesional se mudó al Reino Unido en 2012, país en el que comenzó a trabajar en una compañía de residencias de la tercera edad en Belfast. De ahí, saltó a Reading, donde laboró en el servicio de urgencias de uno de sus hospitales. Poco a poco ascendió hasta ocupar el cargo de coordinador. "Lo bueno que tiene el sistema inglés es que cuenta con un modo de progresión de carrera más interesante que el español. Además, están muy especializados en muchas áreas y existe un trabajo multidisciplinar muy interesante. Yo recuerdo titulados de Enfermería que se dedicaban exclusivamente al asma o al alzhéimer", ha explicado.
No obstante, el Brexit hizo que su camino -y el de su pareja, también enfermera- se desviase de las Islas Británicas. Así, en 2018, ambos decidieron volver a España, pero no llegaron nunca. Y es que los dos se embarcaron para
ejercer en cruceros. Allí, los sanitarios se dedicaban a la atención de casos de urgencias, la mayoría traumatismos, diarreas, contratiempos relacionados con la diabetes, infartos e ictus -hay que señalar que el público de este tipo de viajes se caracteriza por su edad avanzada-. En total, se pasaban hasta cuatro meses embarcados. "Como mínimo hay un médico y
una enfermera por barco. En ocasiones, hasta 4.000 pasajeros y más de 1.000 miembros de la tripulación, aunque en estos el personal de salud es mayor", ha revelado López. Sin duda, la carga de trabajo era importante.
López trabajó con personas de distintas partes del mundo, además de con sanitarios cataríes.
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Las travesías se cortaron con la llegada de la pandemia de coronavirus. López voló a Madrid y casi de inmediato
comenzó a trabajar en la UCI del Hospital Universitario La Paz. "Llegué un martes y el jueves ya estaba en funcionamiento", ha revelado el enfermero. Tras dos años centrado en la asistencia de pacientes afectados por Covid-19, cuando descendió la incidencia, el sanitario dejó el centro para pasar a
formar parte del equipo de Janssen encargado de la vacuna contra la citada patología. "Mi función era coordinar un grupo internacional de 15 a 20 personas que se dedicaba a resolver dudas sobre el tratamiento o sus efectos adversos, tanto a sanitarios como a ciudadanos de a pie de Europa, África y Oriente Medio", ha asegurado.
Tras Janssen, llegó Catar. "La verdad es que era muy parecido a mi trabajo en cruceros", ha añadido el profesional. Una vez concluido el Mundial de Fútbol, López regresó a España. Se instaló con su pareja en Barcelona, donde
combina contratos en servicios de Urgencias y en empresas encargadas de la repatriación aérea de pacientes en otros países del mundo. "La verdad es que este es el ámbito que más me atrae", ha revelado.
"Sería bueno saber si se compatibilizarán los años trabajados en el extranjero"
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De momento,
López no se plantea viajar en una temporada. Pese a parecerle interesante desarrollar su profesión en lugares como Estados Unidos, Australia o Nueva Zelanda, en los que existe una visión distinta de la Enfermería, el sanitario ha reconocido que le gustaría seguir en España. Incluso,
sacarse la especialidad de Urgencias, cuando
esté diseñada en el país. "Sería bueno saber si se compatibilizarán los años trabajados en el extranjero", ha apuntado. En su haber, más de diez años dedicados al tratamiento de casos que requieren celeridad. Los sonidos unidos al rápido trasiego laboral de la enfermera forman parte de su memoria auditiva. Sonarán bajo los techos blancos de un hospital o con el rugido de la afición de fondo. Quién sabe si sumará notas en 2030, cuando el
Mundial recale en suelo español.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.