A Paco García todavía se le ponen los pelos de punta al escuchar por megafonía el “entre a la estación” de los
exámenes ECOE. Este actual
R4 de Pediatría del Hospital
Virgen del Roció fue de las
primeras promociones de estudiantes de Medicina en participar en la prueba, y recuerda los nervios que sintió instantes antes de acceder a los diferentes ‘stands’ para su evaluación. Ahora, cuatro años después, las tornas han cambiado y ya no es a él a quien examinan, sino que ha tomado
el rol de actor para orientar y ayudar a los futuros médicos a que salgan,lo mejor preparados posibles, al mundo laboral.
Echando la vista atrás, García afirma a este periódico que la prueba ha cambiado “muchísimo” desde que él la realizó. Según explica, ahora está “
super bien” organizada y hay una gran variedad de ‘stands’ con especialidades distintas. “Los alumnos tienen una ‘tablet’ con la
información del caso clínico que tienen que atender, lo leen y luego se lo entregan al examinador. Después acceden a la sala y un actor está esperándoles para que empiecen las preguntas, l
a anamnesis, exploración, la petición de pruebas etc…”, ha explicado.
En su caso, estaba como actor en la sala de
Pediatría y adoptaba el rol de un padre muy agobiado que llevaba a su hijo a la consulta por una
fiebre sin foco, que es lo más común que se ve en
Urgencias. Allí, los estudiantes de Medicina tenían que hacerle las preguntas que considerasen relevantes para conseguir averiguar lo que le ocurría al neolactante.
“Me preguntaban por los
antecedentes obstétricos del paciente, los familiares o su tipo de alimentación, entre otras cosas, y tienen una serie de ítems que tienen que cumplir para superar la prueba. Obviamente es muy difícil que ellos solos contesten a todo, pero el actor y el examinador vamos ayudándoles y guiándoles para que den con la patología” ha argumentado.
¿Cómo funcionan los exámenes ECOE?
Tras la parte de preguntas toca la de examinar al paciente, en este caso, a
un muñeco. En este proceso, el alumno narraba en voz alta lo que iba haciendo y García le
daba el resultado de esa exploración. “Por ejemplo, ellos me decían que estaban mirándole la fontanela, y yo les respondía que estaba normal. O que iban a explorarles la boca y yo les contaba que se apreciaba una farige hiperémica”, ha recordado.
Para García, esta experiencia vivida fue
muy gratificante. Al principio no tenía muchas expectativas, pero al terminar reconoce que se lo pasó “pipa”. “Cada vez que terminaba el ‘stand’
me reía con los alumnos. Me recordaban mucho a mí cuando yo era R1 y los padres no dejaban de preguntarme cosas que yo no sabía”, ha subrayado.
"Me recordaban mucho a mí cuando yo era R1 y los padres no dejaban de preguntarme cosas que yo no sabía"
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Convertirse en profesor y enseñar Medicina
De hecho, a pesar de que este año acaba su formación en el Hospital Virgen del Rocío y no sabe dónde acabará como adjunto, espera volver a participar el próximo año en el ECOE como actor.
Asimismo, esta experiencia le ha incentivado a seguir persiguiendo su sueño de querer meter la cabeza en el mundo de la docencia y llegar a
dar clases en una facultad de Medicina. “Esta ha sido mi primera toma de contacto, que, aunque no es dar una clase como tal, si estás con los estudiantes, ves los casos clínicos con ellos y me ha animado para intentar dar clases en la universidad”, ha concluido.
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