La situación de los Servicios de Urgencias es “insostenible”. Es la denuncia que repite mes tras mes la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (
Semes), reprochando a los dirigentes políticos la falta de soluciones. El
envejecimiento, las
listas de espera, la situación de la
Atención Primaria y que Urgencias no ‘goce’ de tener
su propia especialidad son los cuatro 'Jinetes del Apocalipsis' que han hecho aumentar la presión sobre estos Servicios, tal y como afirman profesionales de urgencias y emergencias a
Redacción Médica.
Tanto las urgencias españolas como los pacientes que acuden a ellas están viviendo una
situación “extremadamente injusta”, recalca
Julio Armas, médico de Urgencias del Hospital Vinalopó de Elche, quien afirma que el sistema sanitario se va “
desmoronando a trozos”. “No hay manera de llegar a la calidad que teníamos antes. Ahora tenemos un sistema sanitario estresante, caótico”, comenta.
“Lo que antes eran días malos, ahora son días de respiro. Y esto es algo que tenemos que solucionar, porque lo que viene después es que haya una fuga de profesionales, porque uno intenta desarrollar su vocación donde su integridad y su
salud mental no peligre”, avisa Armas. Un día a día que ha empeorado en las urgencias en este último lustro, tal y como aseguran sus profesionales, que añaden que la pandemia originada por el Covid-19 no ha hecho más que
acentuar esta “sobrecarga”.
Los médicos consultados por este diario coinciden que hay un “empeoramiento” en la calidad asistencial y que el personal se encuentra “estresado y quemado”, debido a que son los propios profesionales sanitarios quienes ven que su asistencia va empeorando. “Al disminuir la calidad asistencial aumenta la posibilidad de que haya errores por la sobrecarga y porque la plantilla no da abasto”, añade Armas.
Las listas hospitalarias, una de las razones de la presión
“La presión asistencial en urgencias también se ve incrementada por las listas de espera hospitalarias”, recalca
Pascual Piñera, presidente de Semes. En ese sentido, desde su sociedad médica denuncian que los Servicios de Urgencias llevan en esta situación “complicada” desde el año 2019, y que lejos de menguar esta sobrecarga,
va “en aumento”. Esta presión, añaden, hace que sus
profesionales tengan que atender a un 30 por ciento más de pacientes de media respecto a la población que atendían hace cuatro años.
Una de las razones de este aumento de la carga es la situación actual de la Atención Primaria: “La
poca accesibilidad que los pacientes se encuentran en Primaria con los retrasos en las consultas y en las demoras en las listas de espera hace que Urgencias caiga.
Después de caer Primaria cae Urgencias”, advierte Piñera. Y esta vida laboral cotidiana es lo que están sufriendo de primera mano desde hace ya cinco años. Julio Armas apunta a que esas
listas de espera se han “duplicado o incluso triplicado” e incide en que lo que se está viviendo desde entonces es solo “la punta del iceberg”.
Para intentar reconducir la situación, desde Semes inciden en la importancia de
aprovechar mejor los recursos del Sistema Nacional de Salud (
SNS).
Maite Maza, miembro de la Junta Directiva, apunta a que hay que “optimizar” los recursos humanos y materiales que el sistema sanitario español tiene para poder ofrecer una buena asistencia sanitaria.
Esa reorganización del sistema pasa por
implementar un circuito diferenciado para las personas mayores en los Servicios de Urgencias. Piñera indica que no se invierte el mismo tiempo en pasar consulta con una persona de mediana edad que con una persona mayor, con problemas de movilidad y pluripatológico, lo que hace que su
labor se vea ralentizado. “En el año 2019 tuvimos 1.500 pacientes mayores de 85 años más que en el año 2014. Es decir, pasamos de ver a 3.500 pacientes mayores de 85 años al año en Urgencias a ver a 5.000”, explica.
Piñera defiende que con un sistema bicéfalo se podría aligerar la carga médica de estos sanitarios: “Hay que intentar buscar espacios alternativos, aprovechar de otra manera el espacio físico y el personal. Que no sirvan las urgencias de
almacén de pacientes”.
El envejecimiento, otra ‘pata’ crucial
Un factor importante en la situación actual que están viviendo en las urgencias tiene una relación directa con el
envejecimiento de la población. Un fenómeno que no solo afecta a los pacientes, sino que tiene mucha incidencia también entre los profesionales sanitarios, puesto que a medida que los facultativos vayan 'colgando la bata', el sistema necesitará a profesionales que cubran esas bajas. Y si no se reponen esos puestos de trabajo, los sanitarios señalan que la presión sobre urgencias agrandará.
No obstante, ese envejecimiento no solo afecta a los pacientes, sino que también a los profesionales sanitarios. Una tendencia que si bien no se previó bien, tampoco se están tomando medidas para remediarlo, asegura Maite Maza: “Hace pocos años hubo un gran número de médicos de entre 55 y 65 años y era previsible que un grupo grande de facultativos se jubilaría.
Es un déficit, por lo tanto, esperable. Para evitar que vuelva a pasar, habría que hacer un
replanteamiento profundo y un ajuste de los recursos humanos de una manera global. También que se logre la especialidad de urgencias para poder hacer una buena gestión y coordinación de nuestros recursos”. A lo que añade que la “
sostenibilidad de los Servicios de Urgencias, pasa por ahí”.
Armas va incluso más allá, y advierte que, si no se da una
mejoría en las condiciones laborales en el Sistema Nacional de Salud para hacer su profesión “atractiva”, nadie querrá sustituir a los próximos profesionales que vayan jubilándo en los próximos años. “Al final habrá un déficit importante de médicos que no se podrá sustituir, y
el sistema se colapsará todavía más”, zanja.
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