Nadie dentro del círculo de
Lidia Sánchez-Puebla se dedicaba a la Medicina en el momento que tomó la decisión de querer formarse en esta profesión. De familia de físicos, siempre ha
destacado en los estudios y, en el momento en el que fue consciente de que podría ayudar a las personas con esta carrera, no se lo pensó ni un segundo y se embarcó en la aventura de
convertirse en médica. Un camino que
no ha sido fácil y que, tras seis años, lo ha conseguido. Pero no sin antes tener que
sortear infinidad de obstáculos, y nunca mejor dicho, ya que tuvo que compaginar la facultad con la exigencia y dedicación que conlleva ser
una atleta internacional de alto rendimiento.
Su vínculo con el deporte empezó desde que era una niña. Tras ganar las primeras competiciones de cross escolar, sus padres le apuntaron a la escuela de atletismo donde siguió destacando en los eventos y, en Bachillerato, consiguió ser internacional con la
selección española. Al llegar a la universidad, también entró en el
centro de alto rendimiento de Madrid, y fue el momento donde tuvo que tomar una de las decisiones más importantes de su vida: o dejaba la Medicina para centrarse en el atletismo, o tendría que ‘dejarse la piel’ para poder
compaginar sus dos pasiones.
“El primer año de universidad veía
inviable estudiar la carrera y entrenar. Pero fui constante y exigente conmigo misma, y conseguí sacar Medicina a curso por año. Lo hice a través de
organización y sacrificando muchas horas de vida social, faltando a clase y estudiándo por mi cuenta, pero
saqué todo con buenas notas. De hecho, estoy más orgullosa de haber obtenido la titulación que de mis logros deportivos”, ha afirmado a
Redacción Médica.
Sánchez-Puebla terminaba la carrera en 2020 y tenía pensado
retirarse del deporte ese año para centrarse exclusivamente en el
MIR. Antes de eso, aprovechó para
operarse de un pie e intentar participar en los
Juegos Olímpicos de Tokio, pero la recuperación “fue mala” y le tuvieron que intervenir de nuevo, impidiéndole participar en el evento deportivo.
Médica y aspirante a los Juegos Olímpicos de París
Este ‘jarro de agua fría’
no la detuvo, y decidió continuar con su vida como atleta y prepararse para los
Juegos Olímpicos de París, este 2024, pero sin descuidar su faceta más sanitaria. “Me surgió la oportunidad de tener un
contrato pre-doctoral en
Oftalmología en la Universidad
Complutense de Madrid. Mi rutina actualmente es entrenar por la mañana, ir a la facultad y seguir con el deporte por la tarde. A pesar de que actualmente mi prioridad es clasificarme, en el día de mañana
me centraré en la Medicina”, ha resaltado.
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"Mi rutina consiste en entrenar por la mañana, ir a la facultad y después seguir con el deporte"
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El último hito que ha conseguido esta médica es quedar
octava este año en el campeonato del mundo de marcha. También ha sido campeona, anteriormente, “en casi todas” las categorías relacionadas con el atletismo. Ahora, con una nueva meta, este mismo mes tiene una
competición en La Coruña donde se juega la plaza para el
Campeonato Europeo de Roma, que es a principios de junio, y donde está la posibilidad, dependiendo de su resultado, de ir a los
Juegos Olímpicos de París.
Objetivos a futuro dentro de Medicina
Para ella, conseguir participar en este evento sería el broche perfecto para su carrera como deportista. De hecho, ha reconocido que “no le queda mucho” para retirarse. “Yo he podido compaginar bien la universidad porque
nadie dependía de mí, pero si yo me meto a la residencia y justo me lesiono cuando alguien sí me necesita, sé que no voy a poder ayudarle”, ha reconocido.
Cuando llegue ese momento, Sánchez-Puebla lo tiene claro: quiere convertirse en
oftalmóloga. “Al final llevo desde cuarto de carrera ligada al departamento de Oftalmología de la Complutense. Es una especialidad médico quirúrgica y el día de mañana me encantaría dedicarme a esta disciplina”, ha concluido.
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