La
rotación rural permite a un
médico residente acceder a un entorno que muchas veces, en sus centros urbanos, es imposible. En cierto modo, es un vehículo para que los residentes vivan de cerca los ejes de la Medicina Familiar y Comunitaria: una atención más individualizada y con un mayor conocimiento del entorno familiar y social de cada paciente.
Belén Díaz, vocal de la junta directiva de Semergen y del área de Residentes y Médicos Jóvenes habla de que con la medicina rural "te acercas a la medicina de toda la vida". "Hay más confianza, es un entorno más cercano y cuenta con una
población más envejecida que en las ciudades, por lo que las visitas a los domicilios aumentan. Se conoce como vive el paciente, cómo viven sus familiares y cómo son sus relaciones personales", explica.
Sara, residente de tercer año de medicina familiar y comunitaria en el Hospital Infanta Leonor en Madrid, y que está realizando una rotación de medicina rural en Las Alpujarras (Granada), confirma esa "cercanía" con la población que en zonas urbanas a veces es más complicada. La R3 explica que en la zonas rurales la atención familiar "es más sencilla" y el seguimiento de los pacientes puede ser continuado gracias a la menor carga asistencial. "En las grandes ciudades hay veces que es más accesible acudir a urgencias que a tu médico de cabezera. Aquí se hace un
segumiento más cercano y es más fácil conocer el entorno de los pacientes", asegura. Explica que, además, al ser zonas con menos habitantes y de ámbito rural, muchas veces tienen "realidades similares". "En Madrid, en la misma calle puede haber dos mundos distintos. La atención rural da más facilidades para comprender el entorno del paciente y su situación", comenta.
Mayor manejo de procedimientos
Tanto Sara como Belén Díaz destacan que una rotación rural permite al médico residente manejar técnicas que dentro de la Atención Primaria en zonas urbanas no son tan frecuentes. "Muchas veces, por falta de tiempo, o por la cercanía de los recursos hospitalarios, en consulta no realizamos muchos procedimientos. En las consultas rurales se manejan
radiografías,
cirugías menores como la retirada de lunares o incluso la
primera ecografía en un embarazo", cuenta con entusiasmo Sara.
Belén Díaz destaca que el médico residente se enfrenta, en una rotación rural, a un manejo muy práctico de las urgencias, debido a la distancia que existe en muchas ocasiones al hospital. "Además, suele ser una población más envejecida, por lo que exige un gran manejo de enfermedades crónicas, y el ajuste de tratamiento en pacientes con polifarmacia", recuerda.
En las zonas rurales los médicos deben realizar más visitas a domicilios
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Las rotaciones rurales han cambiado a lo largo de los años. Una de las diferencias principales es el envejecimiento de la población. "Existe una
alta despoblación de las zonas rurales con la huida hacia las ciudades de la gente joven", comenta Belén Díaz. Esto se traduce es que las zonas rurales tienen una población que marca unas pautas específicas de trabajo. "Hay que poner mucha atención con los tratamientos y facilitar la toma correcta de estos, se hacen muchas más visitas domiciliarias", apunta.
Esta
atención a domicilios es uno de los puntos que destaca Sara. "Voy a visitar a casa a una persona al día, mínimo, y me gusta mucho porque el trato es muy cercano y me empapo mucho", asegura. Explica además que, como el acceso al médico tiene más facilidades, los pacientes pueden contar con mayor detalle sus problemas. "En las
zonas urbanas a veces ves muy poco al paciente y lo conoces menos. Hay
menos confianza y menos tiempo, por lo que es más complejo llegar a los detalles", cuenta.
Nuevas salidas profesionales
Este tipo de rotaciones "sirven" para que los médicos más jóvenes conozcan otro tipo de salidas profesionales. "Poder mostrar las ventajas del medio aumenta el número de
sanitaros interesados en trabajar en centros rurales", recuerda Belén Díaz, que además apunta que el médico que esa área, al recibir al residente, también "aprende de forma recíproca y ve otras formas de trabajar, algo que a menudo es difícil en la medicina rural".
"En mi opinión, la rotación rural no solo es beneficiosa para un residente, sino que debería ser obligatoria: todo residente de medicina de familia debería conocer cómo es la medicina rural y cómo trabajan los médicos rurales, pues sería muy enriquecedor para su formación", asegura con contundencia Belén Díaz. Por su parte, Sara explica que, en la rotación, ha encontrado
un espacio en el que poder sentarse con calma con cada paciente, y poder profundizar en cada situación. "Los pacientes tienen un acceso más fácil a su médico, y el profesional tiene capacidad para prestar una atención más invidualizada", concluye.
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