La
Psicología y la creación de contenido en redes sociales cada vez forjan un vínculo más estrecho entre sí, aunque se trata de una unión no siempre acosejable. La proliferación de vídeos en plataformas como
Instagram o TikTok en los que se abordan cuestiones relativas a la
salud mental en extractos muy breves es un fenómeno viral que llega cada día a millones de personas. Pero, ¿cómo afecta este contenido a los millones de usuarios que lo consumen? ¿Es contraproducente en lo que se refiere a trastornos psicológicos?
Para
Julio Lupiani, psicólogo sanitario y miembro del Departamento de Comunicación del
Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, garantizar "que siempre debe primar el rigor científico y que la divulgación no puede reducirse al
marketing" es una cuestión de responsabilidad implícita en el oficio.
Sostiene que, a la hora de consumir este tipo de contenido, cualquier usuario ha de tener algunos aspectos en cuenta. "Debe t
ratar la divulgación con cuidado y no como un mero trámite, entendiendo que
está generalizando, resumiendo y acotando un campo extensísimo a un formato reducido y que esos mensajes reducidos, a pesar de tener la mejor intención, pueden ser malinterpretados o causar iatrogenia", explica.
Ventajas e inconvenientes de la Psicología de TikTok
Respecto a la manera en la que este contenido influye en los pacientes psicológicos, Lupiani asegura que "se puede ver de todo". En algunos casos resulta beneficiosa, dado que hay quieens "gracias a esta divulgación han reconocido problemas que necesitaban
acompañamiento psicológico". No obstante, también existen casos en los que "se interiorizan mensajes iatrogénicos que causan sufrimiento".
Álvaro Benito, compañero de departamento de Luipiani y profesor universitario de
Psicología Social, matiza que la población joven es la más vulnerable en este sentido, puesto que "el autodiagnóstico en la
salud mental va
in crescendo" en esta franja de edad. El peligro se intensifica en aquellas personas en los que esta tendencia no deriva en la
consulta a un terapeuta, sino en la "búsqueda de información rápida y accesible en redes sociales acerca de lo que les ocurre".
Para este especialista, la clave no está solo en la propia información que se difunde -la cual debe tener siempre un
sustento científico- sino "en el uso que se hace de la misma" por parte de la audiencia. "Es importante entender que el contenido que se consume es generalizado, ha de ser verificado también por los usuarios y sólo puede servir como punto de partida para buscar
orientación profesional personalizada si es necesario", explica.
"El contenido que se consume es generalizado y ha de ser verificado también por los usuarios"
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Claves para crear contenido de Psicología
Con el fin de que su profesión "no pierda credibilidad", recomienda a aquellos
psicólogos que quieran publicar este tipo de vídeos que no olviden "reconocer y comunicar las limitaciones del contenido compartido". También insiste en la necesidad de "mantener la claridad para que el mensaje sea fácilmente
comprensible para un público amplio, despertar el interés para fomentar la reflexión y el aprendizaje, y contectualizar la información", concluye.
La psicóloga sanitaria
Andrea Ramos también comparte este punto de vista. En su cuenta de Instagram publica contenido relativo a su profesión, y ella misma ha comprobado que hay algunas líneas que no se deben traspasar. "Una tendencia habitual hoy en día es encontrar vídeos con las llamadas
red flags ('banderas rojas') o 'cosas que debería tener una relación' Aquí, como psicólogos podemos caer en un
rol paternalista de imponer a las personas cómo debe ser una relación, y ese no es nuestro papel", sostiene.
"Como psicólogos podemos caer en un rol paternalista (...) y ese no es nuestro papel"
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También apunta que los años de ejercicio en consulta suponen un aval de credibilidad en la creación de contenido sobre Psicología. "Hoy en día hay multitud de psicólogos que se dedican a la dilvulgación
sin experiencia en consulta", declara, un factor que sumado a "la metodología desde la que trabaja el profesional" puede ayudar a encontrar el "equilibrio" necesario para determinar que el contenido de un perfil es fiable.
Igualmente, Ramos remarca que "
la responsabilidad no debe caer sobre el 'potencial' paciente", porque no tiene por qué saber de Psicología". Esta grantía es, por tanto, competencia de los propios especialistas. "Debemos
ser prudentes con lo que publicamos, teniendo en cuenta que el contenido puede llegar a muchas personas", agrega. "Tenemos un compromiso y ética no solo en consulta, sino también en redes profesionales", concluye.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.