El éxito de audiencia que tienen las
'series de médicos' es algo innegable. La
realidad de los sanitarios ha sido un filón en la creación de
contenidos de entrenimiento desde principios de los 80. Prueba de ello son los cientos de fans que acumulan temporada tras temporada series como
'Urgencias' o 'Anatomía de Grey'. En estos casos, la pequeña pantalla se convierte en una ventana que, de una forma más o menos veraz, muestra el día a día de la sanidad y sus miles de profesionales.
No es necesario viajar al otro lado del charco para conocer ejemplos recientes. A principios de mayo,
'Madres. Amor y vida' llegaba a nuestras pantallas en el momento idóneo, con una gran parte de la población confinada y el deseo de abstraerse de la dura realidad. La serie aborda la complicada lucha de tres madres coraje, interpretadas por
Belén Rueda, Aida Folch y Carmen Ruiz, bajo las órdenes de Juana, Abi, Roser y Mar.
Redacción Médica ha tenido la oportunidad de saber qué sucedió detrás de las cámaras gracias al
pediatra David Andina, presente en todo el proceso de creación.
Después de
pasar parte de su infancia en un hospital, su creador, Aitor Gabilondo, decidió llevar a los espectadores al interior de un hospital pediátrico a través de los ojos de los propios pacientes y sus familiares. Todo ello, sin perder de vista las relaciones que tejen con sus trabajadores. Pero ¿en qué más se diferencia esta serie del resto? David Andina tiene la respuesta.
La casualidad hizo que se topara con dos de sus guionistas, quienes, tras compartir con él el embrión del proyecto, decidieron involucrarle como
"asesor médico" e incorporar su visión profesional.
De médicos a profesores 'improvisados'
Desde ese momento, David fue el encargado de
poner el punto de verdad a las historias y hacer que lo que ocurría delante de la cámara se pareciera lo máximo posible a la realidad. A la que viven cada día él y sus compañeros del
Hospital Niño Jesús a los que tuvo que recurrir en busca de ayuda a medida que se complicaban las tramas. Una veintena de sanitarios, entre compañeros y amigos de la Facultad de Medicina, cuya visión ha ayudado a dar
vida, y credibilidad, a esta nueva serie.
Durante meses, todos ellos han ejercido también como
"profesores" de actores y actrices a la hora de enseñar cómo
se ausculta a un niño, cómo se da un masaje cardíaco o cuáles son las funciones de un celador o un auxiliar. Un aprendizaje mutuo, según el facultativo, ya que los artistas han resultado ser excelentes alumnos, capaces de absorber rápidamente los conocimientos y ponerlos en práctica. "Te sorprenderías de lo
rápido que aprendieron. Uno de los actores, que aprendió a
dar puntos de sutura en media hora. "Puedo decir que los daba casi mejor que yo que tengo un problema con mi pulso".
"Después de meses te das cuenta de que puedes
'meter la pata' en casi todo. Hay que tener mucho cuidado con el diseño de las tramas y
repasar minuciosamente el guion de cada capítulo para que no se te escape nada", reconoce el facultativo. Fuera del papel, en la puesta en escena, también hay que prestar atención a cosas más concretas
"los dispositivos, las vías, la forma de explorar" o incluso "la forma en que los sanitarios se dirigen a los pacientes". Con las indicaciones de David, el equipo de arte se encargó de reproducir
plantas de hospitalización en dos platós y reconvertir las s
alas de una universidad en el Servicio de Urgencias. Todo ello, cuidando hasta el más mínimo detalle.
"El primer día de rodaje te das cuenta de todo el equipo que hay detrás de una serie. Forman una
gran familia muy parecida a la de un hospital: maquillaje, peluquería, vestuario, arte, sonido, iluminación, cámaras, script, dirección, producción, figuración... Es impresionante."
Conjugar ficción y realidad no es tan sencillo
La
realidad es siempre el
punto de partida a partir del cual comienza a tomar forma la ficción, explica el pediatra. Puede ser una "experiencia personal, una noticia de prensa, el
caso de un amigo o de un familiar" lo que sirva de
inspiración a la hora de crear una historia, para que, más tarde, sea la ficción la que haga de hilo conductor entre "unas historias y otras".
Un proceso "tremendamente complicado" en su opinión puesto que,
el día a día de un hospital es mucho más aburrido que el que vemos a través de las pantallas. La clave es hacerlo interesante sin que deje de ser
creíble a ojos de los espectadores. Uno de los trucos es jugar con los tiempos y el ritmo narrativo. "La serie concentra en un solo capítulo historias que el mundo real aparecerían pero en un plazo mucho más largo de tiempo".
"Después de meses te das cuenta de que puedes 'meter la pata' en casi todo. Hay que tener mucho cuidado con el diseño de las tramas"
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Dada la complejidad que ofrece el campo de la Medicina, este facultativo ve "imprescindible" contar con
asesores expertos. Aún así, directores o guionistas también se toman ciertas
licencias creativas. Como ejemplo de ello, nombra una de las escenas del primer capítulo, en la que uno de los protagonistas lleva
meses en coma y aparece intubado. "Yo sé, y el equipo de la serie también lo sabe porque yo se lo expliqué, que debería estar traqueostomizado, pero por todo lo que ello implica se decide que esté intubado y para la mayoría de los espectadores ese detalle pasará desapercibido".
El ojo crítico de un médico, sí será capaz de apreciar las manos de los
profesionales 'moviendo los hilos' en situaciones como una intoxicación por fármacos. "En vez de hacer los antiguos lavados de estómago que ya no se recomienda de rutina en la vida real, a la paciente se le administra
carbón activado a través de una sonda nasogástrica". La misma escena, vista por un fanático de las series de médicos puede resultar confusa. "Puede que algún espectador se haya preguntado por qué no le hacen un lavado gástrico cuando él ha “aprendido” a través de las series que ha visto antes que se debería hacer eso".
Para este pediatra, haber formado parte del equipo de la serie ha sido una
"experiencia inolvidable"."Desde el momento de la lectura del primer guion hasta que grabamos la última escena de la temporada". Fue de hecho una creación televisiva,
'Urgencias', la que le hizo plantearse su futuro en el mundo de la salud. "Soy médico hoy seguramente por haberla visto cuando era adolescente".
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