A pesar de que no ha habido una pandemia global tan grave como la del Covid-19 durante las últimas décadas, en España sí que existen precedentes relativamente próximos en el tiempo de brotes epidémicos que se resolvieron, precisamente, con una campaña de vacunación similar a la que se está produciendo con el coronavirus.
Hace medio siglo, en 1971, la ribera del río Jalón, ubicado en Aragón y próximo a Zaragoza como afluente del Ebro, sufrió un brote de cólera que acabó obligando a vacunar a más de 600.000 personas en toda la provincia zaragozana. Se trata del hecho epidémico más relevante, en cuanto a crisis sanitarias se refiere, acaecido durante los últimos años del franquismo y de la antigua estructura del Sistema Sanitario antes de la creación del actual Ministerio de Sanitaria y de la transferencia de las competencias sanitarias a las comunidades autónomas.
En aquel verano de comienzos de la década de los 70, se detectaron en las localidades limítrofes al río Jalón un mayor número de casos de diarrea de los que comúnmente se solían producir asociados a los episodios de brotes que con periodicidad se sucedían entonces durante la época estival.
Alarma social por el brote epidémico
Las autoridades declararon el julio de 1971 el brote epidémico de la cólera en la región y, pese al coto informativo propio del régimen franquista, la información no tardó en diseminarse entre la sociedad zaragozana, lo que se tradujo en una alarma social. Es entonces cuando la autoridad sanitaria, que recaía en el Ministerio de Gobernación y el gobernador civil de Zaragoza como órganos competentes, se hace cargo de la situación y responden con los medios que tiene a su alcance ante la inquietud manifiesta de la población.
El 19 de julio más de 3.000 personas acudieron a la Jefatura Provincial de Sanidad para vacunarse “aunque oficialmente no había sido notificado nada al respecto, los persistentes rumores de un brote epidémico empujaron a los ciudadanos hasta las dependencias de la referida Jefatura en busca de la correspondiente vacuna", según informaba la prensa local.
También se publicó una nota informativa en la que se informaba sobre "una mayor incidencia de procesos diarreicos estivales" y se recomendaba el "riguroso cumplimiento" de hasta 11 normas relativas a la higiene personal, depuración de aguas, limpieza de alimentos (frutas y verduras), o eliminación de excretas.
Vacunas para toda la población
Emitido por las autoridades, el texto también señalaba que “hay vacunas para toda la población. Se esperan 500.000 dosis de vacunas que llegan desde Madrid. No hay motivo de alarma. En la actualidad la mortalidad es mínima y la ciudad se encuentra perfectamente controlada y preparada”.
Cerca de 200.000 personas acudieron a los 23 centros establecidos el primer día. En dos días, Zaragoza vacunada: ayer fueron recibidas 300.000 nuevas dosis. Entre las ya empleadas y las que se facilitarían más tarde, desde el Gobierno se aseguraba que se usarían unas 750.000 dosis (se ha de tener en cuenta que, según el censo de población de 1970, el número de habitantes en la capital era de 479.845). Además de la capital aragonesa, hubo cuatro equipos vacunando por los pueblos de la ribera del Jalón y algunos más por Calatayud.
De este modo, el foco de cólera se daba por controlado. Sin embargo, la población, excepto en lo de la vacuna, mantuvo posiciones de desconfianza. Síntoma de esta suspicacia social era el hecho de que se perdieron más de 200.000 kilos de fruta que no fueron consumidos por temor.
El jueves 22 de julio, un día más, se informa de la reunión con el Gobernador Civil: "Cuatrocientas mil personas han sido vacunadas en Zaragoza y su provincia. La situación no reviste ningún peligro, dijo el gobernador civil".
Más de 600.000 personas vacunadas
Durante los tres días posteriores, en las reuniones habituales del Gobierno Civil, a las que ahora acudieron enviados especiales del extranjero, se seguía hablando de vacunas, prevención y recomendaciones, pero sin explicar nada de la dolencia ni del microorganismo que la causa. 607.381 personas habían sido ya vacunadas en Zaragoza y su provincia al término del fin de semana. La campaña se ha completado en toda la zona del Jalón y la cuenca del Ebro".
Las notas informativas publicadas a partir de esos días por las autoridades sanitarias aseguraban que "no existe peligro de epidemia en España (...). Los siete casos de `cólera- Eltor´ detectados en Épila y Rueda han sido de carácter leve (...) ningún nuevo caso ha podido detectarse, tras una amplia investigación epidemiológica y bacteriológica de las heces de personas con procesos diarreicos recientes (...). Dada la situación de absoluta normalidad sanitaria en el país, no es necesaria la vacunación, exceptuando las zonas donde las autoridades sanitarias lo hayan determinado (...)".
Por aquel entonces, se culpó a los emigrantes de lo sucedido: “Aunque no se ha podido determinar el origen directo de esta infección, importante es significar que los dos pueblos en cuestión están situados en una de las rutas que cruzan España y que es utilizada por los trabajadores emigrantes procedentes de países del norte de África”.
Fue la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) el martes 27 de julio daba como “asunto terminado” el brote de cólera en la ribera del río Jalón. En la prensa local se dijo que la limpieza, más que la vacunación, acabó con la crisis en apenas dos semanas.
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