Resulta difícil encontrar a
Diego González Rivas fuera de quirófano. En las últimas semanas ha viajado a
Bosnia, Jordania y
Kuwait para realizar cirugía torácica, su especialidad. En el momento en el que atiende a
Redacción Médica, se encuentra viajando en coche a
Portugal, donde se meterá en los quirófanos de
Lisboa y el
Algarve. "Es mi vida", confiesa antes de matizar: "esto no es nada comparado a cómo era mi agenda en 2017 o 2018. La
pandemia hace que todo esté más tranquilo. Antes solo pasaba en España una semana cada tres meses".
Aún con las restricciones por el Covid,
Diego González Rivas tiene la agenda completa hasta febrero de 2022. Su técnica,
Uniportal VATS, ha llevado a este
cirujano de A Coruña a más de
120 países, donde ha operado casos muy complejos con solo una incisión de
tres centímetros — por donde introduce el instrumental y la cámara para hacer una
videocirugía muy delicada— y que supone un importante avance en la recuperación del paciente.
Todo se inició en 2006 cuando era un joven cirujano "con muchas inquietudes en la videocirugia". En un viaje a Los Ángeles aprende a hacer las operaciones empleando tres únicas incisiones y la pone en marcha a su vuelta en A Coruña. "En ese momento practicamente no se hacía nada de cirugía mayor por
vídeocirugía". Diego comienza a implantar esta técnica y cuando lleva 100 casos decide volver a Estados Unidos, a Los Ángeles, donde una compañera le asegura que en Carolina del Norte — en el
Duke Medical Center— operan empleando dos únicos cortes. "Fue como un
shock, parecía algo imposible".
Sin dudarlo, contacta con el médico que emplea este técnica,
Thomas D'Amico "uno de los grandes de la cirugía mundial", y viaja hasta allí para aprender esta novedosa técnica que no duda en poner en práctica en su regreso a España en el año 2008. "Para mí fue espectacular poder hacer todo solo con dos cortes. Pero, inconscientemente, me di cuenta que poniendo la cámara por la misma incisión que el instrumental tenía mejor visión del pulmón y, aunque hacía dos cortes, comencé a usar solo uno pensando que si necesitaba el segundo, lo haría".
Nace una nueva forma de operar
Comenzó a desarrollar su técnica, cambiando la mentalidad que había hasta entonces. "Al principio pensamos que era solo factible para la parte inferior, luego vimos que se podía hacer con todo... Era un cambio de técnica para el que había que hacer
nuevo instrumental y, en definitiva, inventar una nueva forma de operar. Fuimos poco a poco diseñando la técnica". Era una gran innovación en la videocirugía, tanto que incluso el facultativo se encontró en su propio hospital con muchas piedras en el camino para operar con una sola incisión.
"Era un pensamiento muy arriesgado. Yo era un chaval recién acabado y ningún cirujano en el mundo estaba haciendo eso. Había cirujanos con renombre que lo veían como una
amenaza. Fue una guerra con mi jefe de ese momento y fue duro. Nos acusaba de hacer cosas
peligrosas y de no estar preparados". Finalmente, superando los obstáculos, consiguió poner en práctica su técnica y revolucionar la videocirugía a nivel mundial. En ese momento empieza su labor divulgativa.
"Hubo mucho interés y querían aprender la técnica. Montamos un programa de cirugía en
Shanghai Pulmonary Hospital y con eso llegó la explosión. Creamos allí el centro de cirugía minimamente invasiva más grande del mundo". A través de este programa,
Diego González Rivas enseña a cirujanos —que se trasladan desde todos los puntos del planeta— cómo poner en práctica su técnica:
Uniportal VATS.
Solo se admiten
20 cirujanos por curso —"ya han venido más de 1.000 cirujanos de más de 100 países"— y tiene dos semanas de duración. "Ven en dos semanas lo que no han visto en su vida". Con una parte teórica y, sobre todo
mucha práctica, los facultativos aprenden cómo operar con una única incisión. "Estamos en quirófano de 8 de la mañana a 12 de la noche. Es un intensivo", explica.
De China al mundo
El presitigio de Diego fue creciendo y recibe a diario numerosas invitaciones de diferentes países para operar con su técnica a pacientes que presentan casos complejos. Es el único cirujano del mundo que ha operado en
120 países —según la ONU hay 194 reconocidos—. "Nadie ha operado en tantos países, podría ser un
Record Guiness, estoy pensando en registrarlo. No creo que nadie haya llegado siquiera a los
80 en la historia".
Entre todos los países a los que el facultativo ha acudido a operar, los hay también
desfavorecidos donde no ha sido nada sencillo aplicar una técnica que requiere tanta
tecnología. Por ello llevan el instrumental desde España. "El material es caro, así que tenemos que pedir
donaciones para comprar todo lo necesario", apuntilla sobre su labor en estas zonas del planeta. "Al final se consigue reunir en todos los casos y eso es lo más
gratificante para mí".
Diego no solo ha tenido que luchar contra la falta de recursos, también ha tenido que planificar con cuidado sus destinos, descartando países que son peligrosos, o contando con la ayuda militar para poder ejercer su profesión. "De Israel salí con
una contraseña y por la puerta de atrás, como en una película de James Bond. Esa historia no la puedo contar porque quiero volver allí y no quiero tener problemas", explica antes de afirmar que pasó algo de miedo. "Fue muy 'heavy".
Su historia en
Pakistán fue distinta, Diego llegó a
Peshawar —una de las ciudades más peligrosas del mundo— invitado por el gobierno: "tuve que operar con un
soldado dentro de
quirófano y para hacer una visita a la zona tribal, me escoltaron 100 soldados".
Diego González Rivas acompañado por un soldado en Pakistán.
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Un cirujano poco convencional
Reconoce que le gusta el riesgo, por eso acepta casos complejos en zonas que pueden ser peligrosas. "El riesgo va conmigo. Para trabjar con 'uniportals' tienes que arriesgar, tener una
personalidad poco convencional. Estamos siempre arriesgando y cambiando, fuera de la
zona de comfort. Es la única forma de evolucionar"
Su vuelta al mundo implica la aceptación de
casos complejos —también la cirugía en niños— y un estudio detallado del terreno. "Mido el riesgo, tampoco soy temerario. Si veo que hay
peligro, no voy", explica.
Tiene la intención se seguir sumando nuevos
récords, porque su técnica despierta mucho interés en todo el mundo y, aunque pasa mucho tiempo fuera de casa, su vida es el quirófano.
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