La Revista

El fisio con la misión de sanar la cultura: "Necesitamos más especialistas"

Luis Gadea fue fisioterapeuta de la CND y ahora busca llevar mejores hábitos sanitarios a bailarines y cantantes

Luis Gadea, exfisioterapeuta de la Compañía Nacional de Danza y miembro del equipo de formación del Ministerio de Cultura.

20 oct 2024. 12.50H
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"El bailarín no solo baila con el cuerpo, sino también con el corazón", pronunció el mítico Rudolf Nureyev. La cita es paradigma del arte de la danza, ya que en esta el movimiento corporal esculpe sentimiento e historia. No obstante, para conseguir que extremidades, torso y cabeza se conviertan en relatores, su conservación es fundamental. Y es que, al igual que sucede con los deportistas, los bailarines emplean su propio ser como herramienta para un oficio de alta exigencia. Las lesiones son habituales, por lo que la presencia de profesionales de la salud entre bambalinas resulta indispensable. Tanto en las salas de ensayo como tras el telón. Una alianza entre cultura y sanidad que se fragua en la figura de los fisioterapeutas que laboran a disposición de las grandes compañías de baile del mundo.

Luis Gadea constituye uno de esos puentes en España. Doctor en Ciencias de la Salud, especialista en actividad física y salud, preparación física y prevención de riesgos laborales y licenciado en Danza, Fisioterapia y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, el sanitario se encargó durante más de una década del cuidado físico del cuerpo de bailarines de la Compañía Nacional de Danza (CND). "La experiencia fue muy positiva. Fue una gran satisfacción el hecho de trabajar mano a mano con ellos y poder ayudarles a mejorar sus movimientos y poder realizarlos de una forma más saludable", ha resaltado el sanitario.

Luis Gadea, fisioterapeuta en el Ministerio de Cultura, trabajando con un bailarín.


A lo largo de 13 años, Gadea asistió puntual a cada uno de los ensayos de los bailarines. En el estudio, el fisioterapeuta no apartaba la vista de los pasos que realizaban. Sus ojos y cabeza analizaban cada plié, relevè y grand jeté, con la misión de corregir cualquier colocación incorrecta de pies, brazos o caderas y por ende evitar la lesión. "Tener un buen gesto técnico ayuda a que no se hagan daño", ha apuntado el profesional de la salud, quien también tiene formación en danza.

"Tener un buen gesto técnico ayuda a que los bailarines no se hagan daño"


Además, estaba listo para actuar en caso de urgencia, tanto en las sesiones de práctica como en el momento de la función. No obstante, los traumatismos o desgarros por accidente no son frecuentes en el mundo del baile. "Las afecciones no suelen ocurrir in situ, sino que aparecen de forma repentina. Al final, las lesiones se dan por repetición, acumulación de malos movimientos y por falta de descanso de las personas", ha explicado Gadea. Entonces, se da paso al tratamiento, correspondiente a la mutua con la que cuentan los artistas, cuyos médicos pueden derivarlos al Sistema Nacional de Salud (SNS).

Luis Gadea durante las sesiones de prevención en la Compañía Nacional de Danza (CND).


Prevención en el ámbito de la cultura


No obstante, en la actualidad, Gadea ya no trabaja en la atención directa a los miembros de la CND. El que fuera el primer fisioterapeuta del Ministerio de Cultura ha dado el salto al ámbito de la educación. El sanitario encabeza el programa del departamento dirigido por Ernest Urtasun para la formación en prevención de riesgos laborales en salud en las distintas unidades que componen el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (Inaem), como son el Coro y la Orquesta Nacionales de España, el Centro Dramático Nacional, el Ballet Nacional de España o el Teatro de la Zarzuela. "Es normal que un artista sepa de dónde provienen sus lesiones y los problemas que pueden afrontar por subirse a un escenario o entonar determinadas notas", ha aseverado.

También se incluye la CND, donde pasará dos meses para concienciar a los bailarines sobre el cuidado de su salud. Gadea ha resaltado que la formación se centrará en la corrección técnica, pero también en la promoción de los ejercicios de fuerza y resistencia, con la misión de fortalecer el físico de los integrantes de la compañía. "La danza es un sistema codificado y sus profesionales deben de conocer con exactitud cómo realizar el paso para evitar dolencias. Un camino que les sirve también para conocer su propio cuerpo", ha explicado. Así, se evitan lesiones, especialmente del miembro inferior del cuerpo, las más comunes en esta disciplina artística. Una serie de males que cambian según la rama: los bailarines clásicos acusan más problemas en articulaciones y ligamentos, mientras que los contemporáneos padecen más contratiempos musculares y en tendones, a la vez que los de flamenco sufren del exceso de torsión e impacto que caracteriza su movimiento.

Luis Gadea durante una sesión con el cuerpo de baile de la Compañía Nacional de Danza (CND).


"Se debe conocer con exactitud cada paso para evitar dolencias"


A continuación, Gadea pasará por el Coro Nacional, donde su labor se centrará en las cuerdas vocales, laringe y cada uno de los puntos de garganta, nariz y boca en los que resuena la voz, pero también en la postura del cantante ante el atril y la partitura. Después le llegará el turno a la Orquesta Nacional, en la que dividirá la formación según el tipo de instrumento que toquen los músicos: cuerda alta, media o baja; percusión y viento metal y madera. “Cada uno es un mundo”, ha remarcado.

La intención del programa es llegar al resto de instituciones dependientes del Inaem. Se baraja que en 2025 la prevención se lleve a cabo en el Ballet Nacional de España o en el Centro Dramático Nacional. Centros en los que se dará formación para que los artistas tomen conciencia de su físico respecto a su profesión, pero también ante otras patologías, como el cáncer. Incluso, se pretende dar espacio a los problemas de salud mental y por ende a la atención psicológica en el mundo de la cultura.


Formación en cultura para potenciar la salud de las plantillas


Una serie de iniciativas que buscan mejorar el estado de salud de las plantillas del Ministerio de Cultura. Asimismo, no solo es necesaria la formación de los profesionales, sino también la de los sanitarios que les asisten. Y es que actualmente no es un requisito contar con nociones en danza o música para trabajar con las diferentes unidades del Inaem. "Esto es algo que llevo exigiendo desde hace muchos años", ha afirmado Gadea. En el caso de CND o Ballet Nacional, el fisioterapeuta debe conocer la idiosincrasia del baile para saber cómo acercarse a la lesión de un bailarín. Lo mismo sucede con el resto de disciplinas.

Luis Gadea trabajando con los bailarines de la Compañía Nacional de Danza (CND).


El otrora fisioterapeuta de la CND ha revelado que él viajaba frecuentemente hasta Londres para formarse con el equipo sanitario del Royal Ballet, especializados desde hace años en el tratamiento de la salud de los bailarines. "La Medicina de la Danza tiene más de 40 años de historia", ha agregado Gadea. La compañía británica cuenta con un grupo de amplio de profesionales -en el que entran fisioterapeutas, pero también médicos colaboradores- que asumen el cuidado de los artistas. Situación que se repite en ballets de otros países del mundo como Estados Unidos, Francia o Alemania. “No podemos comparar nuestros recursos con los que cuentan en estos lugares, ni tan siquiera la importancia que dan a la danza”, ha lamentado.

"La Medicina de la Danza tiene más de 40 años de historia"


Para el programa de prevención, Gadea ha estudiado durante más de un año y medio la voz cantada, para poder asistir al Coro Nacional. Sin embargo, ha admitido que se requiere la implicación de un mayor número de especialistas, tanto del ámbito sanitario como del cultural. Asimismo, la formación de los sanitarios se entrevé clave para evitar las lesiones que padecen bailarines, músicos, cantantes o actores y que reducen su carrera. Como pensaba Nureyev, del corazón nace la danza. Sin embargo, para que se ponga en movimiento se necesita el cuerpo. Un físico quebrado se traduce en ausencia.


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