Hace ocho meses que el
Covid-19 impactaba de lleno en nuestras rutinas diarias. Y como no, en nuestros
vocabulario. En pocas semanas, ese concepto desconocido pasaba a ser el centro de la actualidad copando gran parte de los debates y temas de conversación. Por ello, no es de extrañar que la máxima autoridad lingüística como es la
Real Academia de la Lengua haya querido incluirlo de forma oficial en nuestro diccionario.
Este año, la
pandemia y su contexto han estado muy presentes en la actualización del volumen online de este archivo de la
Lengua Española. En concreto han sido
2.557 las novedades, tanto modificaciones como nuevos términos los que incorpora la RAE. Cerca de una veintena están relacionados con el
virus surgido en
Wuhan y la semántica que ofrece su nueva realidad, a raíz de las decenas de peticiones recibidas durante la crisis.
Esto significa que, a partir de ahora, al buscar en la letra 'C' nos aparecerá la palabra
'COVID' en relación al '"síndrome respiratorio agudo producido por un
coronavirus". Este último viene definido a su vez como "virus que produce enfermedades respiratorias en los seres humanos, desde el catarro a la neumonía o la COVID".
El documento va más allá, al explicar el origen etimológico de la palabra
coronavirus, bautizado así en por "el aspecto de corona solar que muestra el
virus al ser visto por un microscopio" o COVID, acrónimo de 'coronavirus desease' - enfermedad del coronavirus-.
No es necesario cambiar de letra para encontrar otras entradas referentes a la pandemia como
'cuarentenar', 'cuarentenear' o 'encuarentenar', "pasar un periodo de cuarentena o poner algo o a alguien en este estado de "aislamiento preventivo por razones sanitarias".
En el caso de
'confinamiento', la crisis ha hecho que también nos refiramos a él como "aislamiento temporal y generalmente impuesto de una población, una persona o un grupo por razones de salud o de seguridad". El ejemplo demuestra la necesidad de incluir esta nueva acepción: "El Gobierno decretó un confinamiento de un mes".
El documento también incluye su antónimo,
'desconfinar', como acción de "levantar las medidas de confinamiento impuestas a una población, o a parte de ella, en un territorio u otro lugar" y
'desescalada' en términos similares, para explicar el "descenso o disminución graduales en la extensión, intensidad o magnitud de una situación crítica, o de las medidas para combatirla".
El lenguaje de la pandemia
La pandemia también ha hecho que se incluya la palabra
'distópico' o se amplíe el significado de
'estado de alarma' como "situación en la que se otorgan poderes especiales y temporales al Gobierno para combatir una grave alteración de la normalidad, por causa de catástrofes, crisis sanitarias, paralización de los servicios públicos esenciales, etc".
También se han tenido en cuenta los términos utilizados en cada país para referirse a elementos propios de esta crisis. Es el caso de las
mascarillas, conocidas como
'barbijo' en lugares como Bolivia o Argentina. La entrada 'mascarillas', por otro lado, aparece aún más detallado, incluyendo algunos de sus tipos, como quirúrgica o sanitaria. La búsqueda de diversos tratamientos ha obligado a reflejar entradas no contempladas hasta ahora como
'antirretroviral', 'farmacovigilancia', 'seroprevalencia' o 'melatonina'. En el campo de la Medicina también se 'estrenan' palabras como
'tetraciclina', 'serotonina', 'prostatectomía', 'probiótico' o 'mastectomizar'.
Fuera del ámbito 'coronavírico', palabra que también se incluye entre los nuevos 'fichajes', esta
23º edición del diccionario ha querido incorporar las novedades en el lenguaje digital con palabras como
'trol', 'trolear', 'emoji', 'avatar', o 'hilo' en referencia a las cadenas de "mensajes sobre un mismo asunto publicadas en foros de Internet". Otras como
'videollamada' han estado muy presentes, no obstante, en los tiempos de confinamiento. Su uso cada vez mayor ha llevado a la Academia a reconocer estos términos de forma oficial, como también ha hecho con 'macho alfa' o 'vigorexia'.
¿Cómo se incluye una palabra en el Diccionario de la lengua española?
A pesar de ello, no todas las palabras propuestas por los ciudadanos llegan a figurar en el diccionario. El
proceso de inclusión es muy "riguroso" en palabras del director de la RAE, Santiago Muñoz Machado. Antes de considerar una modificación, se verifica que esa palabra se utiliza "intensamente" y "en prácticamente la totalidad del mundo hispanohablante" a través de los 'corpus', unas "herramientas de trabajo" que, en su versión más moderna, "contienen más de 300 millones de fórmulas".
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