Dicen que el saber no ocupa lugar, pero sí se necesita mucho tiempo para profundizar en aquello que llame la atención de una mente despierta. Alberto V. Durán cumplirá 90 años el próximo 15 de febrero y en este tiempo ha dedicado su vida a la Medicina. Tanto es así que tiene bajo el brazo seis especialidades: Pediatría y Puericultura, Aparato Digestivo, Medicina Interna, Endocrinología y Nutrición, Cardiología y Neumología.
“No soy un coleccionista de especialidades”, matiza Alberto a Redacción Médica. “Aprender es mi goce y mi placer”, añade el médico, aunque hace ya muchos años que está retirado. “Hubiera querido aprender todas las especialidades porque me gusta toda la Medicina y la ciencia”. De hecho, además de estudiar esta carrera, el primer año en Zaragoza y el resto Madrid, su tierra natal, también ha estudiado algunos cursos de Filosofía, Física, Química y Biología.
Para Alberto el conocimiento es una necesidad: “Si veo algo que no sé o que no sé de qué viene o por qué se produce me pongo muy nervioso y hasta que no encuentro la causa, si la encuentro que a veces no aparece, entonces es cuando yo me tranquilizo”. “Es una inquietud constante”, añade.
Una vida dedicada al estudio
Además de tener estas seis especialidades médicas, Alberto también es experto en otras áreas más concretas como la
cirugía del recién nacido. “Siempre estoy estudiando de todo desde que tenía 5 o 6 años”, cuenta a través del teléfono. Entre sus temáticas favoritas, además de la Medicina, están la Química y la Astronomía. De hecho, Alberto, entre especialidad y especialidad, también
tuvo tiempo para ser socio fundador de Sociedad de Medicina Aeronáutica y Espacial (Semae), que llegó a estar en contacto con la NASA para temas médicos. Y todavía sigue siendo socio.
Ahora,
Alberto lleva unos cuantos años sin poder estudiar tan bien como a él le gustaría, aunque eso no disminuye su curiosidad. Pero la falta de vista es un inconveniente para él: “Empecé a perder la vista hasta el punto de que llevo ya varios años sin ver pantallas, móviles, Internet, ordenadores”. “ Por eso he tenido que disminuir todo lo que estaba haciendo y me hubiera gustado continuar”, añade. Aún así, su familia le sigue llevando libros, revistas, artículos e informes que le imprimen
para alimentar su curiosidad. Por lo que, a día de hoy, sigue dedicando su vida a lo que más le gusta: aprender.
Alberto Durán, médico con seis especialidades.
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Aunque ahora lleva años afincado en Mallorca, Alberto también ha recorrido unos cuantos centros sanitarios de España, desde Madrid hasta Cuenca, pasando por dos pueblos de Castellón. “He trabajado en muchos sitios, por ejemplo en el
Hospital Clínico San Carlos”, comenta.
Alberto, a pesar de haber pasado por “una hemorragia cerebral” y “la amnesia típica de la edad”,
recuerda con cariño a “los grandes profesores” como Marañón o Jiménez Díaz. Con Marañón, de hecho, trabajó algún tiempo. “Con ellos se trabajaba maravillosamente porque eran los grandes cerebros de la medicina, que se decía entonces”, explica a
Redacción Médica. “Recuerdo estar maravillosamente, porque además no solo aprendía uno sino que estos grandes profesores
se permitían también aprender y te ayudaban en todo desinteresadamente”, concluye.
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