Pedro Subias, médico rural, decidió comenzar el año colgando la bata y cerrando más de 30 años de carrera profesional. El facultativo, que se jubila en mitad de una pandemia, recuerda y explica a
Redacción Médica cómo fueron sus comienzos en la Medicina y por qué decidió desempeñarla en entornos rurales.
“Me he jubilado en enero de 2022, en mitad de una pandemia, pero también cuando la atención en mi consultorio comenzaba a ser más cercana a lo normal”, detalla Subias, asegurando que durante estos dos últimos años se han producido cambios relevantes con los que tendremos que convivir en adelante, “como que cada vez tenga más peso la atención telefónica y virtual”.
Subias reconoce que para él adaptarse a ello
“ha sido una auténtica losa”, pero que al final son incluso más prácticas y eficientes para aquellos pacientes ocupados, aunque por el camino “se pierden jirones del contacto entre el médico y el paciente en la consulta presencial”.
¿Cómo es jubilarse en mitad de una pandemia?
Sobre cómo se vive una situación excepcional como la provocada por la crisis sanitaria del covid en la
Medicina rural, Subias afirma que “las peculiaridades del medio rural en el abordaje de la pandemia fueron diferentes y muy diversas”. “Aquí ha sido más fácil mantener el contacto con las personas mayores que estaban confinadas en sus casas y de los pacientes crónicos, ya que en nuestro medio han seguido los controles periódicos con ‘bastante’ normalidad”, admite, señalando que
“el trabajo de la enfermera y administrativa ha sido admirable durante todo este tiempo”.
Además, tras su jubilación, el facultativo reflexiona sobre los motivos que lo llevaron a dedicarse a la medicina rural y qué futuro le augura a esta. “Hice la carrera en la Facultad de Medicina de Zaragoza y después la residencia de Medicina de Familia”, comienza relatando Subias, admitiendo que “pertenece a la cuarta promoción de la especialidad”. “Mi padre fue médico rural y trabajó en pueblos de Huesca, esto hizo que toda mi infancia la viviera en pueblo”, cuenta el facultativo a este periódico.
“Pienso que esto hace que vea con naturalidad la vida rural y me hace estar más a gusto que en la ciudad”, afirma, asegurando que ”en
Medicina de Familia atiendes a las personas a lo largo de su vida, conoces a sus familias, su entorno y su comunidad”. “Esta perspectiva es acorde con mi concepto de la práctica de la medicina, y en el medio rural esto se vive con más nitidez”, relata.
Pero,
¿qué hace tan especial a la Medicina rural? "Cuando trabajas en un pueblo lo haces en un medio natural y con personas arraigadas en el territorio", comienza explicando Subias. "El ritmo de la vida y del trabajo es más acorde con el ser humano, es más calmado, puedes hablar con las personas y recorrer los caminos que te llevan a masías lejanas", añade.
Además, el médico señala que en los pueblos pequeños tienen una red de autoayuda,
"la comunidad cuida a cada persona que la forma". "En Sant Iscle, el pueblo donde he trabajado desde 1997, existía 'la sociedad', cuando uno enfermaba el resto le trabajaba la tierra los fines de semana", cuenta, y admite que en estos entornos "el médico y la enfermera rurales tienen un contacto cercano con el ayuntamiento y entidades del pueblo". "Esto te aporta un apoyo en las necesidades del día a día y supone un medio eficaz de información de doble sentido: informas y te informan", señala.
"El médico de Familia atienda a los pacientes a lo largo de su vida"
Por último, Subias habla sobre la 'España vaciada' y si cada vez hay menos médicos que quieran ejercer la Medicina en los entornos rurales. "Las universidades y los hospitales están en grandes ciudades. "Estudias la carrera y haces el MIR en medio urbano. Es allí donde surgen la mayoría de ofertas de trabajo cuando acabas la especialidad", afirma.
"Es normal que en el momento de incorporarte a tu carrera profesional necesitas completar tu formación, en mi caso
el periodo rural ha sido la segunda mitad de mi vida laboral", recocone, antes de preguntarse si "esto supone que al pueblo vayan los médicos de más edad o por el contrario, el movimiento neo-rural que se está produciendo y que se ha visto intensificado por la pandemia, llevará a los profesionales jóvenes a los pueblos". "Está por ver, pero creo que los médicos pertenecemos al tiempo en el que vivimos y el reto de la medicina rural no es diferente al del propio mundo rural", concluye.
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