La Revista

"Siempre pienso en cómo me vería mi padre siendo el médico que soy ahora"

Alejandro Martín ha sido el mejor expediente de un huérfano protegido por la Fundación de Protección Social de la OMC

Alejandro Martín.

19 ago 2023. 16.00H
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Para Alejandro Martín, su ilusión por la Medicina nació en su casa, pegado al televisor mientras veía la serie 'Érase una vez el cuerpo humano' y siguiendo de cerca a su padre, quien era traumatólogo en Madrid, quien falleció en 2005. Sin embargo, su hijo no dejó de lado esta pasión que les unía y 18 años después ha conseguido entrar en su especialidad soñada, Medicina Intensiva, e incluso ganar el premio 'Jesús Galán 2022' a los mejores expedientes de huérfanos de médicos por la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC).

Alejandro ha sido reconocido como el mejor expediente de un huérfano protegido por la Fundación y graduado en Medicina durante el curso 2020-2021. Ha finalizado la carrera con una nota final de 8,39, es beneficiario de la Fundación para la Protección Social de la OMC desde los 7 años y ha recibido la ayuda de la Fundación de orfandad a menores de 21 años, tres becas para los estudios de Medicina y la ayuda para la solicitud del título. Sin duda, todo un proceso en el que su padre siempre ha estado presente.

"Siento que pudo transmitirme ese interés por el cuerpo humano cuando era más pequeño y, durante la carrera y el tiempo que llevo en la residencia, en numerosas ocasiones ha venido a mi mente el cómo me vería mi padre siendo el médico que soy ahora", asegura Alejandro, que reconoce que siempre ha contado con el apoyo de su hermano y su madre, pilares que han hecho posible que consiga finalizar sus estudios universitarios y emprender un nuevo camino ahora.


Un camino hacia la Medicina: carrera y MIR


A pesar de su convicción para estudiar Medicina, Alejandro no pudo conseguirlo a la primera. La primera vez que se enfrentó a la prueba de acceso a la universidad, se quedó por debajo de la nota de corte y tuvo que pasar por un primer año de Enfermería mientras esperaba presentarse de nuevo al examen un año después. Aunque admite que, si no lo hubiese conseguido a la segunda, habría continuado con sus estudios de enfermero, pero un año después cumplió su sueño de la infancia.

"Tuve la suerte de que me convalidaron bastantes asignaturas de una carrera a otra y, tras dos cuatrimestres en los que cursé asignaturas de más, pude terminar la carrera junto con mis compañeros de promoción", explica orgulloso.

Tras finalizar sus años como estudiante de Medicina, en enero de 2022 se presentó a la prueba MIR. "Fueron siete meses de estudio constante en los que me tenía que dedicar prácticamente el 90 por ciento del tiempo a ello. Es posible que el proceso fuese ligeramente más fácil para mí o que sintiera menos ansiedad, puesto que la especialidad a la que aspiraba tiene una menor demanda que otras como Dermatología o Cirugía Plástica, en las que tienes que quedar entre los 600 primeros si quieres asegurarte tener plaza. Finalmente salió bien y pude escoger mi primera opción, que es la especialidad de Medicina Intensiva", detalla.

Sobre el 'vínculo sanitario' que le une con su padre, Alejandro insiste en que la especialidad que ejerció fue Traumatología, que si bien es una especialidad "más bien quirúrgica" mientras que la de su hijo es "más clínica", asegura que sí que existen puntos en común, como puede ser la "atención del paciente postquirúrgico o del politraumatizado".


Dedicarse a la salud, una carrera de fondo


Echando la vista atrás, Alejandro se siente orgulloso de que, tras toda la ayuda que he recibido de la Fundación para la Protección Social de la OMC antes, durante y al finalizar la carrera, al conseguir el 'Premio Jesús Galán' le emociona que se hayan valorado los resultados que consiguió durante todo este proceso.

"En mi caso, la Fundación, con sus ayudas, ha contribuido notablemente a que pudiera sacar mis estudios adelante sin tener que preocuparme a nivel económico ni tener que compaginarlo con actividades laborales. Estoy seguro de que a otros huérfanos de médicos y al resto de beneficiarios les ha ayudado tanto o incluso más que a mí", reconoce.

Alejandro considera que dedicarse al sector de la salud "es una carrera de fondo" en la que siempre tienen que seguir formándose para estar actualizados a los avances científicos, por lo que, a pesar de todo lo que ha conseguido, siente que todavía le queda un largo camino por recorrer. Un camino que ve "con motivación e ilusión por seguir aprendiendo".
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