Álvaro Prada (Ponferrada, 1994) no es un médico de vocación. A la pregunta de "¿Qué quieres ser de mayor?" no respondió "médico" hasta mitad de bachiller, pero una vez que lo tuvo claro,
su empeño no cesó hasta conseguirlo. Primero, repitió Selectividad para lograr entrar en la carrera de Medicina -que cursó en Santiago de Compostela- y después, volvió a presentarse al examen MIR, tras no conseguir plaza en la especialidad que quería. Ahora, hace menos de dos semanas que ha empezado como residente en la especialidad de Neurocirugía en el Hospital Universitario Puerta del Mar (Cádiz). Un sueño cumplido.
"Quería hacer una especialidad quirúrgica y con el número que tenía no llegaba. Al día siguiente de
recibir la nota del primer examen ya decidí repetir, lo tenía pensado. Así que simplemente cambié el chip", explica Prada.
De hecho, el caso de Álvaro no es inusual. Según un
informe elaborado por el Centro de Estudios CESM Granada, de 2015 a 2019 un total de
2.304 MIR fueron recirculantes del Sistema Nacional de Salud (SNS). A través de los datos oficiales del Ministerio de Sanidad, se deduce que cerca del
17 por ciento de los estudiantes que se presentan se graduaron hace dos años o más. Es decir, deciden concurrir una segunda vez, e incluso tercera o cuarta al examen MIR. Un hecho que mentalmente desgasta.
Cambiar la forma de estudiar, esencial para mejorar
Tras una convocatoria MIR sin haber llegado a la plaza deseada, se puede creer que el opositor que repite cuenta con ventaja y en cierto modo así es, porque ya ha vivido la dura preparación. Pero por este mismo motivo, el cansancio es mayor.
Para este médico en ciernes fue fundamental revisar su forma de estudiar y encontrar cuáles eran sus puntos flacos. "Me di cuenta de que debía hacer más resúmenes y tener conceptos más machacados", indica el actual residente. "También hay que estudiar los temas que peor llevas pero que más se preguntan", añade.
Otro aspecto que infravaloró en 2020 y que considera que en este segundo llamamiento le ha servido de mucho es repasar los anteriores exámenes MIR el último mes antes de la prueba. "Durante toda la preparación vamos haciendo todos los exámenes desde 1980 hasta 2020, pero es importante rehacerlos cuando quede poco tiempo y tenerlos frescos. Son la fuente de preguntas más importante en la que se basa el Ministerio", afirma.
Durante dos años consecutivos, su día a día de lunes a sábado ha consistido en dedicar una media de entre 11 y 12 horas a preparar el MIR. Un gran esfuerzo que ha culminado en una "recompensa maravillosa". "En mi caso, a la segunda salió bien y ha sido la alegría de mi vida, pero no me planteaba si habría una tercera. No podía pensar en otra cosa que no fuera conseguirlo esta vez", subraya Prada. Gracias a este tesón logró subir 2.500 números y asegurarse plaza en la especialidad que quería, Neurocirugía. Él mismo afirma sentirse afortunado, no solo por obtener la plaza que quería, sino por poder permitirse económicamente estar otro año estudiando.
"El MIR tiene que confiar en uno mismo"
Por otro lado,
conocerse a uno mismo y confiar es una de las llaves del éxito, según este residente de Neurocirugía. En la preparación del examen que cambia la vida de los profesionales médicos también es vital dejar espacio para las pausas. "Hay que
organizar los descansos porque son necesarios y te ayudan a evadirte de todo", apunta Prada. Por ello, marcarse objetivos y fijar una rutina es una de las primeras recomendaciones que cita, tanto para aquellos que se presenten por primera vez al MIR como para aquellos que decidan repetir la experiencia.
"Si no has conseguido la especialidad que querías, repite y ve a por ello"
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Asimismo, hay que mantener a raya la
autoexigencia y ser compasivos con uno mismo, aunque a veces es difícil debido a la presión que sienten estos estudiantes. "Los que repetimos rechazamos una plaza por buscar otra mejor. Por ello, cuando tenemos días malos que no nos concentramos nos machacamos más, pero son días y pasan", comenta Prada, que reflexiona también sobre los nervios el día del examen, que pueden jugarle una mala pasada a cualquiera a pesar de estar bien preparado.
Por último, este futuro neurocirujano anima a presentarse de nuevo a todos los médicos que como él no consiguieron la plaza que deseaban en su primer MIR. "Es una
decisión de valientes y mi consejo es que si te gusta una especialidad, no pienses en los meses de estudio que tendrás que volver a pasar o en que no vayas a entrar, ve a por ello.
Repetir el MIR es una presión añadida, pero aumenta las opciones de éxito", concluye.
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