Atender a un paciente ingresado no se limita al ámbito sanitario, sino que se busca dar un cuidado integral. Y es ahí donde entra el papel de personas como Gerardo Dueñas, capellán en un centro hospitalario. "
Lo que hacemos es acompañar espiritualmente a las personas que sufren las consecuencias de la enfermedad, tanto a los pacientes como a las familias cuando se puede. También estamos a disposición del resto del personal del hospital", explica el religioso.
En su día a día, el sacerdote recorre las diferentes unidades del centro donde trabaja, en su caso un hospital psiquiátrico, y
habla con los pacientes junto con sus dos compañeros, además de celebrar los sacramentos en la capilla. "Los que no pueden acudir a veces nos piden los sacramentos en la habitación", detalla, aunque especifica que es el acompañamiento espiritual en sentido amplio, no solo religioso, lo que más tiempo les lleva.
"Al final un hospital es un lugar en el que nadie quiere estar, nadie quiere estar enfermo y nadie se encuentra bien estando ahí. Hay que acoger todo ese sufrimiento, todo lo que la persona va viviendo.
Yo creo que esa es la tarea, ese es nuestro servicio: estar donde nadie quiere estar. Transmitir que los pacientes son importantes, que son queridos, que no están solos", argumenta Dueñas.
La humanización en la Sanidad ha mejorado pero "aún queda"
Acerca de la humanización en la Sanidad, defiende que sí ha mejorado, aunque aún queda mucho por hacer, pero
valora muy positivamente los "compromisos reales" que se están haciendo en este sentido. Asimismo, insiste en la necesidad de cuidar al paciente de manera "integral", incluyendo la dimensión espiritual, ya que el dolor físico o psíquico conlleva otra clase de sufrimientos.
"Yo creo que ahí
la tarea del acompañamiento espiritual es importante, humaniza. Lo que tiene delante el profesional no es una enfermedad, sino es una persona que, entre otras cosas, está sufriendo un proceso de enfermedad, pero es mucho más", sostiene el religioso, que siente que la pandemia también ha unido mucho a los trabajadores del hospital, ya que se han dado apoyo mutuo.
Aun así, expone que, una vez pasadas las fases más críticas de la pandemia, detecta mucho cansancio entre los sanitarios por el estrés sostenido durante tanto tiempo que "pasa factura a todos los niveles". "
Creo que también es importante la compañía para los profesionales, cuidar al cuidador", resalta el capellán sobre otra de las facetas de su labor.
"Acompañar en el sufrimiento te enriquece a todos los niveles"
Pese a que algunas personas puedan encontrar su trabajo difícil, a Gerardo Dueñas le encanta, aunque reconoce que el paciente psiquiátrico puede ser algo demandante: "Me gusta poder estar en un momento tan íntimo como es el momento de enfermar, poder acompañar, cuidar, sostener y darle sentido". Sin embargo,
reconoce que hay partes complicadas, como gestionar la impotencia: "A veces nos gustaría cuidar mejor, acompañar de otra manera o, en ocasiones, no aciertas a transmitir lo que quisieras".
"He estado de vacaciones y he echado de menos venir al hospital. Poder acompañar en esos momentos es algo que enriquece a todos los niveles, es algo que aporta mucho", concluye Dueñas,
invitando a la gente a acercarse cuando se retome el voluntariado en el centro: "Creo que el contacto con el sufrimiento, el mirar a los ojos al sufriente, es algo que no deja indiferente. Toca lo profundo, conectamos con nuestra propia vulnerabilidad, nos ayuda a dar sentido también a nuestra vida y ver lo que es verdaderamente importante".
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