‘Soy mayor. No idiota’. Este es el breve, pero contundente, lema de la campaña impulsada por
Carlos San Juan, en la que solicita un
trato más humano en las sucursales bancarias para las personas mayores que no están tan familiarizadas con la tecnología. Una petición que ha llegado a todos los rincones de España y que ha sido respaldada por
600.000 firmas que este médico jubilado ha conseguido registrar en las sedes del Ministerio de Economía y Banco de España. Estas trabas tecnológicas también se han implantado en el
sector sanitario, en el que la pandemia por Covid-19 ha acelerado inevitablemente el proceso. Una transformación en la que, según apunta este urólogo retirado a
Redacción Médica, al igual que en la banca,
"no se debe dejar a nadie atrás".
El facultativo, que asegura que nunca se había propuesto adquirir un elevado nivel de protagonismo, más allá del necesario para impulsar y difundir la petición contra los servicios bancarios, se muestra satisfecho con el resultado cosechado. Y es que, a raíz de esta petición, no solo ha conseguido que la banca se proponga poner en marcha varias
medidas para revertir y mejorar la atención a los mayores, sino que también ha logrado el compromiso de la vicepresidente económica,
Nadia Calviño, para encontrar una
solución digna que ya se encuentra en su fase final.
Sin embargo, San Juan reconoce, siempre dispuesto a apoyar la causa, que no se visualiza iniciando una nueva campaña para solicitar también un
trato ‘más humano’ a nivel sanitario.
“Esa antorcha la tiene que recoger otro colectivo u otra persona, mucho más preparada y joven. He dado todo lo que he podido, así que estoy esperando a que esto llegue a buen puerto para poder retirarme.
Tengo la esperanza de que ese lema mío, el de humanizar y de procurar ayudar a los demás, siga calando. Por supuesto, también en el aspecto sanitario”, explica a este medio, insistiendo en que se trata de una reivindicación también “necesaria” y que debe ser otra persona la que se ponga al frente de la misma.
¿Cómo tiene que ser la digitalización de la sanidad?
Sobre esta acelerada digitalización de la sanidad, San Juan destaca aspectos negativos, pero también valora otros “profundamente positivos”. A este respecto, como médico que ha dedicado toda una vida al Sistema Nacional de Salud (SNS), subraya principalmente que ha permitido
eliminar historias clínicas voluminosas. “Recuerdo que, cuando hacías una revisión de casos clínicos, realmente era un trabajo muy laborioso”, señala, agregando que las
nuevas tecnologías han facilitado este tipo de tareas para el personal sanitario. Por ello, desde el punto de vista profesional, en labores como la dispensación de fármacos o la gestión de historias clínicas considera que se ha dado un salto de gigante.
"La atención física y el contacto con el paciente no pueden reemplazarse de ninguna manera"
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Sin embargo, en lo relativo a las consultas, el cirujano y urólogo defiende que la pantalla entre médico y paciente puede conllevar
determinados riesgos que no deben perderse de vista. “Esta nueva fórmula de consultas puede provocar que el profesional tenga que estar muy ‘fijo’ en el ordenador y no se establezca esa mirada directa con el paciente, aunque realmente esto es fácil de corregir”, continúa, defendiendo que
la puerta a la atención presencial también tiene que estar abierta en este nuevo modelo sanitario.
No obstante, como un paciente más, San Juan admite que se puede llegar a la
“exclusión” en determinados casos. “Creo que la
telemedicina y la atención telefónica debe emplearse en aspectos concretos y más burocráticos, como puede ser una renovación de recetas en pacientes crónicos o una situación de emergencia”, ejemplifica.
“La atención física, el contacto con el paciente… Eso no puede reemplazarse de ninguna manera”, asegura, definiéndose como un médico “muy clásico” y “vocacional”.
Respecto a la
petición de citas previas de forma online, sí que considera que puede resultar beneficioso contar con unos canales sencillos de acceso para este fin. Aún así, defiende que
no se puede “imponer” una digitalización a personas que no tienen acceso a determinados dispositivos: “En una población como la española, que es la segunda con más esperanza de vida después de la japonesa, se debe enseñar, pero también establecer unas líneas sencillas de contacto telefónico como una prioridad para las personas mayores. Además, hay personas que bastante tienen con sobrevivir con la pensión que perciben; no se les puede exigir el tener un teléfono inteligente y que aprendan a manejarlo”.
"Las personas mayores requieren de una atención con mucha paciencia y humanidad"
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Para San Juan, esta transformación tiene que realizarse a través de dos vías. Por un lado, establecer una vía para las personas que tienen acceso a las nuevas tecnologías, y además saben cómo manejarlas. Por el otro, una
vía paralela y simultánea, en todos los aspectos, en la que se mantenga una proporción de la ‘era analógica’ para que las personas mayores puedan comunicarse, tener acceso y no se sientan discriminadas. “Si no, sería un
ataque a los Derechos Humanos. Más en un tema tan sensible como es la sanidad. Retrasar un diagnóstico por no haber podido solicitar una cita previa sería realmente cruel”, apostilla.
“Estamos en un momento muy reivindicativo. Incluso hemos conseguido visibilizar un lenguaje inclusivo para no dejar a nadie fuera.
Sería muy cruel dejar fuera alguien de cosas tan importantes como la banca o la sanidad”, defiende.
Por último, el especialista retirado reivindica no solo una mayor atención a las personas mayores, sino más paciente y cercana: “Son personas con muchas patologías, vulnerables y extremadamente sensibles. Por tanto,
requieren de una atención con mucha paciencia y humanidad”.
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