El anuncio de la llegada de una vacuna contra el
Covid-19 fue todo un soplo de esperanza para la inmensa mayoría de la población. Sin embargo, aún son muchos los países que
miran con escepticismo hacia los antídotos frente al virus, entre ellos,
Estados Unidos. En contra de los estereotipos, la mayoría de los estadounidenses que rechazan la vacuna del coronavirus son apolíticas, es decir,
no votan y son jóvenes.
Así se desprende de una nueva encuesta trimestral de Tunnl a 5.000 consumidores, que arroja que el 61 por ciento de las personas que no se vacunan, y casi el
70 por ciento de los que que dudan pero son “persuadibles”,
no ejerce su derecho al voto o no tiene un historial reciente de votaciones.
Los más reacios, entre 18 y 34 años
Los más reacios a las vacunas también son jóvenes. Tanto es así que, según la encuesta,
más de la mitad (56 por ciento) de las personas que se niega o es reticente a recibir el fármaco tiene
entre 18 y 34 años.
“Esa es una
desviación marcada de la sabiduría convencional sobre las personas que no están vacunadas y dice mucho sobre el tipo de mensajes y medios que las compañías farmacéuticas y otros pueden usar para comunicarse con ellos”, ha señalado la directora ejecutiva de Tunnl, Sara Fagen.
Lo más importante, apunta Fagen, es que no es fácil llegar a este grupo y la razón es que
no participan en el proceso político ni ven muchas noticias. “Así que tienes que sortear la campaña tradicional de televisión abierta para encontrarlos y persuadirlos”, añade.
Los 'antivacunas' en redes sociales y televisión
La investigación de Tunnl encontró que el grupo de personas que dudan de las vacunas, pero son persuadibles, tiene un 44 por ciento más de probabilidades de usar
WhatsApp, un 40 por ciento más de probabilidades de utilizar
Tumblr, un 39 por ciento más de probabilidades de usar
Instagram y un 38 por ciento más de probabilidades de estar en
Reddit que el estadounidense promedio.
Cuando se trata de medios de televisión, el 36 por ciento tiene más probabilidades de suscribirse a
AppleTV, un 32 por ciento más de probabilidades de transmitir
ESPN + y un 12 por ciento menos de probabilidades de ver programas de televisión.
“Debido a que los datos sugieren que la duda sobre la vacuna entre este grupo puede deberse más a la necesidad percibida de la vacuna que a la política, la industria farmacéutica podría tener suerte con un atractivo más personal”, apunta Fagen, que sugiere que, por ejemplo, los anuncios podrían centrarse en el
riesgo del Covid en adultos más jóvenes y en cómo vacunarse puede reducir ese riesgo de manera fácil y segura.
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