La Revista

"Primaria está muy desvinculada de la universidad, es un mundo desconocido"

Ignacio Poblador, residente de 27 años, decidió trasladarse a la capital para crecer en su profesión

Ignacio Poblador, de 27 años y residente de Atención Primaria

16 jun 2018. 20.00H
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POR ESTHER ORTEGA
Mudarse de Zaragoza a Madrid con una mochilla llena de sueños. Como muchos, Ignacio Poblador, de 27 años, decidió trasladarse a la capital para crecer en su profesión y dar un giro a su vida. Escogió ser médico residente en Vallecas, uno de los barrios más auténticos de la ciudad. "Primaria está muy desvinculada de la universidad y quizá es lo que hace que cuando llegamos a la especialidad, desembarcamos en un mundo desconocido", describe el joven, con la esperanza de convertirse en un médico rural al acabar su estancia MIR.

Ignacio, nieto e hijo de médicos, se preparó el examen en Oviedo y reconoce que fue un año "intenso": "El último mes estás como en una nube, todo el rato estudiando. No tengo muchos recuerdos de las últimas semanas. Era estudiar, clase, estudiar", rememora.

"No tenía claro qué especialidad coger, pero sí que sabía que alguna de Medicina general, me gustaba Interna y me gustaba Familia. Al final la escogí por número y cuando empecé la residencia me di cuenta de que era la especialidad que me llamaba", se confiesa a Redacción Médica el maño.

EL AÑO DEL ÉBOLA

El R4 hizo el examen el año en el que el virus del ébola segó la vida a miles de personas. "Me tocó hacer el MIR ese año, pero metieron pocas preguntas", recuerda Ignacio, quien se quitó un peso de encima en cuanto salió por la puerta: "Fue liberador hacer el examen, llegas, lo haces y se acaba".

Los nervios llegaron a la hora de escoger dónde completar su formación: "El momento de elegir fue angustioso. Vives en una microgalaxia de MIR. Todos tus compañeros de carrera están eligiendo esos días, tu familia está pendiente de tu elección, en Twitter los medios especializados están dando datos.  Lo recuerdo muy agobiante", explica el joven, que no quiso darle más vueltas hasta dos días antes de su número. 

"Elegí Vallecas porque era la unidad con más plazas que quedaba en Madrid. Escogí un poco a ciegas pero luego le he visto muchas ventajas. Dentro de las unidades, la sensación es que eran todas muy similares - se sincera Ignacio-. Yo quería venir a Madrid porque pensaba que la formación podía ser mejor al ser una ciudad grande, pero no había ninguna unidad de la que tuviera referencias".

GUARDIAS EN EL MARAÑÓN

Ignacio ha estado rotando en el Hospital Gregorio Marañón, atendiendo a los pacientes hospitalarios y realizando las guardias. "Rotas los primeros cuatro meses en los centros de salud y luego ya rotas por Medicina Interna que es un poco", explica el maño.

"El cambio al Marañón es pasar a un mundo completamente diferente. Pasas de un centro donde los medios son lo que son, a un hospital de tercer nivel donde prácticamente tienes a tu disposición cualquier tratamiento o prueba que quieras hacer", se congratula el joven, que añade: "Es un salto en lo tecnológico impresionante. Estuve durante la mitad del primer año de residente y el segundo y tercer año prácticamente enteros, salvo el tiempo que pasé en Primaria y en rural, también en el equipo domiciliario de Paliativos".

La experiencia en la Medicina rural, que a Ignacio le llevó hasta Perales de Tajuña, fue maravillosa para el de Zaragoza. “A mí Rural me encanta porque mi abuelo era médico rural, mi madre lo es y es un ambiente donde me siento relativamente cómodo, me gustaría poder dedicarme a ello cuando acabe la residencia". Eso sí, alejado ya de Madrid y cerca de los suyos, advierte el joven.

MÉDICO DE FAMILIA

"No repetiría el MIR ni por asomo"

Ahora, ya como R4, pasará mucho más tiempo en el centro de salud de Vallecas. "Ya no planificas las cosas a una semana o quince días. Hoy me sorprendía, por ejemplo, que pedíamos una prueba para dos meses y ya sabes que vas a ver a esa paciente y lo que ha pasado", se sincera el joven, que reconoce haber cambiado su concepción sobre Primaria, "de creer que es una especialidad donde hay mucha urgencia y se hacen pocas cosas en consulta, a una especialidad en su conjunto", describe. 

"Me llamó mucho la atención lo lejos que está la formación de la universidad con la vida en Atención Primaria y el día a día de los médicos. El contacto es mucho más cercano con los pacientes", se congratula el especialista, feliz con su decisión: "Al final no atiendes a una persona, sino a tu barrio. No conoces al paciente sino a una familia entera, sus condiciones, su trabajo, sus problemas, su vida entera, y eso condiciona mucho en tu forma de trabajar. Se te marcan muchos pacientes porque los ves mucho". 

VALLECAS

Ignacio nunca ha sufrido ninguna intimidación ni agresión en su trabajo, pero sí que reconoce que las urgencias del hospital, "son un sitio donde, a veces, las cosas se van un poco de mano": "Si te pones en lugar de la otra persona entiendes que ni las condiciones ni las comunicación son las mejores, usamos muchos términos que son demasiado formales o técnicos, que si a veces nos cuenta entender hasta nosotros, imagínate a los pacientes. Yo creo que es relativamente comprensible que se produzcan situaciones tensas, no que alguien saque un cuchillo en medio del hospital, claro".

El especialista, que "ni por asomo repetiría el MIR", cambiaría algunas cosas del centro: "En cuanto a los medios que tenemos en el centro, los tiempos para ver a los pacientes, hacer investigación o docencia, sí que se podrían cambiar cosas. En Primaria al menos, la investigación, es una cosa complicada".
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