La tuna de la
Facultad de Medicina de Pamplona ya se ha hecho famosas en todo el mundo. Hace unas semanas, en un viaje que los jóvenes estudiantes hacían por Corea, una llamada de teléfono alteró sus planes. Y es que un
programa de televisión de máxima audiencia, con invitados famosos del país, quería contar con ellos para una de sus emisiones. A partir de ahí, la proyección de estos futuros profesionales de la medicina no ha parado de crecer.
Eduardo Olabarría está en sexto de carrera y dentro de tres meses ya será médico. Estudia en la Universidad de Navarra y, en segundo curso, decidió meterse en la
tuna de la facultad, de la que se ha vuelto inseparable pese a la exigencia de una licenciatura como la suya: "Lo llevo bastante bien. Inicialmente cuando me metí, como a la mayoría de la gente, me preocupaba un poquito", recuerda el joven, a quien su familia también le advirtió: "Sobre todo mi madre, me preguntaba si iba a poder compaginar los estudios con la tuna y la verdad es que sin problema. Es como cualquier otro hobbie, si te organizas no hay problema". Eduardo comparte su afición con Javier, Fermín, Fernando, Daniel, Ignacio y Alberto: "Es como si estás en un equipo de fútbol, que tienes los entrenamientos. Nosotros tenemos los
ensayos. Y en vez de jugar un partido, nosotros salimos con la tuna ese sábado a una boda", asegura.
La tuna de Pamplona lleva funcionando 45 años, en los que ha visto pasar a cientos de estudiantes. "Yo me metí por un amigo mío, al que habían convencido para apuntarse, lo estuvo probando unas semanas y me dijo que me animara, que me iba a gustar muchísimo", recuerda Eduardo, que cuando empezó la carrera no se animó a formar parte de la banda. "En primero pasaron por la clase y no me convencieron mucho. Ya en segundo dije oye, pues voy a probar a ver qué tal se me da esto", bromea consciente de que pronto se tendrá que alejar de sus compañeros: "Ahora somos siete u ocho los que participamos de forma activa. Realmente, una vez eres tuno, lo eres de por vida, aunque cuando tengas familia e hijos no vas a estar ahí todos los fines de semana -lamenta-. Con los demás hacemos una cena el
día de San Lucas, el patrón de los médicos. O para alguna
competición a nivel nacional, a la que vamos unas 40 tunas".
Médicos 'on the road'
La tuna de la facultad de Medicina de la Universidad de Navarra posa sus instrumentos.
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Eduardo aprovecha para viajar con sus compañeros de carrera siempre que puede. Y el dinero que sacan de sus actuaciones les da un buen empujón: "Hacemos de todo: bodas, comuniones, bautizos, al mes tenemos unas 4 ó 5 cosas fijas contratadas y los fines de semanas vamos por los bares y lo que va saliendo", explica el joven, que añade: "Lo que cobramos nosotros no va nada a título personal, sino que va a un bote común con el que hacemos viajes. El último ha sido el de
Corea del Sur y el año pasado estuvimos en China y Hong Kong, y queremos ir a Méjico y a Miami. Todos los veranos hacemos un interrail por Europa, ya hemos hecho unos cinco ó seis", recuerda antes de confesar que disfrutó especialmente su último viaje a Corea, donde llegaron a participar en un programa de televisión de máxima audiencia.
"Contactaron con nosotros a través del hostal en el que estábamos alojados. Hablamos con ellos por teléfono y nos dijeron que estaban preparando un programa y nos propusieron quedar un día con las redactoras del programa y al final, aceptamos. El problema era que nosotros volvíamos a casa el día 8 y ellos solo podían rodar a partir del 9. Así que acordamos que nos cambiaban el billete y nos pagaban el alojamiento de ese día extra y así lo pudimos hacer. No tenemos ni idea de cómo sabían que estábamos allí", recuerda el futuro médico, que junto a sus compañeros concertaron una cita con la productora: "Nos contaron que tienen acuerdos con muchos hoteles y hostales de allí y los extranjeros que les parecen interesantes, les contactan y, a cambio, se llevan una
comisión. En el hotel alucinaron con nosotros. De España, vestidos de medievales y tocando música. El programa era con dos famosos, una actriz y un cómico; como con
José Mota y Cristina Pedroche. Nosotros no nos dimos cuenta de lo famosos que eran hasta que, en un momento, nos dejó ella su instagram para buscar nuestro perfil, y nos dimos cuenta de que tenía doce millones de seguidores". Para los estudiantes de Medicina fue toda una oportunidad para llevar a la facultad aún a más gente.
"Vamos representando nuestra universidad por todo el mundo y todos salimos ganando, ellos por la publicidad que les damos y nosotros por los contactos que nos proporcionan. A veces también vamos a
embajadas, en Corea estuvimos en la de Chile tocando. En Liubliana, estábamos subiendo fotos por redes sociales y a uno de mis compañeros se le ocurrió escribir a la embajada de España en
Eslovenia por si conocía algún restaurante que nos dejara tocar. Les escribimos y nos contestaron en el momento que ni restaurante ni nada, que fuéramos a la embajada. Comimos en la casa del embajador, estaban encantados", recuerda Eduardo.
Combinar la carrera
Durante los fines de semana, los jóvenes van por los bares en busca de nuevas contrataciones.
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Pese al empeño que los estudiantes ponen en combinar la tuna y la Medicina, no siempre es fácil, aunque cuentan con la ayuda de la Universidad. "Al final te organizas. Es cuestión de tener interés y de buscar tiempo. Yo, por ejemplo, a la vuelta de China tenía que presentar mi
trabajo fin de grado. Y en vez de hacerlo durante las navidades como todos mis compañeros, lo adelanté y lo hice en noviembre", relata el joven, quien agradece a su Universidad impulsar su pasatiempo: "La
Universidad nos apoya bastante, sobre todo en los viajes, porque nos pone en contacto con universidades de los países a los que viajamos".
Para distinguirse del resto de estudiantes de Medicina, Eduardo y sus amigos llevan con ellos un
pañuelo de San Fermín: "En noviembre tuvimos el certamen de la final de las tunas de Medicina en Barcelona y hay 500 tunos y todos de amarillo. Así que para distinguirnos un poco con el resto, pues vamos con nuestro pañolico rojo los de Pamplona".
Eduardo no entiende su vida universitaria sin haber estado en la tuna. Pero todo lo bueno se acaba, y en tres meses acabará la
carrera de Medicina: "Sobre todo echaré de menos el tiempo libre y la flexibilidad de horarios. En la universidad te organizas como puedes para estudiar o hacer prácticas pero en el trabajo es un horario fijo. Eso me va a chocar un poco".
De China a Oviedo
Su viaje a Corea les catapultó a la fama. Tanto, que acabaron participando en un programa de máxima audiencia
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A Eduardo, de 23 años, le quedan solo tres meses para acabar su carrera y empezar a
preparar el MIR: "Voy a preparármelo en Oviedo. Me gustan las especialidades quirúrgicas pero todavía no tengo muy decidido por cuál decantarme. Ya he hecho muchas prácticas por
Traumatología, Oftalmología, Cirugía General…", recuerda el joven, a quien le da mucha pena separarse de los que han sido sus amigos los últimos años: " Por desgracia, tendré que dejar la tuna. Este año, nos graduamos otro compañero y yo y habrá relevo generacional porque cada año se meten nuevos. Nosotros somos de las pocas activas en las que solo hay jóvenes de la universidad. Una vez te gradúas, tu vida como tuno se acabó, aunque te puedes seguir apuntando a algún viaje o a alguna cena. Pero lo que es seguir saliendo de ronda cada fin de semana, ya no se hace".
El joven, que ha sumado Vietnam recientemente a su lista de viajes, no descarta moverse para completar su especialidad: "Me gustaría moverme después del MIR. Ya no solo en
España, sino también vivir unos años en Estados Unidos, Inglaterra o Alemania. Mi espíritu viajero, aunque no sea tuno, seguirá vivo".
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