La música se utiliza para amansar a las fieras y también presuntamente para sanar el alma. ¿Por qué no va a estar indicada entonces para la educación sanitaria? Este pensamiento sacudió hace dos años a Juan Ruiz Gonzalvo, un farmacéutico surfista (una cosa no excluye la otra) que dispensa medicamentos en Cantabria y que en 2015 adopto la identidad del
Farma-Rockero.
¿Cómo nace este personaje? Para empezar, hay que explicar un poco de la vida de
Juan Ruiz, quien también tiene el nombre artístico de
Jon Vocalo, y al que siempre le ha apasionado la música. De hecho, antes de convertirse en el Farma-Rockero, tenía un grupo de punk-rock: el ya extinto ‘5.000 revoluciones por minuto’. También toca en los ‘Capitanes Intrépidos’, su, como lo llama él, “grupo de mayores”.
El origen del Farma-Rockero surge desde la necesidad. Ruiz forma parte de la junta de Gobierno del Colegio de Farmacéuticos de Cantabria y “en un momento dado una serie de desayunos saludables y charlas sobre el lavado de manos recayó en mí. Fui tan contento con los materiales que me dieron en el Colegio a dar las charlas a los chavales, y me di cuenta que aquello era un poco rollo para los niños.
Estaba obsoleto. Había que hacer algo que dinamizara las sesiones y que les quitara el miedo a la bata. Había que transformar la bata en algo guay, en algo así como
la bata del poder”.
El disco del Farma-Rockero, que se puede conseguir en las farmcias españolas.
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La música fue el recurso clave para entrar en las mentes de los más pequeños. “Aprovechando que he tocado en varios grupos escribí una canción. Bueno, eso fue un miércoles, y el domingo ya había liado a todos mis amigos para hacer un videoclip que gustó mucho, y con el que nos lo pasamos muy bien”. A partir de ahí surgió la idea de hacer una gira de conciertos y de hacer
un disco de 10 canciones, todas ellas con mensajes sanitarios y educativos como prueban los nombres de los ‘hits’:
‘Me encanta el cole’, ‘Inglis Pitinglis’ o ‘Lávate las manos’.
Pero, ¿cómo surge su identidad sanitario-musical? “El nombre de Farma-Rockero me lo pone la niña que protagoniza uno de los primeros videoclips, Ana. En un momento dado, ella me tiró de la bata y empezó a llamarme: ‘Farma-Rockero, Farma-Rockero’…
A mí se me cayó un lagrimón de felicidad y me dije: Ya tengo nombre para el proyecto”.
PROYECTO COLECTIVO
Con todo, Ruiz quiere quitarse protagonismo en la iniciativa. “No soy el único que está detrás de ella, aunque le ponga cara. Tengo una vecina que siempre ha estado a mi lado, escuchando las canciones y dándoles un toque maternal. Y también me han echado un cable los componentes de mi ex banda, 5.000 revoluciones por minuto, en producción y música”.
Y precisamente… ¿Qué influencias tiene el Farma-Rockero para su música? “He vivido intensamente a los Defcon 2, pero de ahí no he cogido nada”, explica con una sonrisa e indica que en los temas que crea para niños tienen gran influencia algunos de los grandes de la historia de la música: “
Los Beatles, AC/DC, el pop español de los 80 y 90… Pero también nos hemos propuesto que cada canción debía tener un estilo acorde con lo que queremos enseñar. Es decir, que si un tema va sobre reciclaje debe ir en tono imperativo y por ello al estilo del rock duro, y si va sobre frutas, toca ritmos tropicales”.
Una iniciativa solidaria
El Farma-Rockero no es solo una iniciativa de educación sanitaria, sino también solidaria. Los ingresos que se logren por las ventas del disco (que se distribuye en farmacias y se puede conseguir a través de Cofares, Cemarte y Cofas) irán a parar a una (o algunas, todavía no está decidido) asociación regional cántabra que trabaje con niños en el marco del autismo.
Juan Ruiz, en el vehículo que utilizar para sus giras... e ir a la playa para hacer surf.
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ÉXITO
El éxito de la iniciativa ha llevado a que el
Ayuntamiento de Santander haya cedido una sala para hacer conciertos a cargo del Farma-Rockero, puesto que varios colegios de la zona quieren contar con sus ‘hits’ para sus alumnos. “Ha ocurrido algo que me ha dejado alucinado”, añade. “Algunos profesores, muy contentos con esta iniciativa,
han traducido al lenguaje de los signos las canciones para que en los conciertos incluyamos a alguien que lo tradujera al mismo tiempo que tocamos”, algo que ya se hace. Algo similar ha pasado en el caso de ‘Vamos a lavarnos los dientes’ en árabe. “Esto es muy importante e integrador”.
La intensidad no decae en ningún momento.
Ruiz lleva ya este 2017 unos 30 conciertos y, a cierre de este artículo, le esperan dos más para el fin de semana. “La verdad es que estoy un poco estresado. Me cuesta compaginar la agenda del trabajo en la oficina de farmacia con la del Farma-Rockero”. De hecho, reconoce que su identidad musical va a ser “pasajera, yo estoy hecho para estar en la primera línea de batalla de la botica”. Con todo, espera que “la figura del Farma-Rockero nos acabe representando a todos”.
Sin embargo, en el horizonte cercano, el ritmo no para. En breve el Farma-Rockero lanzará dos nuevos temas: la ‘canción de la crema solar’ y ‘Pequesurf’, dos ‘hits’ claramente de cara al verano que tendrán sus correspondientes videoclips. Pero Ruíz Gonzalo lo tiene claro: “Estoy dispuesto a muchas cosas y a pasarlo bien, pero no sé qué voy a hacer el próximo año:
la farmacia está por delante del rock”.
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