En ocasiones, una breve conversación basta para comprender que algunas personas están hechas de una pasta especial.
Ana Romero, jugadora del
Real Betis Balompié, internacional con la Absoluta y
licenciada en Medicina es una de esas personas excepcionales, a las que no les importa dejarse la piel para conseguir sus objetivos, de los que además confiesa que disfruta.
En casa de Ana no había ningún profesional sanitario y cuando era pequeña,
soñaba con ser veterinaria porque le encantaban los animales. Sin embargo, tras el fallecimiento de su abuela a consecuencia de un
cáncer, un pensamiento fue creciendo en su interior. "Murió de cáncer cuando yo tenía ocho años y me marcó mucho. Siempre tenía la idea de querer ser médico para poder curarlo", recuerda la joven, de 31 años, que se decantó por la carrera tras acabar la ESO: "Una vez hice Selectividad, vi que era lo que más me gustaba. Y si ahora echo la vista atrás, no sabría elegir otra cosa que no fuera Medicina".
LARGA TRAYECTORIA DEPORTIVA
La sevillana, que juega de delantera, cuenta con una
amplia trayectoria como futbolista profesional, pasando por equipos como el Sevilla, el Rayo Vallecano, el Espanyol, el Barça o el Valencia. Tanta mudanza, también le ha supuesto un esfuerzo extra para poder sacar adelante sus estudios. "Combinar la carrera con el fútbol fue duro, sobre todo porque tuve que trasladar el expediente dos veces", explica la joven, que empezó a estudiar en la Universidad de Sevilla y continuó su formación en la Complutense de Madrid y en Barcelona: "Cada 15 días tenía que viajar fuera, y había que dedicarle tiempo también a los entrenamientos. Cuando cambié el expediente de Madrid a Barcelona hubo muchas asignaturas que no me convalidaron y tuve que hacerlas otra vez", recuerda Ana.
Ana Romero, de pequeña, con la equipación bética
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Pero tanto viaje no le hizo tirar la toalla, sino esforzarse aún más. "Cuando tienes tantas cosas que hacer pero menos tiempo, te cunde más el estudio. Yo, por ejemplo, si tenía un examen y el fin de semana anterior tenía viaje, cada ratito que tenía previsto para estudiar, lo aprovechaba al máximo porque era el único que tenía", rememora la futbolista, que siempre tenía el temario a mano: "
Los apuntes se han paseado por toda España y por toda Europa. Me llevaba los libros a todos los sitios aunque luego no los abriera, pero siempre estaban ahí por si acaso", confiesa divertida.
Como entrenaba por las tardes y las prácticas las tenía por la mañana o a primera hora de la tarde, Ana estaba 'libre' para poder ir a entrenar con el equipo: "Y si tenía alguna
concentración con la Selección Española, me dejaban recuperarla en otro momento o me cambiaban de grupo. Siempre
haciendo malabares para poder sacarlo", admite la médica, quien tuvo que replantearse su vida cuando le llegó una
oferta para jugar en el Ajax de Ámsterdam, justo en el momento en el que empezaba a prepararse el
examen MIR.
RETRASAR EL MIR
"Ese año me había ido del Barça al Valencia y había empezado a estudiarlo, pero tuve que dejarlo. Ahora empiezo otra vez en septiembre y mi objetivo es
presentarme en el 2020", explica ilusionada Ana, que aunque no tiene una
especialidad en mente, sí que tiene sus preferencias: "A mí me gustan las quirúrgicas, sobre todo la
Cirugía Pediátrica porque me gustan mucho los niños. También me gusta la investigación... lo que tengo claro es que las médicas puras están casi descartadas", bromea
'Willy', como le conocen en el mundo deportivo.
"En unos años me veo teniendo mi plaza en algún hospital de España o haciendo una operación importante en el extranjero, como el
doctor Diego González Rivas, sería mi sueño", se sincera Ana, que en un futuro no muy lejano se ve fuera de los campos de fútbol: "Una vez haga el MIR y saque mi plaza, me dedicaré cien por cien a la Medicina que, como el fútbol, es un
hobby convertido en trabajo. Tengo suerte, porque voy a seguir haciendo algo que me apasiona", se congratula.
Para ella, poder trabajar como médica es cumplir otro sueño que lleva años persiguiendo. "Me he fastidiado dos veces el cruzado y también me han operado del isquio. La
experiencia con los sanitarios que me han tratado siempre ha sido muy buena, me preguntaban si me iba a dedicar a la
Medicina deportiva. Si quisiera, con todos los médicos que conozco de todos los hospitales a los que he tenido que ir, debería hacer Traumatología o Deportiva, porque mi futuro sería más fácil", bromea Ana, que recuerda el trato cercano de los profesionales con los que se ha topado: "Si alguna compañera se tenía que operar me dejaban pasar a quirófano o, cuando me operaron a mí, les pedí estar despierta y me iban enseñando lo que hacían", rememora la futura médico.
ROMPIEDO ESTEREOTIPOS
Ana es una defensora acérrima del
fútbol femenino, aunque le cueste algún que otro disgusto en Twitter, donde se impone de forma contundente ante quienes no entienden que se puede estudiar una carrera aún jugando en cualquier equipo profesional. "
Parece que los futbolistas
La despedida de Ana tras su paso por el Ajax
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no podemos tener carrera universitaria. Y al final, tanto en el fútbol masculino como en el femenino, todo el mundo debería prepararse para un futuro", considera la joven, que añade: "Los que llegan a lo más alto obviamente tienen la vida resuelta. Pero en el fútbol femenino, o te preparas o una vez que dejas de jugar, ¿qué haces? Yo creo que se debería tener en cuenta que la mayoría de las jugadoras de fútbol tienen sus estudios porque, por desgracia, no tenemos el colchón económico que ellos tienen".
Entre las
reivindicaciones de Ana, está la notoriedad de las futbolistas, que están marcando hitos los últimos meses en el deporte español. "Es histórico haber jugado la final del mundial, es la primera vez que España lo consigue. Y se demuestra que
el fútbol femenino tiene un gran futuro. Ya hemos ganado el primer campeonato europeo Sub-19 y son momentos claves en los que empieza a haber un crecimiento", se enorgullece la delantera, que considera que hay una generación muy buena de futbolistas que podrá dar
éxitos a la Selección Absoluta en unos años: "Es lo que realmente conseguiría, que por fin el fútbol femenino tuviera mucha más repercusión".
Ana, emocionada con la nueva temporada, no es consciente de lo que supone que una chica joven como ella haya sabido combinar sus dos pasiones sin renunciar a ninguna y labrándose un presente y futuro profesional sin taras. "Yo a las chicas de mi club que tienen 16 ó 17 años les digo que lo aprovechen, que no saben el camino tan bonito que les queda por delante. Aunque haya detractores o gente a la que no le guste,
el fútbol femenino no se va a poder parar, es una oportunidad que tienen que aprovechar. También les digo que se preparen con los estudios que quieran hacer porque el fútbol te dura, con suerte, 10 años". Ella ya tiene asegurado el éxito dentro y fuera de los estadios.
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