Lleva poco más de un año como diputado, aunque le han elegido dos veces. Tras la segunda, amenazó públicamente con marcharse si no se formaba Gobierno. Arranca 2017 como el nuevo responsable de Sanidad de Ciudadanos y con un peso creciente en el partido tras entrar en su ejecutiva. Francisco Igea cuenta en esta entrevista cómo le ha cambiado la vida ser diputado y recuerda uno de los peores momentos de su vida: cuando le cesaron de su puesto de jefe de Digestivo del Hospital Río Carrión tras liderar varias movilizaciones contra los recortes. Un hecho que le ha marcado en su carrera política posterior.
¿Cómo le ha cambiado la vida ser diputado?
La verdad es que sí que ha cambiado bastante. He dejado un trabajo que me encantaba y he perdido el lado humano de la Medicina que es muy agradecida porque es inmediata. Por ejemplo: la endoscopia terapéutica es algo en lo que se ve beneficio de manera muy inmediata. Sin embargo, en la política cualquier beneficio siempre cuesta verlo y hay que tener mucha visión a largo plazo. Se dan pocas satisfacciones a corto plazo. Es un cambio de actividad interesante y que sigue focalizado en el mismo asunto, que es intentar dar a los pacientes un mejor sistema. La verdad es que es un buen cambio. A los 50 cambiar de actividad no está mal.
Francisco Igea, durante la entrevista en la sede de Ciudadanos en Madrid.
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Amenazó públicamente en septiembre con dejar la política si no se formaba Gobierno.
No sé si eso es una amenaza (ríe).
Bueno,
una advertencia o como quiera llamarlo. ¿Le alivió que se formara Gobierno?
La verdad es que sí: me alivió. Porque creo que el país no podía soportar otras elecciones. Me parecía un oprobio, una vergüenza y una falta de responsabilidad absoluta. Así que la verdad es que sí, me alivió y en lo personal también.
¿Tiene fecha de salida de la política o no lo tiene decidido?
Hay una cosa que digo siempre y es que hay un tiempo para cada cosa. Yo soy muy del Eclesiastés: este es este tiempo y las cosas ya vendrán. Por eso nunca hago planes a largo plazo. Ahora estoy comprometido con esto, pero tengo un oficio que me gusta, al que me gustaría volver y me gustaría jubilarme de médico. Las fechas dependerán de nuestra suerte política, de nuestra suerte electoral y de nuestra suerte personal, pero en este momento estoy a lo de hoy. Hay un tiempo para cada cosa y este es el tiempo de la política. Ya habrá tiempo para otras.
¿Cómo vivió su cese como jefe de digestivo?
La verdad es que fue uno de los peores días en mi vida profesional. No por no esperado, porque la verdad es que yo esperaba que eso acabara así. También a la larga tomas perspectiva. Es decir: nunca sabes dónde están las oportunidades. Sin aquello quizás hoy no estaría aquí. Lo vi como un síntoma de cómo funcionan las cosas en la administración sanitaria y eso me marcó.
¿No se arrepiente de nada de lo que hizo en aquel momento?
Yo no me arrepiento de casi nada. No porque no haya hecho cosas mal sino porque es una pérdida de tiempo. Quiero decir: las cosas en su momento tuvieron ese resultado. Hay algo que sí me pesa: pensar en si mis pacientes están mejor o peor que estaban y si el Servicio está mejor o peor. A veces piensas que hay que quedar bien, cumplir con tu palabra y ser una persona honesta. Uno toma decisiones que a todo el mundo le parecen fantásticas y heroicas y muy buenas. Recibí un apoyo tremendo de mis compañeros, de mi familia y de mucha gente, pero luego piensas si en realidad para lo que tú estabas, que es para la gente, está mejor o peor.
Igea, cuando ejercía de médico de digestivo en el Hospital Río Carrión de Palencia.
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Pero en ese momento sí que la decisión de las movilizaciones y demás entiendo que también era por los pacientes.
Mucha gente quizá no sabe esto, pero en realidad todo fue un conflicto por un problema de plantilla, por mantener una plantilla. Se perdió a una persona y a la semana de mi cese me dieron a la razón y aumentaron la plantilla en uno, pero es que a los seis meses la aumentaron en dos. Parece ser que habíamos hecho bien las cuentas, pero durante un año estuvo todo bloqueado porque era o mi cabeza o la plantilla. El problema es si ellos están mejor o peor porque hay cosas que no se hacen ahora que antes hacíamos y eso sí te da pena.
¿Qué cosas?
Hay algunas técnicas que yo hacía que ahora no se hacen. Globalmente el servicio mantiene más o menos la misma actividad, pero tiene una lista de espera que nunca tuvimos, a pesar de aumentar la plantilla en dos.
Ha comentado que a lo mejor de no ser por aquella experiencia, ahora mismo no estaría aquí. ¿Cómo le ayudó en su actual puesto para defender los intereses de los médicos o los intereses de los españoles?
Yo no estoy aquí para defender los intereses de los médicos (ríe).
Una parte sí.
Yo estoy aquí para defender los intereses de los españoles.
Quizá decir "entender los intereses de los médicos" es mejor, ¿no?
"He perdido el lado humano de la Medicina que es muy agradecida porque es inmediata"
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Sí, yo les entiendo y hay muchas de las cosas que ellos reclaman que yo conozco. Una de las cosas que sí me dejó claro aquella experiencia es el grado de arbitrariedad en el que se mueve la sanidad española. También aprendí a ser paciente. Siempre he sido muy terco, y sigo siéndolo. Además, siempre he dicho que es una virtud cuando uno tiene razón (ríe). Aprendes a mantener los tiempos. Aunque te mantengas en tu posición, debes no ser intemperante, como decía Churchill: "Un intolerante es un tipo que no solo no está dispuesto a cambiar de opinión sino que no está dispuesto a cambiar de tema de conversación". A veces, aunque mantengas tu opinión, conviene cambiar de tema de conversación.
Cambiando de tema de conversación, usted fue alumno del actual secretario general de Sanidad, Castrodeza, ¿Qué recuerdo conserva de él como profesor?
En aquella época yo era delegado de Facultad. Los tres años en los que lo fui, que incluyen la época en la que estudié preventiva, llevaba una vida bastante más dedicada a la movilización estudiantil que a estar en clase, por decirlo finamente. Pero sí, tengo buen recuerdo de la preventiva. De Castrodeza como persona no tengo mala opinión. De hecho, tengo más relación ahora que cuando era profesor. Para mí es más fácil tratar con una persona a la que conoces y que te conoce. Tenemos una buena relación personal, aunque políticamente chocamos en muchísimas cosas.
¿Cómo valora el trabajo que está haciendo él?
Le ha tocado un tiempo difícil en el que ha habido tres ministros en poco tiempo, y los tres sin experiencia en el sector. Eso hace que todo el peso de las decisiones recaiga sobre él. El de la sanidad no es un sector fácil porque hay mucha presión y mucho impacto en la sociedad. Tener ministros que no han tenido experiencia en el sector tiene que ser duro.
¿Le ha sorprendido que en la tribuna del Congreso se digan cosas muy duras y luego mantengan buena relación entre los diputados?
La verdad es que mí no me ha sorprendido. Creo que eso debería de ser lo normal. Es decir: nosotros tenemos una actividad que es la de representar a los ciudadanos y para eso hay que ser todo lo enérgico que toque en la tribuna, en las comisiones, en la prensa. Eso no hace imposible que tengas unas buenas relaciones personales con la gente que opina diferente. Hay gente, en la política, que esto no lo entiende: son los intolerantes. Nosotros somos enérgicos en nuestra exposición, la defendemos con la vehemencia que es necesaria, pero luego no creemos que haya que criminalizar a las personas que piensan diferente y no admitimos que se tiren latas de cerveza a la gente que opina diferente. Esta es la diferencia. Cuando se pierde eso, el sistema entra en una situación muy peligrosa.
Por ejemplo, usted con Joan Olóriz, portavoz de Sanidad de ERC, tiene mucha retranca.
A mí me cae muy bien en lo personal y me parece una persona culta además, con un alto nivel intelectual y siempre sus comentarios son ingeniosos. Es un hombre leído y la verdad es que da gusto. Parece increíble que sea nacionalista, pero nadie es perfecto.
Usted se define en su perfil de Twitter con dos frases. La primera es: "Creyente lleno de dudas". ¿A qué se refiere?
Tengo un amigo jesuita que dice que todos vivimos en un eterno Sábado Santo. La gente que piensa que los creyentes no tenemos dudas y que cree que esperamos ver revolotear los cuerpos con alas no tiene una idea muy clara de lo que nosotros pensamos. No conozco ningún creyente sensato que no tenga dudas. Esto tiene mucho que ver con que las cosas tengan una lógica, que el mundo tenga una lógica, que el sentido del bien y del mal al final no sea un absurdo. También viene por la experiencia personal y me quedo con una cosa que decía mi madre: "Mira Paco, si esto sirve para vivir y sirve para morir, hace su trabajo". La buena noticia es que el mensaje del evangelio desde el punto de vista empírico funciona, y eso es bueno para una mentalidad científica. Si tú tienes una teoría que pones en práctica y funciona, tendrás que hacerle caso. Funciona para vivir y sirve para tener claro cuáles son tus objetivos en la vida y para vivir de una manera coherente.
Francisco Igea durante una escapada en bici.
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La otra frase es: "ciclista fondón" ¿Cuál es su relación con el ciclismo?
No me gusta especialmente el ciclismo. Hice la residencia en Navarra en los tiempos de Indurain y era imposible no verle, pero nunca he sido muy aficionado al ciclismo. Me gusta montar en bici desde que empezamos a hacer unos viajes de la Junta de la Sociedad Española de Endoscopia. Hicimos el Camino de Santiago y luego empezamos a andar en bici. A mí me gusta montar en bici oyendo música, disfrutando del paisaje y no tanto como un deporte sino como una relajación. Hay sábados que no serían sábados si no me hago mis 40 o 50 km. Es un momento en el que te relajas y no es tanto una actividad deportiva como una cosa relajante. Y lo de fondón, pues ¡qué le vamos a hacer!
¿Qué viajes ha hecho con la bici?
Hicimos el Camino de Santiago y la Ruta de la Plata. La Ruta de la Plata va desde Sevilla hasta más allá de Cáceres y bien entrada en Extremadura. Hicimos otra ruta por Bilbao también muy bonita, por una vía verde. Quizás lo más bonito y lo más espectacular para mí fue salir de Sevilla y coger la Ruta de la Plata entre las dehesas, entre las encinas, entre olivares. Eso es precioso y pasar Tierra de Barros y andar en bici por un camino entre vides que a izquierda y a derecha no tiene nada más que vides hasta donde alcanzaba la vista es espectacular.
¿Es más de llano o se atreve también con puertos?
Subir hay que subir porque, como suelo decir, una bajada en ciclismo no augura nada bueno. Pero sí, soy bastante de llanear (ríe).
¿Cómo definiría el populismo?
El populismo es muy fácil de definir: es decirle a la gente lo que quiere oír. Es una manera muy fácil de hacer política y eterna, que divide al mundo en el bien y el mal, los míos y los nuestros. La gente eso lo compra enseguida. A veces es más difícil intentar vender que las cosas tienen causas que son más difíciles que un señor sea un capitalista malo, un fascista malísimo o un comunista. Hay que cambiar las estructuras, hay que cambiar la forma de de hacer las cosas y hay que cambiar las políticas públicas. Eso siempre es más complicado a decir: "Estos tíos son unos chorizos". Populismo es el simplismo llevado a la política.
EN CORTO
Libro favorito
'La Prisión Blanca', de Alfred Lansig.
'Patria', de Fernando Aramburu.
Película
Cualquiera de John Ford. Actual, 'Gran Torino', de Clint Eastwood
Canción
'You've got a friend', de James Taylor y 'Father and Son', de Cat Stevens
Una ciudad donde vivir
La mía: Valladolid.
Una ciudad para viajar
Londres
Un objeto imprescindible
Desgraciadamente, el teléfono.
Un personaje de su vida
Mi familia.
Un protagonista histórico
Churchill.
Un lema vital
Eclesiastés capítulo 3: "Hay un tiempo para cada cosa, tiempo para vivir, tiempo para morir, tiempo para danzar..."
Un equipo de fútbol
La Selección de Irlanda de rugby.
Algo que le haga feliz
Un buen domingo con una buena cerveza viendo un partido de rugby en Valladolid, y ya si es ver el Seis Naciones en Dublín, impresionante.
La semana pasada presentaron una PNL sobre la responsabilidad de los sanitarios respecto a las pseudocencias. Fue bastante aplaudida, pero también hubo algunas personas que la tildaron de oportunista, porque aprovechaba una polémica que se generó en redes sociales.
Bien es verdad que ha coincidido, pero también es verdad que es una cosa que teníamos hecha antes. Nos habíamos reunido con gente de las pseudocencias y queríamos hacer algo que no fuera muy complicado y que fuera útil. Cuando has trabajado en Urgencias mucho tiempo sabes que cuando hay una agresión haces un parte de lesiones y cuando hay una sospecha de maltrato se hace un parte de lesiones. Entonces, ¿por qué no hacemos un parte de lesiones cuando un oncólogo ve a un paciente suyo que tiene posibilidades de éxito abandonar un tratamiento y caer en manos de una persona que le dice que le va a curar con una planta o con una renovación mental? Es igual de peligroso e igual de delictivo.
En la política, la oportunidad siempre está bien, es decir: aprovechar la oportunidad en la política forma parte del negocio. Uno también tiene que saber responder a la actualidad porque eso es parte del negocio de la política. Tienes que tener claro cuál es tu objetivo a largo, a medio y también tienes que saber responder a la actualidad. Ser oportunista en política es una característica del oficio.
Precisamente una de las preguntas que hizo usted fue sobre el tema de las correas, que también hubo mucha polémica en aquel momento. ¿Está satisfecho con las respuestas que está dando el Gobierno a este tipo de cuestiones?
No, no estoy nada satisfecho. Creo que es una cuestión de derechos elemental. En este país en cuanto no eres votante empiezas a perder derechos. "Esta gente no es votante, pues no tiene derechos". Es un español y tiene derechos hasta el último día de su vida.
Hablando de derechos, ustedes han presentado una proposición no de ley sobre muerte digna, hace poco hubo un acto en Madrid sobre gestación subrogada. ¿Puede ser esta una legislación en la que se avance en ciertos derechos que hasta ahora en España estaban sin reconocer?
Sí. Esto ayuda a explicar unas cuantas cosas de qué es liberal progresista. Es no tener miedo a la libertad y no tener miedo a recular sobre cosas que hasta ahora parecían tabú. Estas cosas pueden marcar la legislatura para bien. Prefiero decir Ley de Derechos y Garantías porque no me gusta nada lo de la muerte digna ya que pienso que lo que es digno o indigno es cómo vive uno. Es una urgencia porque es algo que estamos viviendo: la gente sigue sin saber la diferencia entre sedación, sedación terminal, eutanasia y hay gente que sigue pasando malos ratos, teniendo que ir al juzgado para que le desconecten de una sonda nasogástrica, cosas que a estas alturas del siglo XXI tenemos que tener resueltas. La gente se sigue muriendo en habitaciones de tres, dando alaridos, pidiendo morfina. Estas cosas no pueden pasar.
De todas formas ¿sabe que se van a enfrentar a sectores poderosos?
¡O no! Hay sectores enfrentados. Siempre hay gente que entiende que es mucho más importante conservar que avanzar en los derechos. Han existido y existirán los conservadores siempre. Habrá menos enfrentamientos de los que la gente prevé. En lo que respecta a la Ley de Derechos y Garantías es muy difícil argumentar en contra. Hay ahí un sector muy pequeño y muy recalcitrante, pero que no tiene ni mucho menos un respaldo mayoritario.
Y, por último, sobre la gestación subrogada, es un tema que genera muchas dudas y hay gente que no consigue formarse una opinión.
Entiendo las dudas sobre la gestación subrogada. Pero una vez que uno admite la fertilización
in vitro, ¿cuál es la diferencia entre eso y gestación subrogada? En realidad es una donante de una función no es una donante de un órgano. Nosotros vamos a legislar para asegurarnos de que esto sea así, de que los donantes sean altruistas.
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