Las cosas
van “perfectamente” por Lipopharma. Al menos, así lo ha explicado uno de sus trabajadores a Redacción Médica, el mismo que ha reconocido que
no pueden hablar de la presunta estafa millonaria de Minerval porque “está judicializado” y
el abogado de la empresa les ha pedido silencio hasta que todo se aclare. Es decir, hasta que se determine si dos profesores universitarios de la Universidad de Islas Baleares y otros colaboradores se lucraron a través de esta empresa para
vender este fármaco oncológico que no funciona y con el que habrían facturado más de 600.000 euros. Este periódico, por cierto, también
se ha puesto en contacto con los laboratorios de la empresa, donde otro empleado ha colgado el teléfono con rapidez esgrimiendo que
tenía “un experimento en marcha” que no podía esperar…
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