La recogida del acta de los diputados ha marcado ya el
arranque de la nueva legislatura política, aunque la actividad parlamentaria continúa en mínimos a la espera de que se produzca el
debate de investidura. El futuro del Congreso sigue siendo una incógnita después de que la inmensa mayoría de las leyes pendientes de los últimos cuatro años hayan caducado automáticamente. Sin embargo, hay una gran excepción. La
Ley de Seguridad del Paciente, diseñada para fijar unas
ratios mínimas de los profesionales de Enfermería en el Sistema Nacional de Salud (SNS), continúa con vida. La normativa establece que solo las leyes que proceden de la iniciativa popular sobreviven de una legislatura para otra. Esta norma no fue impulsada por ningún partido, sino que llegó a la Cámara Baja como resultado de más de
600.000 firmas de los ciudadanos, una condición que la blinda frente a cualquier amenaza. Algo con lo que no han podido contar otras grandes leyes sanitarias como la de Equidad, Garantías del Medicamento, Salud Mental o ELA que ya no están en tramitación…
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