Si durante casi medio año,
Dolors Montserrat apenas hizo cambios en el área de
Sanidad de su ministerio, parece que con la llegada del
Consejo Interterritorial del SNS ha querido presentar una imagen renovada. Así, en el último mes ha hecho movimientos para, sin tocar demasiado el núcleo duro de Sanidad, enseñar a las autonomías un equipo propio. Así, se han sucedido los nombramientos de
Encarnación Cruz al frente de la Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia, y de
Beatriz Domínguez-Gil como directora general de la
Organización Nacional de Trasplantes, y una
remodelación de varios departamentos: la Comisión de Ayudas Sociales a Afectados por el VIH pasó a la Dirección General de Salud Pública, y las funciones de Alta Inspección y apoyo a la Comisión Interterritorial se integraron en la
Dirección General de Ordenación Profesional. Lejos quedaban ya los nombramientos de
Mario Garcés en la secretaría general de Servicios Sociales e Igualdad, y de Carmen Balfagón y Antonio Sánchez al frente del
Imserso y Muface, respectivamente. Parece que Montserrat ha preferido conocer en profundidad el área de Sanidad del Ministerio y dispensar los cambios como un jardinero japonés moldea un bonsái. Queda la duda de si la ‘alineación titular’ con que va al Interterritorial es la que le gusta o si le ha faltado tiempo para incorporar nuevos fichajes antes de la gran cita sanitaria…
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