Las tensiones en el seno de Metges de Catalunya por la deriva secesionista del sindicato
no se han convertido (de momento) en una protesta potente para que cambien las cosas. ¿Por qué? Según ha podido conocer este medio,
“el silencio y el miedo” son la tónica habitual en las reuniones del sindicato.
“La gente muestra su malestar en privado pero cuando algo ha de constar en acta, guardan silencio”, aseguran fuentes sindicales.
“En el Consejo Ejecutivo, por ejemplo, solo cuatro de los treinta miembros se han mostrado contrarios en público”, aseguran.
“En ciertos momentos, ciertas posiciones públicas son más cómodas que llevar la contraria”, matizan estas fuentes, que ven complicado que las voces discordantes cojan fuerza contra la politización de la organización…
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