Cuando la ya exministra de Sanidad,
Carmen Montón, subía este jueves al atril para
ceder el testigo a María Luisa Carcedo se notaba en el ambiente una
sensación de cierre de etapa profesional, y no solo para Montón. Su equipo de confianza escuchaba los discursos de adiós y bienvenida con un gesto que invita a pensar que con Carcedo va a haber cambios. Su círculo más cercano, el valenciano, así lo parece expresar: desde
Jaime Prats, su jefe de prensa, hasta sus asesores
Germán Temprano y
Rafael Sotoca. En sus rostros, algunos visiblemente emocionados, podía entreverse un ‘hasta siempre’ a su trabajo en el Paseo del Prado…
Otro gesto, este menos espontáneo, que no ha pasado desapercibido ha sido la puesta en escena de Montón y Carcedo. Ambas
han entrado en el salón agarradas la una a la otra, seguidas de cerca por tres ministras de peso:
Montero (Hacienda),
Calviño (Economía) y
Batet (Función Pública); y dos ministros discretos este jueves,
Guirao (Cultura) y
Pedro Duque (Ciencia).
Imagen de unidad, de continuidad y de paridad que el presidente del Gobierno tiene muy claro que hay que grabar en las retinas de los españoles…
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