Antoni Comín, exconsejero de Salud, ha tomado este martes una de las
decisiones más drásticas desde que está en el exilio;
ha renunciado a delegar su voto. Comín
luchó con uñas y dientes para poder
hacer valer su derecho y lo consiguió, pero ahora ha roto con el camino que se había marcado. Fuentes fidedignas han asegurado a
Redacción Médica que esta determinación se ha producido por la
"voluntad" de no poner en un "aprieto" a la Mesa del Parlament, el órgano que
debía justificar esta medida y que habría tenido serios problemas para hacerlo. Además, el
levantamiento de las medidas cautelares que pesaban sobre él es una decisión que
le deja sin capacidad real para volver a su trabajo, ya que si pone un pie en España, con toda probabilidad pasará a disposición judicial. Sin embargo, no renuncia a su acta de diputado y
podrá seguir cobrando su sueldo como miembro de la cámara catalana...
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