A diferencia de en
España, la
financiación de las campañas electorales en
Estados Unidos se lleva a cabo mediante
donantes privados, aunque su identidad es pública. Esto ha permitido saber que tanto la
industria sanitaria como la farmacéutica pusieron muchos más dólares en la candidatura de
Hillary Clinton a la presidencia del país que en la de
Donald Trump:
41.3 millones fueron a parar a la representante demócrata por los
4,5 millones que ingresaron en las arcas del magnate repúblicano. Estas cifras llaman poderosamente la atención teniendo en cuenta que, tras haberse celebrado los comicios y haber sido ganados por Trump,
el valor de las acciones en bolsa de varias compañías farmacéuticas estadounidenses se ha disparado, mientras las de otros tantos prestadores sanitarios ha caído. Y es que no hay que olvidar que
el programa de Clinton incluía duras medidas para reducir el precio de los medicamentos, recortar el periodo de protección por patente para biológicos e introducir la ‘censura previa’ el publicidad de fármacos directa al paciente. Eso, unido a la promesa de Trump de fulminar el Obamacare, ha provocado estos curiosos vaivenes en el mercado bursátil…
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