El nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (
HUCA) viene arrastrando desde su inauguración un problema que la
Consejería de Sanidad reduce a la categoría de anécdota, aunque el público que acude al centro no opina lo mismo. De vez en cuando alguno de los cristales que cubren la sala de consultas externas estalla de manera fortuita, provocando un considerable susto a los pacientes que esperan a ser atendidos. En los últimos dos años se han registrado en el
HUCA un total de siete incidentes de este tipo. Según Sanidad, no suponen ningún peligro, ya que se eligió un
cristal "de seguridad" que estalla en fragmentos minúsculos. Además, por su ubicación, parece que no hay riesgo de que caigan sobre las personas que esperan, pero, no obstante, se ha tomado la decisión de colocar una especie de
cornisas de metacrilato, con un presupuesto de 176.000 euros, y que estarán listas en octubre. También se está viendo la manera de sustituir esos cristales o mejorar su resistencia (los expertos aseguran que calentarlos
a 250 grados servirá para mejorar su resistencia). Sin embargo, subyace una pregunta, ¿cómo un hospital cuyo coste se estima en
1.600 millones de euros en 25 años ha terminado cubierto por unos cristales que estallan solos?...
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