La complicidad entre el R
ey Felipe VI y su hija mayor, la princesa Leonor, es absoluta, y así lo han demostrado este jueves en el acto de homenaje a las
víctimas del coronavirus, cuando ha recordado a su padre, al finalizar su discurso, que debía volver a ponerse la mascarilla. El Rey, de inmediato, ha metido la mano en el bolsillo interior de la americana, la ha sacado y se ha cubierto. Antes, el Rey, en el saludo oficial, se ha detenido unos segundos para charlar con el ministro de Sanidad,
Salvador Illa. Ambos con mascarilla. Y es que estas han protagonizado las principales anécdotas que ha dejado el homenaje. Por ejemplo, el vicepresidente del Gobierno,
Pablo Iglesias, llegó al patio de armas del Palacio Real con su ya conocida mascarilla en favor de la
sanidad pública, pero una vez comenzado el acto tuvo que sustituirla por una de color negro.
Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, también ha llegado con una mascarilla personalizada a la ceremonia, una con dibujos de tiburones en colores grises, sobre la cual ya contó que se la regaló una amiga…
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