La alcaldesa de
Calella y, a la sazón, portavoz de sanidad de
Junts per Sí en el Parlament,
Motserrat Candini, parece que tiene muy claro que no quiere que la Policía Nacional y la Guardia Civil se alojen en ninguno de los numerosos hoteles de esta turística localidad del
Maresme. Y para ello no ha debido escatimar en medios. Los más de
500 efectivos policiales que han tenido que abandonar este martes los
hoteles de la localidad la señalan a ella como responsable de
presionar a los empresarios hoteleros hasta conseguir esta expulsión. De hecho, en una carta, un guardia civil les exculpa por completo y les agradecen su atención, ya
que “nos han tratado maravillosamente”. Sin embargo, la propia
Candini ha desmentido que haya amenazado a ningún hotel con retirarle la licencia, como se ha llegado a decir, y
“aplaude” lo que considera una “decisión de los empresarios hoteleros”. Paradójicamente, desde su tribuna como alcaldesa,
Candini ha reclamado al sector turístico que haga “boicot a la Guardia Civil” y ha defendido los escraches protagonizados por ciudadanos frente a los hoteles que albergaban a las fuerzas de seguridad. Opciones por las que
la Fiscalía ahora investiga si ha cometido delito de odio...
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