Boiron no quiere hablar de
España. Ni para detallar qué porcentaje de su
caída en las ventas (un 4,5% menos con respecto al año pasado a nivel global) corresponde a nuestro país, ni para valorar la petición que ha elevado al Ministerio de Sanidad la consejera de Sanidad valenciana,
Carmen Montón, exigiendo que se retire a la
homeopatía su consideración de medicamento. Parece que después de haber salido
escaldados cada vez que se han expuesto mediáticamente –
ya sea en Twitter, ya sea en una
surrealista rueda de prensa–, la nueva estrategia de comunicación de la compañía con respecto a nuestro país consiste en
ponerse de perfil e intentar aguantar el chaparrón. Dicho en términos homeopáticos, la imagen pública de la compañía se diluye y sus comunicados de prensa resultan tan inocuos e insípidos como el agua...
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